Luego de que la justicia federal de Esquel rechazara el pedido de habeas corpus preventivo, la activista mapuche Moira Millán logró ayer dar testimonio de las amenazas que viene sufriendo en la oficina judicial penal de Esquel. Allí su director, Rodolfo Barroso, tomó nota de la sucesión de episodios intimidatorios que sufrió a partir de 18 de septiembre, cuando se solidarizó con las comunidades de Vuelta del Río y Cushamen que fueron allanadas por el juez federal Guido Otranto. “Dejaron un animal muerto en la puerta de mi casa, una zorra que habían torturado, luego de haberme amenazado por teléfono, es un lenguaje mafioso, una situación alarmante que eleva el nivel de persecución y hostigamiento que estamos sufriendo por parte de fuerzas de seguridad del Estado”, dijo Millán.
Esta mujer de 47 años, que en 1999 encabezó la recuperación territorial de la comunidad Pïllan Mahuïza, en Corcovado, fue quien alertó sobre el incendio de las casas de los mapuches de Vuelta del Río, un día después de que sus integrantes ocuparan el juzgado de Otranto, en repudio al procedimiento judicial del 18 de septiembre, cuando en sendas Lof los tuvieron doce horas detenidos en el piso con las manos precintadas en la espalda.
Millán relató que ese día el magistrado que ya fue apartado de la causa les dijo que había ordenado los operativos porque “todos eran sospechosos de la desaparición” del joven tatuador. El jueves 21, tras el incendio de la vivienda del vocero de la comunidad Vuelta del Río, Marcelo Calfupan, el fiscal Carlos Díaz Mayer apareció en el lugar con la intención de realizar un peritaje. Los mapuches habían resuelto que no pasaría la policía armada, y fue Millán la encargada de palpar al custodio. “Hago responsable a la policía porque tras solidarizarme con los acontecimientos de Vuelta del Río, un hombre de manera anónima me insultó, y al llegar a casa me encuentro con este animal muerto”, explicó Millán. “La situación es de incertidumbre absoluta, más allá de que Barroso se comprometió a investigar me siento completamente vulnerable. La mejor manera de cuidarme es que el pueblo me cuide, hacemos visible la denuncia que yo, una mujer mapuche, activista, weichafe (guerrera) estoy siendo amenazada por la policía, y exigimos justicia”, agregó.