Apenas finalizada la Copa Davis, Diego Maradona viajó a Cuba para los funerales de su “segundo padre”. “Me siento cubano. Me parece que el mundo ha perdido a su líder. Hoy puede haber muchos jugadores, pero él era el dueño del equipo, del equipo mundial de los políticos’’, declaró Maradona a la televisión estatal cubana la noche del jueves.

“Hoy en América del Sur, o hablemos de Europa si querés, no tienen el líder ni el carismático ni que pueda resolver lo que el resolvía’’, dijo.

Maradona mantenía una gran relación de amistad con Fidel Castro, cuya imagen lleva tatuada en uno de sus gemelos. “Fidel no es sólo de los cubanos, te está  hablando un argentino’’, señaló. La relación entre ambos se remonta a los años 1980. La última visita de la leyenda del fútbol argentino a Castro fue hace tres años. Maradona defendió en numerosas ocasiones la Revolución Cubana. “Fidel no murió, en nuestro  corazón sigue latiendo Fidel’’, añadió.

En tanto, los ex presidentes brasileños Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff viajaron a la isla para participar en los homenajes al líder revolucionario. Fidel es como “mi hermano mayor”, dijo Lula el sábado pasado, cuando se enteró de la muerte del comandante cubano, con quien se reunió varias veces en La Habana.

El presidente boliviano, Evo Morales, confirmó ayer que volverá a viajar a Cuba para participar el fin de semana en los actos de despedida al fallecido líder cubano Fidel Castro. El mandatario boliviano, que ya estuvo en La Habana esta semana, hizo el anuncio de su nuevo viaje durante su discurso al inaugurar una reunión de “juventudes antiimperialistas” en el trópico de Cochabamba, su feudo sindical y político. “Lamento mucho no poder estar acá mañana. El hermano Raúl me invitó a que le acompañe en la despedida a Fidel y no puedo rechazar eso”, sostuvo Morales.

Esta es la última etapa del viaje que inició la comitiva fúnebre el pasado martes desde La Habana. Es el mismo, pero en sentido inverso, que el que recorrieron del 2 al 8 de enero de 1959 Fidel Castro y un millar de “barbudos”, como se conocen a los rebeldes que derrocaron al dictador Fulgencio Batista, para hacerse con el poder.

Miles de personas se distribuyeron desde primeras horas de la madrugada en las calles a lo largo de todo el recorrido para despedir al comandante en jefe.