A menos de doce horas de ser electo presidente de la Nación, Javier Milei confirmó que "privatizará YPF". Marcos Rebasa, presidente del Instituto de Energía Scalabrini Ortíz, dialoga con BuenosAires/12 y analiza el provenir de la actividad petrolera.
--¿La provincia de Buenos Aires debería preocuparse por la eventual privatización de YPF?
--Aunque todavía no produzca petróleo, la provincia de Buenos Aires está en la etapa de la exploración offshore que aunque no sea de la esfera provincial crea enormes posibilidades logísticas, portuarias y de desarrollo del empleo. Pero además la Provincia siempre recibe la consecuencia final de la política petrolera y a la vez es clave en distintos sentidos. Kicillof lo tiene muy claro. Lo dijo en el Congreso de la Energía que organizamos en La Plata. Si va a haber precios internacionales también a nivel interno, Buenos Aires debería preocupada. Por el consumo de la población, por las fuentes de trabajo, por el peso de la refinación, por las industrias que acceden a un precio más competitivo si se usan los precios internos y no los internacionales, mucho más caros.
-- ¿Qué puede hacer Buenos Aires con sus planes petroleros si se desnacionaliza YPF?
--Buenos Aires no tiene yacimientos propios, ni de gas ni de petróleo, al menos por el momento. Con YPF tiene relaciones a través de YPF Agro o Metrogás, de la cual es dueño mayoritario YPF. Si bien no tiene upstream (exploración y producción), tiene y mantiene una gran proporción de downstream (refinación de petróleo crudo, tratamiento del gas, transporte, distribución y comercialización de los productos derivados). Además, cuenta con un patrimonio simbólico políticamente hablando que son los pozos offshore de Mar del Plata. El gobierno provincial puede presionar para que se agilice esa producción, que puede significar, en alguna medida, un beneficio para las zonas de la costa que tienen comercio para alimentos, infraestructura, y demás.
--Más allá de su opinión contraria a la desnacionalización de YPF, ¿cuáles serían los obstáculos para llegar a esa decisión?
--Si quieren privatizar YPF deberán hacerlo de manera constitucional. La Ley de creación de YPF Nacional dice que no se puede modificar la participación accionaria sin dos tercios del Congreso, por lo que deberían pasar ese filtro, a no ser que entremos en zonas irregulares, arbitrarias e inconstitucionales. Esas cosas límites que suele hacer el macrismo. De todos modos, hay que esperar que llegue al gobierno y tome medidas. Es raro designar al frente de YPF a alguien especializado en petróleo y buscar la privatización. Para eso sería más coherente poner uno de esos CEO's desalmados o esos financistas a los que no les interesa nada. ¿Querrán optimizarla primero para venderla mejor? En ese caso a nivel internacional quedaría como un proceso moralmente vulnerable.
-¿Qué ocurre con los trabajadores del petróleo cuando un gobierno quiere privatizar YPF?
--Son los inmediatos perjudicados. Nadie está en contra de mejorar la eficiencia de una empresa, inclusive de YPF, porque es bueno y hace al mejoramiento de la rentabilidad de una empresa privada o estatal, que significa beneficio para todo el pueblo. Ahora, mejorar la eficiencia no es echar gente, que es lo que piensa en general este tipo de gobiernos. Les parece la forma más práctica, cuando en realidad, la eficiencia se logra evitando corruptelas de pagar a contratistas mucho más de lo que corresponde.
--¿Quién o quiénes deberían frenar la privatización?
--El Congreso desde el punto de vista formal, pero también todas las fuerzas políticas del país y todos los gobernadores que tienen un sentido de patria, pertenencia y responsabilidad con sus respectivos pueblos. YPF es una empresa de bandera como Aerolíneas Argentinas, son símbolos de la patria. Si tienen un mínimo interés y respeto por la patria, deberían ser las provincias quienes se opongan a la privatización. Pero también por interés propio, por sus porcentajes de YPF.
--¿Qué porcentajes?
--No es tan fácil privatizar YPF, porque el 51 por ciento de las acciones estatales, a su vez, están divididas entre la Nación (51 por ciento) y las provincias petroleras (49 por ciento), por lo que cada una de las provincias dueñas de YPF tienen palabra autorizada para defender sus acciones. De lo contrario, en caso de no hacer nada para evitar su venta, serían responsables civil y penalmente por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Igualmente, para la mayoría de ellas, tener titularidad de las acciones dentro del 51 por ciento no significa la misma importancia que los yacimientos que sí tienen en sus territorios. Allí tienen la administración especial. De hecho el dominio originario de los recursos naturales se hizo pensando en el petróleo. Si bien se refiere a los recursos mineros, del agua y de la tierra, los del petróleo fueron "la niña bonita" de la Convención Constituyente de 1994, donde se decidió que tienen dominio originario.
--¿Qué significa?
--Significa que no tienen la propiedad, pero si una cierta autoridad especial en la administración de esos bienes. Eso quiere decir que la Nación no puede fijar una política de administración de esos recursos sin acuerdo previo con ellas. Podrán sacar YPF si tienen acuerdo en el congreso, pero no pueden sacar los recursos de Vaca Muerta o del mar en caso de ser provincias costeras.
--Con el capital de las explotaciones offshore, ¿Cómo se relaciona Buenos Aires jurídica y formalmente con el resto de las provincias petroleras?
--La provincia de Buenos Aires participa sustancialmente del efecto de los hidrocarburos en sus generaciones secundarias. No todo es la producción. Están el transporte, la refinación, la destilación y el consumo. Buenos Aires no pertenece a la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI), porque nunca produjo hidrocarburos en su territorio físico, pero en caso de no haberlo hecho todavía, puede pedir pertenecer. Esto se debe a que, si bien no produce, gran parte de los hidrocarburos se transporta hacia puertos de la provincia de Buenos Aires, como Bahía Blanca. La industria agregada como consecuencia del gas y del petróleo se produce en esa zona, las refinerías más importantes están en la Provincia. El transporte se realiza por los territorios, y el consumo más importante de los derivados del petróleo se da principalmente en Buenos Aires. El gobierno ya planteó que debe tener una voz fundamental en la política de petróleo y sus derivados.
--Kicillof hace hincapié en que Buenos Aires "quiere ser parte del boom del petróleo". ¿Es factible una empresa petrolera provincial?
--Son infinitas las posibilidades de participar de lo que va a ser el boom de producción de petróleo. Me parecería perfecto, porque existen varias empresas provinciales que regulan el downstream, que es lo que existe en la mayoría de la provincia. El polo petrolífero se puede optimizar y tiene todas las posibilidades de tener una empresa que unifique aspectos de la distribución y la puesta en valor. Además, puede presionar para que haya mayor refinación, cosa que ahora escasea y que género la falta de combustible de los últimos días. Una refinería puede ser parte de una empresa provincial que promueva y ejecute lo que necesita Buenos Aires.
--¿Qué pasa con el medioambiente? ¿Qué males le genera a la naturaleza una incorrecta explotación?
--Contaminación siempre hay, una destilería tiene contaminación en su derredor y siempre hay cosas para cuidar. La etapa más perjudicial para el ambiente es en las zonas de producción. Existe y se trata de minimizar, pero hay mucha contaminación y muy poco control. En el transporte, si se cumple con los cuidados adecuados y los estudios de impacto ambiental están en orden, se minimiza el riesgo. A nivel provincial no hay nada para decir.
--En un principio el intendente de General Pueyrredón se opuso, con el medioambiente como argumento.
--Guillermo Montenegro, de Juntos por el Cambio, retrasó y cuestionó la producción petrolera que beneficiaba desde el punto de vista comercial a Mar del Plata, y por lo tanto a la provincia de Buenos Aires. Perjudicó notablemente a su provincia al retrasar la explotación, que ya terminó porque hecho los estudios, las Cámaras definieron que es factible y consideraron que no hay obstáculos ambientales para hacerlo. Montenegro lo hizo para perjudicar las intenciones del gobierno nacional del momento, no para beneficiar al medioambiente. La presentación fue de ambientalistas sesgados políticamente que perdieron, porque hasta la Academia de Ingeniería dictaminó que, de tomarse los recaudos, no había problemas.
--¿Desnacionalizar influiría también en YPF Tecnología y en YPF Litio?
--Claro, YPF Agro y Metrogas le interesan a la Provincia, pero obviamente Y-TEC e YPF Litio tienen una gran relación. Si privatizan YPF, todo lo relacionado con ella cae dentro de eso. Es quitarle la posibilidad al país de promover el agro, el litio, la luz.
--¿Puede peligrar con la desnacionalización el plan de prolongar el gasoducto Néstor Kirchner hacia el noreste y hacia Brasil?
--Ahí es donde el misterio de Milei genera el no saber qué decir. Si fuera racional, al país le convendría continuar tanto el gasoducto que hace una conexión hacia el norte, como la prolongación del Néstor Kirchner que va de Salliqueló a San Jerónimo. El primero, porque cuando sobre gas se podrá negociar con Brasil y mandarlo allí. Y el segundo, para autoabastecer el país y no tener que importar nunca más barquitos y que se vayan las divisas.