“La comunidad no lo quiere en la universidad.” La frase la pronunció Roberto Gallo, decano de la Escuela de Administración de la Universidad Nacional del Oeste, pero podría haberla dicho cualquiera de los 66 miembros de la asamblea universitaria que votó por unanimidad la remoción del rector Martín Othacehé, hijo de Raúl Othacehé, ex intendente de Merlo, la localidad bonaerense donde se ubica la institución. El 13 de agosto del año pasado Othacehé ya había sido destituido, pero el ex rector se presentó ante la Justicia y hace pocos días la Sala II de la Cámara Federal de San Martín hizo lugar a su demanda, anuló la asamblea de 2016 y lo repuso en el cargo. Pero no tuvo tiempo ni chances de reasumir.

La semana pasada, la Cámara Federal rechazó la apelación que había presentado la universidad para que se respetara la remoción votada el año pasado en la asamblea universitaria. El virtual regreso de Othacehé generó protestas de estudiantes y docentes, incluso la ocupación pacífica de una sede de la UNO.

En ese marco, el Consejo Superior de la UNO, el único cuerpo colegiado que junto con la asamblea universitaria está por encima del rector, se declaró en sesión permanente desde el viernes pasado y ratificó la convocatoria a las asambleas del 4 y el 13 de octubre. La primera, para echar nuevamente a Othacehé; la segunda, para elegir nuevas autoridades para el período 2018-2021 (el mandato original del rector destituido se cumplía este mes).

La remoción de Othacehé había sido aprobada por 50 votos a 4, por “haber incurrido en el abandono notorio e injustificado de sus deberes” y por “la comisión de actos lesivos para el interés y prestigio de la universidad”. Con los mismos causales fue despedido ahora, pero esta vez por 66 votos a 0.

La asamblea se realizó en la biblioteca de la sede de la UNO que se ubica sobre la calle Jujuy, en Merlo. Afuera había “policía del municipio y adentro personal de seguridad privada para evitar cualquier inconveniente”. 

El decano Gallo fue quien primero habló en la asamblea, explicó por qué debía ratificarse la remoción de Othacehé y cómo había sido el desarrollo de las demandas, apelaciones y fallos que se habían dado en la Justicia. Luego tomaron la palabra otros asambleístas y también expresaron sus críticas al rector; docentes y estudiantes por igual.

“Como estudiantes tratamos de garantizar siempre que se realice todo democráticamente. Estuvimos apoyando que se realice la asamblea, era lo que esperaba toda la comunidad, sinceramente nadie lo quería de vuelta”, dijo a este diario Gastón Sotelo (JUP), presidente del centro de estudiantes de la UNO, quien aseguró que la contundencia del “66 a 0” muestra el “enorme repudio” de la comunidad contra Othacehé, quien había sido electo en 2013.

Durante el fin de semana y hasta que se realizó la asamblea se llevaron adelante clases públicas, mateadas y actividades al aire público, entre otras, para intentar visibilizar y discutir sobre la situación de la casa de estudios.

“Se generó un clima de caos institucional, algo que casi afectó la actividad académica, pero los decanos decidimos que se respetaran las clases, había que mantenerlas y garantizar ese derecho”, dijo Gallo a PáginaI12, y llamó a “pensar en la universidad y dejar las mezquindades de lado”. “La mayoría le dijo que no a Othacehé –recalcó– y eso tiene que respetarlo, realmente piensa poco en la institución en sí misma”.