Tres días después de la matanza de Las Vegas, mientras la policía local continúa buscando los motivos que llevaron al jubilado y apostador Stephen Paddock a asesinar a 59 personas y herir a otras 527, el presidente Donald Trump, acompañado de la primera dama, llegó a la ciudad para visitar a las víctimas del tiroteo, felicitar a las fuerzas de seguridad y eludir el debate sobre el control de armas. “No vamos a hablar hoy (por ayer) de la violencia de las armas”, dijo el mandatario tras manifestarse muy “triste”, antes de subir al avión presidencial que lo trasladó desde Washington al estado de Nevada. Por otra parte, se conocieron nuevos detalles del día del ataque y datos sobre el atacante: cámaras instaladas en la habitación desde la que disparó, cantidad de proyectiles disparados y prescripción de sedantes. Además, el FBI interrogó ayer a la pareja del jubilado, Marilou Danley, de 62 años, quien regresó el martes por la noche desde Filipinas, adonde, supuestamente, la había enviado dos semanas antes Paddock.

A las 9.40 (hora local), el Air Force One llegó al aeropuerto internacional McCarran, en Las Vegas, transportando al presidente y a la primera dama, Melania Trump, quien vestía íntegramente de negro en señal de luto, para realizar una visita de alrededor de tres horas. Camino al centro hospitalario University Medical Center, la comitiva pasó frente al casino Mandalay Bay, desde donde salieron los disparos, y al Hotel internacional, dorado y brillante, del propio Trump. En el hospital, el presidente se reunió con víctimas del ataque del domingo pasado y con personal sanitario.

A la hora de reflexionar sobre el ataque y su magnitud, posibilitada porque Paddock usó fusiles de alto poder de fuego, el presidente prefirió  descargar la responsabilidad en el atacante: “se trata de un hombre muy enfermo, una persona muy demente”, dijo, y aseguró que “Estados Unidos está de duelo”. También descartó “hablar hoy (por ayer) de la violencia de las armas”. 

Luego, la comitiva presidencial se trasladó al cuartel de policía, donde se encontró con oficiales que participaron de los operativos, a los que Trump, felicitó por su “trabajo bien hecho”. 

En tanto, en la búsqueda de motivos que llevaron al jubilado a convertirse en asesino masivo, la prensa local informó que Paddock llevaba un tiempo tomando ansiolíticos por prescripción médica.

La base de datos del Programa de Supervisión de Prescripciones de medicamentos de Nevada estableció que el médico Steven Winkler le recetó el 21 de junio 50 pastillas de 10 miligramos del sedante diazepam (valium).

El abuso de este fármaco puede provocar experiencias psicóticas en el consumidor, según detalla el portal especializado drugabuse.com. “Si alguien tiene un problema de agresividad subyacente y lo sedan con ese medicamento, puede suscitar esa agresividad. Puede desinhibir ese estado emocional. Es parecido a lo que ocurre cuando se da alcohol a ciertas personas: se vuelven más agresivas en vez de dormirlas”, explicó el doctor Mel Pohl, del Recovery Center de Las Vegas. Sin embargo, aunque hay estudios que muestran correlación entre el consumo de psicofármacos y el incremento de la agresividad, es dudoso que el consumo explique la premeditación con la que actuó el atacante que se suicidó tras la matanza, indicaron especialistas.

Ayer, los investigadores detallaron que el tirador había instalado en el dos cámaras en el Mandalay Bay, una de ellas en un carrito de servicio, y otra en la mirilla de su puerta. También establecieron que modificó 12 armas semiautomáticas para que disparen de forma continua y que con ellas habría disparado hasta 12.000 balas durante los aproximadamente siete minutos que duró la balacera.

Las autoridades interrogaron a Danley, filipina con ciudadanía australiana, quien vivía desde hace años con el jubilado en Mesquite, Nevada. Tras el interrogatorio, el abogado de la mujer que viajó el 15 de septiembre a Manila, a donde Paddock transfirió el mes pasado 100.000 dólares a una cuenta aún no identificada, leyó una declaración donde sostuvo que la mujer está “devastada por los muertos y los heridos”.

El vicedirector del FBI, Andrew McCabe, aseguró que están trabajando para “reconstruir la vida, la personalidad, los patrones de actividad del individuo y de todos los que se lo hayan cruzado en los días y semanas previos a este evento horrible”.

Seis meses atrás, en Atlanta, Trump aseguró durante la última conferencia de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) que “como presidente, jamás, jamás interferiré con el derecho del pueblo a portar armas”.