La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, asistió en plan de campaña electoral al acto de anuncio de inversión de una nueva planta de la empresa láctea La Serenísima, pero se llevó de parte de los trabajadores lecheros manifestaciones de repudio a las políticas del Gobierno nacional. “Después de que el Presidente de la Nación nos declarara la guerra públicamente, no podemos aceptar la presencia de sus representantes en nuestra casa, en nuestro lugar de trabajo”, difundió en un comunicado la seccional de General Rodríguez del gremio Atilra. La semana pasada se acordó un borrador entre el gremio, las cámaras empresarias y el Ministerio de Trabajo para concretar una serie de reformas en el convenio laboral lechero, en donde se destaca la aplicación de un criterio mucho más estricto para cobrar el premio por asistencia y la posibilidad para la empresa de contratar trabajadores temporarios para efectuar las tareas durante sábados, domingos y feriados.
El viernes pasado Mastellone Hnos informó la inversión de 22 millones de dólares para una planta de secado dual en la ciudad de Trenque Lauquen. “Con este proyecto, se prevé procesar 550 mil litros de leche o 1.500.000 litros de suero por día”, informó ayer la empresa. “Estamos convencidos de que este proyecto de inversión es el puntapié inicial para refundar la lechería nacional y llevar a la industria a un lugar protagónico en el mercado internacional”, celebró José Moreno, presidente de Mastellone. La gobernadora Vidal asistió al acto en la planta de La Serenísima de General Rodríguez junto al intendente de la ciudad, Darío Kubar.
El acto oficialista se desarrolló con normalidad, aunque los trabajadores de La Serenísima difundieron a través de las redes sociales su descontento con la visita de Vidal. “Después de que el Presidente de la Nación nos declarara la guerra públicamente, no podemos aceptar la presencia de sus representantes en nuestra casa, en nuestro lugar de trabajo”, dice el comunicado de los trabajadores lecheros. También se difundieron fotos en donde trabajadores de la empresa se mostraron con carteles que decían “Vidal mala leche” y “Vidal: para los trabajadores sos persona no grata”.
Hay varios factores que se entrecruzan en el mundo lechero, entre los que se destacan la crisis sectorial, los cambios en el convenio laboral, el ingreso de Arcor a Mastellone y diferencias políticas al interior del gremio. La industria lechera, según los últimos datos del Indec, retrocedió en agosto un 5,5 por ciento en relación al mismo mes del año pasado y acumula en ocho meses una merma del 6,5 por ciento. Esa baja se monta sobre un escenario muy negativo del año pasado: los lácteos, según el organismo oficial, bajaron 10,5 en agosto de 2016 frente al mismo mes de 2015 y acumulaban en ocho meses del año pasado una caída del 14 por ciento. La crisis lechera se explica por una reducción del mercado interno junto a una baja de las ventas externas. La Subsecretaría de Lechería del Ministerio de Agroindustria relevó que el consumo de leche bajó 4,5 interanual en el primer semestre de este año. Además, las ventas de lácteos al mercado externo muestran una reducción del 31,9 por ciento medidas en toneladas.
Ese deterioro en parte se refleja en la crisis de Sancor, que paradójicamente mejora la posición relativa de La Serenísima, principal competidor. El apoyo financiero a Sancor fue utilizado por el Gobierno como moneda de cambio para aplicar reformas en el convenio laboral, bajo la presión de Arcor, que controla Mastellone desde 2015. El borrador que contiene las modificaciones al convenio fue aprobado la semana pasada por el gremio Atilra en una asamblea en Sunchales. Fue una votación dividida en donde varias seccionales, entre ellas la de General Rodríguez, manifestaron su oposición. En cambio, apoyaron las modificaciones las secciones de Santa Fe y Córdoba. Se destacan la aplicación de un criterio mucho más estricto para que el trabajador pueda cobrar el premio por asistencia y el aval para que las empresas contraten personal temporario (bajo condiciones inferiores al convenio colectivo) para trabajar sábados, domingos o días feriados.