La CGT busca salir de un laberinto. La totalidad de sus dirigentes consideran que se avecina un buen resultado electoral de Cambiemos en los comicios de este mes y, por lo tanto, deben prepararse para un más que complejo escenario que implica tener en la Casa Rosada un gobierno no peronista fuerte y, para colmo, con proyectos flexibilizadores en carpeta. Una mayoría considera que ante esta coyuntura es preciso fortalecerse hacia adentro y negociar en las mejores condiciones posibles. Hay otro sector, un tanto más reducido en cantidad, que ve la confrontación como el camino aunque eso está lejos de significar un combate sin cuartel. En este marco se reunirá este martes el Comité Central Confederal (CCC), donde la discusión sobre el renovado canal de diálogo que se abrió con el Gobierno y el proceso de unidad interna desplazará la pautada redacción de un plan de lucha y, por lo que resta del año, quedaría de lado la posibilidad de convocar un paro nacional.
El martes comenzarán a llegar a la sede de La Fraternidad los representantes acreditados en el CCC. Es más que probable que no participen los 308 delegados y también que el debate sea corto. Hablarán algunos y en un momento dado alguien pedirá un cuarto intermedio que debería finalizar una vez transcurridas las elecciones del 22 de octubre próximo.
Como ocurre siempre, no hay una mirada única de cómo enfrentar la coyuntura electoral. La mayoría considera que la CGT debe correrse de esta pelea sin que ello impida que haya dirigentes que expresen públicamente sus preferencias. De hecho ya hubo varios que dieron su respaldo a Unidad Ciudadana, ya sea nombrando en sus declaraciones a Cristina Kirchner o simplemente pidiendo que Jorge Taiana también sea senador. En esta lista se inscriben, por ejemplo, Héctor Daer, Antonio Caló y Pablo Moyano, entre otros. Si bien cada uno tuvo una relación diferente con al ex mandataria, todos saben que el futuro inmediato no se muestra halagüeño y consideran preferible entonces que CFK gane a que lo haga Cambiemos para tener más chances de detener la reforma laboral que pergeña el macrismo.
La derrota de Macri en la provincia de Buenos Aires sería el mejor escenario. Pero intuyen complicado el resultado de octubre y por eso han comenzado a mover las fichas con el declamado objetivo de la unidad interna dentro de la CGT, que no es otra cosa que organizarse para enfrentar lo que consideran un año 2018 nefasto.
En esa línea, los sectores de los Gordos y los independientes restañaron algunas diferencias internas y comenzaron un proceso de acercamiento con el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), el espacio que lidera el taxista Omar Viviani. Este sector, que aglutina a algo más de treinta gremios, se había automarginado en su momento por las fuertes diferencias que tuvo con Hugo Moyano cuando éste lo desplazó de la conducción de la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CAAT). La respuesta del taxista fue no plegarse a la ruptura con el gobierno de CFK como exigía el camionero y la relación se quebró. Ahora, las condiciones políticas han cambiado y, si bien Viviani se acercó a los Gordos e independientes, también es cierto que lo hizo porque visualiza posibilidades de desplazar o marginar al moyanismo. Esto se está cocinando en estos días y se verá en el Confederal de mañana.
El MASA, los Gordos y los independientes han coincidido además en la necesidad de recuperar la conducción de la CGT en un solo secretario general. El moyanismo también lo cree así, pero están convencidos de que la central obrera debe tener otra actitud frente al Gobierno, más frontal y directa. Al parecer, la diferencia gira alrededor de una cuestión de estilo. Los Gordos hablan de estar cohesionados para negociar o enfrentar al Gobierno, pero dicen que, a diferencia del grupo moyanista, ellos lo harán con estrategia y táctica político-gremial.
En este contexto, el CCC hará las veces de inicio del camino a la unidad que debería desembocar en un congreso de la CGT en marzo, donde se votaría la elección de un solo secretario general. Hay varios nombres en danza.
Entre los Gordos e independientes el que más suena es el de Héctor Daer. Ya estaba en boca de los representantes de estos sectores antes de las elecciones primarias y se puso en pausa una vez que el Gobierno reaccionó en contra de la CGT tras la movilización del 22 de agosto pasado. Pero con el regreso del MASA surgió un contrincante: Viviani aspira a que su segundo, el ferroviario Sergio Sasia, ocupe el cargo más alto de la CGT. El inconveniente que tiene el taxista es que para un congreso, donde se deberá elegir al nuevo secretario general, no tiene los votos suficientes porque los sindicatos confederados no pesan todos lo mismo.
La CGT tiene unos 220 gremios confederados y eso representa un universo de aproximadamente unos 1600 congresales. Ahora bien, el 70 por ciento de los sindicatos que conforman la CGT aporta solo un congresal. El resto se los llevan los Gordos. Un dato que demuestra que el apelativo no tiene nada que ver con el peso corporal de sus dirigentes, sino con la enorme cantidad de afiliados que tienen por detrás. Pero ellos no son los únicos que aspiran a ese puesto.
El moyanismo no descarta pelear la conducción y también hace sus alianzas. En estos días, y en el marco de sus declaraciones donde llama a votar a CFK, Pablo Moyano se reunió con referentes de la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT), Walter Correa (curtidores) y Hernán Escudero (Sadop, docentes privados). La charla no sólo giró alrededor del tema electoral, sino que también hablaron de fortalecer la central obrera, de participar del Confederal para no ceder espacios. Los contactos entre Moyano y la CFT no son nuevos y ya hubo otras reuniones. Los une la coyuntura y la estrategia pergeñada por cada uno, que tiene como punto común la imprescindible necesidad de confrontar con el modelo económico que está desarrollando el macrismo. A pesar de ello, como el otro grupo, este espacio también puso en pausa la convocatoria a un paro nacional. No solo no hay tiempo material para hacerlo antes de los comicios, sino que además la propuesta no encontrará el quórum necesario durante el Confederal del martes. Por ahora, lo que este sector está conversando es la posibilidad de mostrarse en ámbitos más públicos. Por caso, la charla incluye la presencia de Taiana en el acto cegetista del 17 de octubre y la de Pablo Moyano en el cierre de campaña de Unidad Ciudadana. Pero para eso todavía falta.