Pequeños productores hortícolas del Gran Buenos Aires llevaron otra vez su cosecha hasta la Plaza de Mayo para reclamar la falta de respuesta del Gobierno frente a las problemáticas del sector. A diferencia de los verdurazos pasados, donde los horticultores regalaron parte de su producción esta vez montaron frente a la Casa Rosada una gran feria para vender las frutas y verduras al mismo precio que a ellos les pagan en las quintas.
Uno de los objetivos de la convocatoria de los productores es visibilizar el contraste de precio entre lo que ellos reciben por kilo de verdura y el que se paga en las verdulerías, en algunos casos hasta diez veces más caro. Las personas que se acerquen hasta la plaza podrán comprar el atado de acelga a 4 pesos, el kilo de lechuga a 7, el kilo de morrón a 20, el kilo de tomate a 16, el atado de rúcula a 1,50, el kilo de cebolla a 4 y el kilo de zanahoria a 3.
“Venimos a reclamar por lo poco que nos pagan en las quintas por las verduras, los precio son bajísimos. También para que avance el proyecto de acceso a la tierra, algo que nos ayudaría a poder producir mejor sin miedo a que los propietarios nos echen”, le contó a Página/12 Elías Amador, uno de los productores hortícolas que participó este mediodía del reclamo. Elías alquila un terreno de cinco hectáreas entre tres familias y pagan alrededor de 6.000 pesos cada uno. A principio de año, con el primer verdurazo, los pequeños productores presentaron un proyecto de ley en el Congreso para acceder a la tierra a través de créditos blandos, pero el proyecto nunca fue tratado.
Otro de los reclamos de los productores es que el Gobierno paralizó el monotributo social agropecuario gratuito al que acceden los pequeños horticultores, que les permite contar con obra social y jubilación. “Vienen retrocediendo en todo. Todo lo que dicen es mentira”, se quejó Amador, sobre el desempeño del Ministerio de Agroindustria. “También dijeron que iban a corregir lo de Cambio Rural y todavía no sacaron nada”, aclaró sobre la última modificación que hizo la cartera que conduce Ricardo Buryaile, que dejó afuera de un plan de asistencia técnica a los productores que no sean argentinos, algo que afectó al 80 por ciento de los productores, en su mayoría bolivianos.
“La gente no puede creer la diferencia de precio, que esto sea lo que le pagan a los productores. El objetivo es que quede bien claro que los que remarcan los precios son los mercados concentradores, como el Mercado Central, y los supermercados”, opinó Agustín Suárez, ingeniero agrónomo integrante de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), una agrupación que nuclea a pequeños productores.
Según explicó Suárez, son más de diez mil los pequeños productores asentados en el cordón Berazategui, Florencio Varela y La Plata que alquilan la tierra, usan sólo mano de obra familiar y viven en condiciones precarias. “Lo que pedimos son políticas públicas que favorezcan al sector. Hace meses está paralizado el monotributo y tampoco ejecutan el presupuesto asignado para la ley de Agricultura Familiar que cuenta con una partida de 1.500 millones de pesos”, sostuvo el ingeniero agrónomo.