El plan de Cobertura Universal de Salud (CUS) fue lanzado ayer en la ciudad mendocina de Guaymallén, donde comenzará a implementarse. El lanzamiento del CUS se realizó en el Centro de Salud N 16, desde donde tiene previsto extenderse a los 22 centros de atención primaria de ese departamento.
El sistema fue presentado por el ministro nacional del área, Jorge Lemus, que estuvo acompañado por su par de Modernización, Andrés Ibarra, y el gobernador provincial, Alfredo Cornejo. Médicos sanitaristas advierten que este plan es en realidad una privatización encubierta del sistema de salud.
En la propuesta, Lemus destacó la gratuidad del sistema, aunque aclaró que cuando el paciente tenga cobertura privada y se atienda en un hospital público, se le va a realizar el cobro correspondiente a su obra social o prepaga.
El doctor Nicolás Kreplak, sanitarista y ex viceministro de Salud, explicó: “Esto viene mal desde el principio, porque en el anuncio que hicieron no hay nada de información. Sólo hay cuatro puntos muy generales, del tipo ‘garantizar la salud para todos’. Este sistema sólo sirve si existe una agencia nacional de evaluación de tecnología sanitaria. Esto falta, y eso lo dijeron tanto Lemus como Macri”.
–¿Por qué es imprescindible esa agencia?
–Porque lo que hace es evaluar la relación costo/beneficio de los medicamentos, los protocolos de atención, de diagnósticos. Así funciona el sistema de salud inglés. Si la agencia no aprueba la relación costo/beneficio de algo, se lo prohíbe. Aquí eso no se plantea y los privados pueden hacerlo. Y si el medicamento o el tratamiento son eficaces en algunos casos sí y en otros no, o no está absolutamente probada la eficacia, el Estado inglés paga en los casos en que sirve. Acá eso no está estipulado. Y con el poder que tienen los laboratorios...
Lemus destacó en rueda de prensa “que estamos dando comienzo a un cambio del modelo asistencial” y detalló que las personas “van a ser identificadas, van a tener una historia clínica única, la posibilidad de pedir turno telefónico, hacer una derivación a los hospitales de mayor complejidad, van a tener acceso a la cobertura de medicamentos y hacer interconsultas” con otros especialistas en salud.
“En realidad, todos los que se atienden en los hospitales públicos ya están identificados, ya funciona la red de enfermos crónicos”, aclaró Kreplak. “Lo más grave de este sistema es qué pasa con la gente que no tiene el carnet. ¿Qué se va a hacer con los dementes, los indigentes, los indocumentados? Yo trabajo en un hospital público, y a veces tardamos más de veinte días en identificar a alguien, porque no tiene documentos, no sabe quién es. Es un problema serio”, planteó.
El plan incluye “una serie de ventajas que hace que estos pacientes tengan ahora una cobertura única”, valoró el ministro, quien afirmó que ya hay 14 provincias adheridas en las que paulatinamente se irá aplicando el sistema.
Por su parte, Ibarra subrayó que “estamos trabajando con las distintas áreas de gobierno, provincias y municipios, sumando la tecnología que hace falta para simplificar la vida de la gente”.
Ante una consulta, Lemus negó que este nuevo sistema implique el cobro de algunas prestaciones, como había denunciado el ex ministro de salud del kirchnerismo, Daniel Gollan. Lemús aseguró: “Eso es totalmente equivocado. No sé de dónde sale esa concepción”. Y agregó que “la estrategia de la Cobertura Universal de Salud, por definición, hace al no pago de la asistencia y (el pago) sería contrario al concepto”.
Sin embargo, Kreplak insistió en el planteo de Gollan: “Este sistema está copiado del colombiano, que ya se demostró calamitoso. Se pone un límite a las prestaciones. Entonces, en los casos en los que se necesite algo que no está cubierto, hay que ir a la Justicia. En Colombia hay una catarata de juicios”.
“Lo que pasa es que esto lo impulsan los financistas del sistema de salud en el Congreso. No se discute la rentabilidad de los laboratorios ni de los grandes prestadores. Sólo se achica el alcance de la cobertura gratuita”, resumió Kreplak.