El partido entre la selección argentina y la de Brasil en el Maracaná comenzó con media hora de retraso luego de que los jugadores del conjunto albiceleste se retiraran del campo de juego antes del inicio del encuentro debido a la represión policial que sufrieron los hinchas visitantes tras ser atacados por un grupo de simpatizantes locales.
La violencia se desató en las tribunas del estadio de Río de Janeiro minutos después de que los futbolistas de ambos conjuntos saltaran al campo de juego para el comienzo del partido.
Luego de entonar el himno, se produjo una batalla campal en un sector de la cancha donde se encontraban simpatizantes argentinos. En ese momento, los jugadores realizaban el saludo protocolar, que se vio interrumpido ante la preocupación de los integrantes de La Scaloneta.
Con el capitán Lionel Messi a la cabeza, el plantel albiceleste se acercó a esa parte de las tribunas donde las hinchadas se enfrentaban y mientras la policía local repartía palos.
Tras algunos minutos de graves incidentes, los jugadores argentinos decidieron retirarse del campo de juego del Maracaná y se marcharon al vestuario como medida de protesta.
Media hora después de lo previsto (el choque debía empezar a las 21.30 pero arrancó a las 22), con los ánimos más calmados, los futbolistas regresaron al césped y el encuentro comenzó sin mayores inconvenientes, pero en un clima tenso dentro y fuera de la cancha.