Claudio Espector es uno de esos músicos al que le queda bien la figura de “agitador cultural”. Pianista solista y de cámara, docente, integrante del Grupo Encuentros que desde hace años conduce Alicia Terzián, es además el fundador del Programa de Orquesta Infantiles y Juveniles de la Ciudad, que está por cumplir veinte años, y también del Programa Nacional de Orquestas y Coros del Bicentenario, del Ministerio de Educación de la Nación. Una iniciativa que esta cartera desarmó el año pasado, endosándolo a las provincias en una maniobra que el mismo Espector no duda en definir “vandálica”. Por estos, días el pianista, que en 1987 obtuvo el lauro de magíster por el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, aborda una serie de actividades en torno a la música rusa, en el marco del centenario de la revolución bolchevique.

Es por eso que Espector impulsa un ciclo de música de cámara, con obras de lo que era la vanguardia en Rusia en la época de la revolución bolchevique. Comenzó la semana pasada en el Festival Internacional “Muchas Músicas” de la Universidad Nacional de Quilmes, y continuará hoy a las 19 en el Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551). Seguirá el próximo 29 de octubre a las 17 en Biblioteca Nacional, y también durante noviembre: el 3 en la Vitrina de las Artes, de Dirección Enseñanza Artística de la Ciudad, el 4 en el Salón Guerrico de San Antonio de Areco, el 10 en la Universidad de General Sarmiento y el 25 en San Miguel de Tucumán. “Los cien años de la revolución me dieron la excusa para entrar en todo este descomunal universo y fue todo un desafío mostrar algo de eso en un concierto. Por un lado buscar obras, lo que resultó muy complicado, y por otro decidir y proponer con quién y donde hacerlas”, explica Espector, que contará con la colaboración del violinista Fabrizio Zanella y del violonchelista Nestor Tedesco. “Con Fabrizio compartí momentos y residencia estudiantil durante un tiempo en Moscú, luego la vida nos llevó por diferentes países, caminos y situaciones. Con Néstor, otro formidable músico, comparto desde hace muchos años trabajo docente y artístico”, cuenta.

Nicolai Roslavetz , Alexander Mossolov , Dmitri Schostakovich, son algunos de los compositores en programa. “De Roslavetz, haremos dúos y le sumamos el maravilloso Trio Nº1, compuesto a los 16 años por Shostakovich. Por otra parte conseguí unas miniaturas de un compositor tremendo que es Mossolov, de quien yo sólo había escuchado la música de su ballet La fábrica de acero. Mossolov fue uno de los casos de acoso constante por parte del Stalinismo, de ahí que su producción sea muy distinta según la época. Incluso llegó a estar en un campo durante un tiempo y fue salvado por otros compositores, como Reinhold Gliere. Hay relatos de que cuando Mossolov llamaba por teléfono a algún colega y se presentaba diciendo: ‘Hola, soy el finado Mossolov’. También incluyo a ese genio que fue Alexander Scriabin, con su Sonata nº9, llamada La misa negra”, repasa el pianista.

Además, el viernes a las 20 en el Teatro Plaza de San Martín (Intendente Campos 2089, frente a la plaza), Espector interpretará el Concierto para piano y orquesta nº2, de Dimitri Shostakovich, junto a la Orquesta Juvenil de General San Martín, dirigida por Luciano Falcón. El joven director tiene una trayectoria particularmente cercana a Espector: “Luciano se formó en la Orquesta Infantil  de Villa Lugano, que es parte Programa de Orquesta Infantiles y Juveniles de la Ciudad. Fue ahí que en los primeros días de 1998 conoció un instrumento que en ese momento se enteró que se llamaba violonchelo, y le encantó. Hoy además de violonchelista es director. Es sólo un caso, porque en muchos atriles de la orquesta hay pibes y pibas formados en los diferentes proyectos”, marca Espector con orgullo. El ejemplo muestra que estos programas, además de ofrecer contención social para poblaciones vulnerables, trazaron caminos artísticos de gran valía. Y también que las ideas y el trabajo sostenidos en continuidad dan frutos valiosos.

Ya fuera de la coordinación del programa social y artístico de Orquestas y Coros, tras ser despedido por la nueva gestión de gobierno (despido que, en su momento, generó un fuerte repudio de parte de la comunidad artística), el músico sigue generando proyectos. “Durante este año se dio mucha actividad, en lo docente, como maestro de piano, y también en la continuidad del proyecto de orquestas de la ciudad. Además, estoy colaborando para el armado de una escuela de música en San Antonio de Areco, un proyecto que avanza con convicción en su etapa inicial. También doy talleres de piano y capacitaciones en escuelas de música de otras provincias. Por otra parte, estoy al frente de una Fundación que se llama Musizap, con la que elaboramos y realizamos proyectos para formar, capacitar y brindar posibilidades, sobre todo a los músicos más jóvenes, y a los que más lo necesitan”, enumera toda su actividad actual. “También toco, por supuesto. Hace poquito, con el Grupo Encuentros estrenamos obras de compositores argentinos y el Quinteto de Alfred Schnittke, de quien tengo proyectado hacer pronto su Concierto para piano y cuerdas, que es extraordinario”.

–Usted fundó el Programa de Orquesta Infantiles y Juveniles de la Ciudad, y más tarde llevó la propuesta a nivel nacional. ¿Qué se mantuvo en estos últimos dos años de esas iniciativas?

–Lo realizado por el Ministerio de Educación de la Nación en estos últimos dos años es muy decepcionante. Lo poco que hizo fue desentenderse de sus obligaciones y tirarle por la cabeza el proyecto a las provincias. Eso fue vandálico. Por lo demás, han aparecido ciertas pretensiones de supuesta seriedad y rigor vinculadas a lo meritorio, que sólo sirve para maquillar sus propias limitaciones e incompetencias. En la ciudad, como dije, estamos trabajando mucho y caminando hacia los veinte años de trabajo.