La importación de indumentaria creció en julio un 68 por ciento frente al mismo mes del año pasado medida en toneladas. Al mismo tiempo, cayó la venta del rubro en un 7 por ciento en shoppings del Gran Buenos Aires y un 5,3 en los supermercados de todo el país. Los datos pertenecen al último informe del “Semáforo de la Indumentaria Argentina” que confecciona la cámara empresaria del sector (CAIA). La producción de ropa en el segundo trimestre cayó 5,8 interanual mientras que las exportaciones lo hicieron en un 18,6 por ciento. Los costureros en relación formal de dependencia perdieron 3325 puestos de trabajo (un 6,9 por ciento menos), mientras que se estima que el retroceso de puestos informales de costureros fue de 30 mil personas entre 2016 y 2015, detalló la Cámara. También advirtió que “la tasa de interés para el financiamiento en cuenta corriente de las pymes ascendió en agosto a 34,5 por ciento y la suba de la tarifa de energía eléctrica acumuló en CABA un 92,1 por ciento”. Suba de importaciones, baja del consumo, altos costos del financiamiento y aumento de los costos fijos forman parte del combo que afecta a la industria.
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