Pudo ser para River, que tuvo más situaciones de gol, terminó el partido más entero y buscó hasta el último minuto ante un rival que, sabiéndose inferior, se aferró a la idea de la igualdad como negocio cuando todavía quedaba mucho tiempo. Pudo ser para Tigre, que hizo un gol, desaprovechó un penal y en algunos pasajes se mostró más prolijo, a pesar de las enormes distancias de nivel que lo separan de su rival. Al final no fue para ninguno de los dos y no está del todo mal.
Bajo una lluvia torrencial, en una cancha rápida que quita piernas sobre todo cuando se corre tanto, el partido resultó al menos interesante por los vaivenes. El primer tiempo estuvo matizado por los penales, los que se cobraron y los que no. Vale el repaso por orden cronológico:
Penal 1): Nacho Fernández, volcado por la derecha, recibe un pase en profundidad y va a buscar cerca de la raya final. No tiene demasiado ángulo. Va a tener que frenarse si quiere que esa jugada termine en situación de gol, pero Bojanich se tira ingenuamente desde atrás para barrer, el volante de River desfallece en el acto y el árbitro cobra penal, naturalmente. Tonto, pero penal al fin. Lo ejecuta Scocco y rompe la red con un derechazo arriba, contra un palo.
Penal 2): Stracqualursi recibe de un lateral, le pega como viene, saltan Pinola y Ponzio y el volante mete la mano. No vale en estos tiempos aquello de que la pelota busca la mano y no a revés. Penal. Lo tira Stracqualursi, al medio, ligeramenete sobre la izquierda de Lux, el arquero mete el brazo, la pelota rebota y el delantero de Tigre tiene una nueva chance pero le da por arriba, al Parque de la Costa. Nada.
Penal 3): Gonzalo Martínez en el área recibe un rebote y le pega como viene, Imperiale mete la mano, penal claro, pero el árbitro dice que fue pecho (?)
Penal 4): Stracqualursi va a buscar un centro de Janson. Salta con Pinola. El Pelado le mete un codazo, como quien no quiere la cosa, el referee no ve nada y Caruso Lombardi, que a la distancia dice haberlo visto todo, se vuelve loco.
Después de los penales llegó el gol de Tigre. Una buena jugada de conjunto con toques y triangulación tiene su punto culminante, tras el centro de Caire, con un cabezazo al segundo palo y por arriba de Janson. Hasta ahí el resultado se ajustaba bastante a lo que había ocurrido sobre el terreno de juego.
En segundo tiempo empezó en un plano de paridad, que hacía pensar que en cualquier momento cualquiera podía colocarse en situación de gol, pero a medida que pasaban los minutos las únicas jugadas de gol se empezaron a encadenar en el arco de Crivelli. Auzqui tuvo un mano a mano, tras un pase de De a Cruz, pero se demoró un poco y cuando pateó se encontró con el cuerpo de Crivelli; Enzo Pérez estuvo muy cera de marcar, cuando enganchó en el área entrando por la derecha y cruzó el remate al segundo palo, cerquita del ángulo, y el mismo Enzo Pérez, sobre la hora, tuvo otra gran chance cuando no llegó por centímetros a una pelota que le cruzó Scocco.
El 1-1 dejó un gustito medio amargo a los de River porque se dejaron dos puntos en el camino, pero más que eso porque no se generó juego de ataque que se correspondiera con el tiempo en el que tuvo la pelota en su poder. Los de Tigre, por su parte, sacarán pecho y disfrutarán el puntito, en la seguridad de que en largos pasajes del encuentro se jugó de igual a igual, y que un partido de estos levanta el espíritu y ayuda al crecimiento colectivo.