Fue la pregunta la que guió y acompañó a la multitud a Plaza de Mayo. Fue la pregunta la que repiqueteó una y otra vez, como las gotas de lluvia. La pregunta, insistente, volvió desde el escenario, volvió en los carteles, en las fotos, en los cánticos. Fue la pregunta la que los llevó hasta allí: “¿Dónde está Santiago Maldonado?”. Acompañados por las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo, los familiares del joven, a dos meses de su desaparición, exigieron la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Quisiera preguntarle al presidente Mauricio Macri dónde está Santiago Maldonado”, lanzó Sergio Maldonado, antes de abrazarse a su madre, que soportó la lluvia sobre el escenario. Con la misma consigna, hubo movilizaciones en distintas partes del país y del mundo.
Desde temprano, bajo una garúa persistente, en pequeños grupos se empezaron a acercar a Plaza de Mayo, antes incluso de que llegaran las grandes columnas de las agrupaciones sociales, sindicales, políticas y estudiantiles. Las personas se reconocían entre sí en el subte por los carteles o pins con la cara de Santiago. Algunos hicieron masa crítica y ensayaron un cantito en el vagón. Ya en Plaza de Mayo, las banderas se reproducían en diversos colores: banderas rojas, que recordaban a Maldonado y a Jorge Julio López, banderas azules, que reclamaban su aparición con vida. Ondeaba, entre las primeras, la bandera multicolor de los pueblos originarios, junto a la bandera negra de la Correpi.
Desde el escenario, la foto gigante de Santiago Maldonado, reproducida en la pantalla, los miraba a todos cuando arrancó el acto.
–Santiago Maldonado... –dijeron las locutoras tres veces.
–¡Presente! – contestaron tres veces desde la multitud, que los organizadores calcularon en 100 mil personas.
Tras los videos que mostraban a distintos artistas (entre otros, Rita Cortese, Cecilia Roth, Pablo Echarri, Horacio Fontova, Dady Brieva) convocando a la marcha, leyeron un comunicado de la comunidad Pu Lof en resistencia Cushamen: “Saludamos a la familia Maldonado. Santiago, gracias por no dudar en darnos una mano. Te atraparon, pero no han podido capturar tu esencia que hoy se refleja en miles de personas que piden tu aparición por vida”, dice el texto escrito por los mapuches. “Aquellos que orquestaron el operativo del 1º de agosto son el verdadero enemigo interno”, dijeron. Le hicieron otros videos de bandas que compusieron temas para reclamar por Santiago Maldonado y una lectura de poemas en vivo, todos dedicados al desaparecido en democracia. Uno de ellos recordaba otros crímenes políticos en la Patagonia: los anarquistas fusilados a comienzos del siglo pasado, los guerrilleros fugados del penal de Rawson. Otro aludía al acoso “gendármico, germánico” hacia los mapuches. Todos preguntaban, insistentemente, sobre Maldonado con la Casa Rosada como fondo silencioso.
Una pregunta a Macri
Con ayuda de los militantes de H.I.J.O.S., las Madres de Plaza de Mayo fueron subiendo lentamente al escenario. Cerca de Nora Cortiñas y el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel se sentó la familia de Maldonado. Estaban sus hermanos Sergio y Germán, con su compañeras Andrea y Carolina. Y también la madre de Maldonado, Estela, que no pudo contener las lágrimas cuando pasaron la canción que le escribió Germán a su hermano. “¿Donde está mi hermano Santi?”, se preguntan distintos cantantes que acompañan a Germán en el tema. La primera en hablar fue su compañera, Carolina, que se resguardó de la tristeza detrás de unos anteojos oscuros. “No voy a perdonar jamás a los medios ni al Estado por el dolor que nos causaron”, dijo. “Te espero, Ardilla, te espero”, le dedicó a Santiago.
Le siguió Germán, quien dijo que quería hacer tres aclaraciones. “Primero, a los medios que les gusta dar noticias falsas: estamos hasta la coronilla de esas noticias irrespetuosas. Ni se imaginan el daño que causan. No se dejen usar como marionetas por un par de billetes”, les dijo. “Y a todos los políticos que se llenan la boca hablando de democracia y luego dicen que la familia está politizando el caso, son unos zánganos y parásitos del Estado. ¡El tema es político desde el principio! Ustedes son los principales responsables de la desaparición de mi hermano”, descargó la bronca acumulada por dos meses.
“¿Vieron a Carrió por ahí? ¿A Peña? ¿A Michetti? ¿A Macri? No vienen acá a apoyar y nunca llaman”, les reclamó Germán Maldonado, quien recordó las críticas a la familia y a los organismos de derechos humanos. “¡Los que no quieren que aparezca son ustedes!”, lanzó. Entre los dirigentes que sí fueron estaban Daniel Filmus, Myriam Bregman, Néstor Pitrola, Claudio Lozano, Alejandro Bodart y Nicolás del Caño.
Luego se dirigió a la ministra de Seguridad: “Bullrich, dijiste que la fácil era tirar a dos gendarmes por la ventana. Ahora vas a tener que tirar dos escuadrones. Incluso, deberías tirarte vos también y hacerle un favor a la sociedad”. La multitud lo aplaudió a rabiar: “¡que se vaya!”, “asesinos”, “corrupta”, fueron algunas de las cosas que se escucharon. “Lo tercero es que, después de 40 años, estamos retrocediendo como sociedad”, advirtió.
“Más allá de toda consigna, Santiago es hijo, hermano, amigo”, recordó Andrea Antico, compañera de Sergio Maldonado. “El dolor que sentimos aumenta de solo pensar que los responsables pueden quedar impunes”, dijo. “La designación de un nuevo juez nos da esperanzas. El ministerio de Seguridad no hizo más que entorpecer la investigación. Exigimos la renuncia de Patricia Bullrich”, remarcó. “Y lamentamos el destrato a la familia por parte del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj”, afirmó.
–Dóndeeee está, Santiago dónde está –cantó la multitud. En el escenario, se le sumó Rubén López, hijo del albañil desaparecido por segunda vez el día previo a la condena a Miguel Etchecolatz.
Como último orador, Sergio Maldonado aclaró que se iba a limitar a leer una carta que le escribió a Santiago: “Hoy como todos los días me vuelvo a preguntar donde estás. ¿Tan difícil es que te devuelvan? Donde quiera que estés, quiero que sepas que te quiero y que necesito que aparezcas pronto. Cada día te lloro más. Hay muchos intereses en el medio. Para algunos son más importantes que la desaparición de una persona”, le dijo. Mientras lo escuchaba, Vera Jarach –cuya hija fue desaparecida en la ESMA y sus abuelos, en Auschwitz– le daba palmadas de aliento a Estela, madre de Maldonado.
“Santiago, te seguiré buscando –leyó Sergio–. Nuestro hermano Germán escribió una ‘carta a un gendarme bueno’ que nos ayudara. Confieso que me ilusioné. Ahora estoy convencido de que no existe bondad en los gendarmes, en los jefes de gendarmería, en ministros, jueces y fiscales”. Y, por último, le reclamó al presidente Macri: “¿Dónde está Santiago Maldonado?”.