Desde Medellín
Sin armas, delegados de Naciones Unidas, Gobierno, Fuerza Pública, y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) serán los encargados de verificar el cese al fuego bilateral con la guerrilla colombiana que inició el 1 de octubre. En el primer día del armisticio anhelado por las comunidades más humildes que llevan la peor parte de la guerra, se echó a andar el Mecanismo de Veeduría y Verificación donde también participa la Iglesia Católica, de gran importancia en este proceso dado el origen cristiano de este ejército rebelde.
La semana inició con el hecho más destacado de la guerra y la paz en Colombia en los últimos días: por primera vez cesó la confrontación armada con esta organización ilegal, la segunda en importancia después de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), hoy convertida en partido político.
El silencio de las armas de “elenos” y de la Fuerza Pública empezó en medio del júbilo internacional y la conmoción local a causa del asesinato de tres policías en Cauca durante el fin de semana. Algunos, que todavía no exponen pruebas, señalaron de responsables al grupo insurgente que negocia la paz con el gobierno de Santos en Quito, Ecuador, desde hace nueve meses. Los efectivos policiales fueron acribillados en un vehículo oficial mientras patrullaban como parte da la recién conformada Unidad Policial para la Edificación de la Paz (Unipep) uno de los acuerdos logrados en el tratado de paz con las FARC para brindar seguridad a zonas históricamente abandonadas por el Estado donde la ley la representan los ilegales.
Al respecto, Diego Galvis integrante de ese Ejército le explicó a PáginaI12 que para determinar los compromisos y pasos a seguir en el cese bilateral se crearon unos protocolos, que por mutuo acuerdo serán privados. “El ELN se acoge a los protocolos acordados y los respeta”, aseguró Galvis quien hizo parte de la Delegación de Paz en Quito. Además, el insurgente dijo que “en esa zona no operan tropas del ELN”.
En su cuenta de Twitter, ese Ejército desmentió abiertamente su participación en el hecho que fue grabado y difundido en video y fotos causando el repudio y rechazo de la sociedad colombiana. Pero no fue suficiente para calmar los ánimos pues, apenas pasados dos días del alto al fuego, ese ejército ya es acusado de cinco atentados contra empresas petroletas en Arauca y Norte Santander, donde opera unos de sus frente de guerra más históricos al mando de “Lenin” y del cual se decía en un inicio que no estarían de acuerdo con el Proceso de Paz. También, según relata el diario El Colombiano citando a la Defensoría del Pueblo, los elenos habrían realizado diez atentados con explosivos a la Fuerza Pública en Antioquia y Chocó, en su mayoría. En el territorio chocoano, sin embargo, se siente desde ya el alivio por el cese de fuego, pues los meses previos fueron de bastantes confrontaciones que tenían en crisis humanitaria a esta azolada población afrocolombiana donde además de guerrillas el poder se lo disputan los paramilitares y bandas criminales al servicio de mafiosos y empresarios mineros.
En Miranda, Cauca, donde ocurrió la masacre de policías no habría presencia de ELN pero sí de grupos disidentes de FARC que se retiraron de las zonas veredales o que no ingresaron nunca al Proceso de Paz. Analistas hablan de posibles alianzas entre sectores elenos que no están convencidos de la negociación, en especial por que la reincorporación prometida en el Acuerdo se está incumpliendo así como las condiciones de justicia especial para ex combatientes y libertad de presos políticos.
El mandatario colombiano Juan Manuel Santos, entre tanto, se defiende de los ataques de la derecha que lo señalan de dar concesiones a los ilegales con el cese del fuego mientras, según dicen sin fundamento probatorio aún, estos atacan efectivos policiales. “La Policía continuará cumpliendo con sus deberes constitucionales en todo el territorio nacional, están obligados nuestros soldados y policías a seguir defendiendo a los ciudadanos en su orden, vida y bienes, y actuarán con contundencia contra todo tipo de delitos”, aclaró Santos.
Será el Mecanismo de Veeduría el que oficialmente informe en los próximos días la responsabilidad sobre el hecho trágico que terminó con la vida de tres hombres más sacrificados en esta guerra que las víctimas y la sociedad civil organizada exigen terminar pronto, empezando con el cumplimiento del acuerdo ya pactado con las FARC y la negociación de condiciones para dejación de armas y transformaciones sociales con el ELN.
Aunque apenas son dos días efectivos del cese bilateral al fuego entre la guerrilla fundada por el cura Camilo Torres inspirado en la revolución cubana y el Estado, las muestras de bondad de la paz son abundantes y por eso se espera que este silencio de fusiles sea tan efectivo como el que ocurrió con FARC durante las negociaciones de La Habana. Según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) desde el inicio de los diálogos de paz con ELN, las acciones ofensivas disminuyeron en 28,8 % y los combates en 42,8% en comparación con el año pasado.