Leandro Larrosa, director general del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, a un año de la cita olímpica para los jóvenes, realizó ayer un balance del trabajo que se lleva adelante e hizo especial hincapié en el legado que dejará la competencia que tendrá lugar entre el 6 y el 18 de octubre del próximo año.
“Fue un proceso largo que empezó con la candidatura a finales de 2012. Fue una tarea difícil de llevar adelante porque Argentina se había presentado anteriormente como sede en cuatro oportunidades y no lo había conseguido. Nosotros tuvimos la suerte de poder lograrlo”, explicó Larrosa en una entrevista exclusiva con la agencia Télam.
La ciudad de Buenos Aires fue elegida para ser sede de la tercera edición de los YOG (sus siglas en inglés) el 4 de julio de 2013, por sobre Medellín y Glasgow, y esta viviendo su sueño olímpico, más allá de las presiones que genera el correr de los días. “El gran desafío del Comité Organizador es el crecimiento exponencial que tenemos, que es difícil de administrar. Hoy tenemos 39 áreas funcionales que interactúan con sus contrapartes del Comité Olímpico Internacional (COI) y los Comité de los 206 países que van a competir para que todo salga como deseamos”, manifestó.
Larrosa está al frente de un grupo de “300 personas, que el año que viene serán 900 más 10 mil voluntarios” y además tiene que estar en todos los detalles, desde lo más pequeño hasta lo más importante.
“Estamos poniendo todo el trabajo y la pasión y anhelamos que eso se vea reflejado en unos estupendos Juegos Olímpicos, que tengan el sabor de Buenos Aires y dejen una marca perdurable. Queremos satisfacer y superar nuestras expectativas y la de todas las personas que vengan a tomar parte del evento”, contó.
El directivo tiene claro que “los Juegos tienen que traer al país lo que los valores olímpicos siempre quieren mostrar. No podemos decir una cosa y hacer otra. Como pasó en otras ciudades que fueron sedes”.
“Deseamos convertirnos en un catalizador para el cambio y establecer un precedente para grandes eventos deportivos alrededor del mundo con respecto al legado, tecnología y sustentabilidad. Queremos que los atletas se conviertan en mejores atletas pero también en mejores personas”, agregó.
La Villa Olímpica de la Juventud, que alojará a 3980 atletas de entre 15 y 18 años (por primera vez habrá la misma cantidad de deportistas hombres y mujeres), entrenadores y jefes de equipo, constará con 31 edificios, con un total de 1200 unidades de uno, dos y tres ambientes, estará ubicada en la zona Sur de la CABA, una de las más postergadas de la capital.
Larrosa aseveró que dicha obra, que luego de ser utilizada por los deportistas será comercializada con créditos “primera casa” articulados por el IVC, con prioridad para los habitantes de la zona sur, son uno de los grandes legados de los JJ.OO., al igual que el plan de desarrollo deportivo y el programa de selección de talentos que lleva adelante el Enard.
Las obras tendrán un costo operativo de 190 millones de dólares aportados por al gobierno porteño, y el Parque Olímpico costará noventa millones de dólares, de los cuales el COI aportará quince millones.
Más allá del legado social que van a dejar los III Juegos de la Juventud, los primeros que se disputarán fuera de Asia luego de los de Singapur y Nanjing (China), Larrosa anticipó que los de Buenos Aires ayudarán a inspirar y fortalecer a toda una generación de jóvenes deportistas nacionales. “Los chicos que nos representarán son el punto de partida para el desarrollo de una nueva generación de deportistas. El Enard, quien da fondos a los atletas, decidió poner en marcha un programa de largo plazo, de 56 meses de trabajo, que en el último tiempo empezó a dar sus frutos con chicos surgidos de ese programa, que consiguieron resultados importantes a nivel internacional”, explicó.
En la cuenta regresiva hacia la innovadora Ceremonia de apertura que se realizará por primera vez en la historia al aire libre y fuera de un estadio, en el Obelisco, Larrosa contó los pasos a seguir en 2018. “Vamos a recorrer las provincias y trabajar en conjunto con las Secretarias de deportes provinciales para concientizar a la gente de que los Juegos van a suceder no solo en la Ciudad de Buenos Aires, si no en toda la Argentina. En 2018 vamos a tener el recorrido de la antorcha por las 24 provincias. Un programa coordinado con la ‘Marca País’, para que la llama olímpica recorra todos los íconos turísticos de la Argentina un par de meses antes de que se encienda la antorcha en el centro de la Ciudad”.