Javier Milei anunció durante la campaña que tenía previsto reformar la ley de Inteligencia. Sin embargo, el presidente electo aún no comunicó quién se hará cargo de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), un área clave para todo gobierno y que durante la administración de su aliado Mauricio Macri estuvo involucrada en una serie de escándalos vinculados al espionaje ilegal. La danza de nombres incluye a un brigadier retirado y a Miguel Ángel Toma, quien ya estuvo al frente de la Secretaría de Inteligencia (SI) durante el gobierno de Eduardo Duhalde.
El líder de La Libertad Avanza (LLA) tiene varios casilleros del Gabinete sin completar. Uno de ellos corresponde a quién será su Señor Cinco. Si bien públicamente Milei dijo que su vicepresidenta, Victoria Villarruel, será quien monitoree las áreas de Defensa y Seguridad, nunca quedó en claro qué pasaría con Inteligencia. En una entrevista con Alejandro Fantino, la abogada deslizó que sería lógico que la AFI quedara bajo su zona de influencia. Villarruel es parte de la familia militar y sus mayores contactos son con las Fuerzas Armadas.
El nombre de Toma fue el que más corrió durante las horas después de la victoria de Milei. Hombre del Partido Justicialista (PJ), Toma estuvo a cargo de la Secretaría de Seguridad Interior de Carlos Menem y después se hizo cargo de la SI durante la presidencia de Duhalde. La impronta de Toma en La Casa estuvo marcada por un alineamiento con Estados Unidos y su denuncia de que operaban células terroristas en la Triple Frontera.
Durante su gestión, se escribió el informe sobre el atentado de la AMIA que sirvió para fundar la responsabilidad de Irán en el ataque a la mutual de la calle Pasteur. Toma siempre reivindicó a Antonio Horacio "Jaime" Stiuso como un excelente agente de inteligencia, aun después de que Cristina Fernández de Kirchner descabezara la SI e impulsara la reforma hacia la creación de la AFI. Cuando se hizo el primer juicio por el atentado, el tribunal criticó con dureza a Toma por su postura corporativa frente a la investigación judicial: autorizó a muy pocos agentes a declarar ante los jueces y privilegió el secreto a la desclasificación de información.
En los últimos tiempos, Toma hizo presentaciones ante la Comisión Bicameral de Inteligencia (CBI) en línea con el bloque de Juntos por el Cambio. Lo cierto es que Toma tiene una relación histórica con Cristian Ritondo, que viene de los años en los que militaban en el peronismo. Hay quienes afirman que el nombre de Toma podría haber sido una de las propuestas del macrismo.
En una entrevista con Radio Mitre, Milei relativizó las versiones acerca del posible regreso de Toma al edificio de la calle 25 de Mayo. En el Congreso, le atribuyen su mala suerte a Guillermo Francos, quien ocupará el Ministerio de Interior en el gobierno de Milei. Tanto Francos como Nicolás Posse, futuro jefe de Gabinete, son dos de los enlaces con la gestión de Alberto Fernández.
Los dos consejeros de Milei se reunieron este martes con el ministro de Seguridad Aníbal Fernández. Una de las curiosidades del encuentro es que, según cuentan, no se mencionó a Villarruel, quien supuestamente iba a ser la persona que tuviera bajo su órbita las áreas de Seguridad y Defensa. En el gobierno crece la teoría de que ya existe una interna entre Milei y su número dos, que este miércoles tendrá su primera prueba de fuego: un encuentro con Cristina Fernández de Kirchner para discutir la transición en el Senado.
El otro nombre que circula como un hombre fuerte para la inteligencia de Milei es el del brigadier retirado Jorge Jesús Antelo. Según publicó Carlos Pagni en La Nación, Antelo estaría trabajando con Posee en una propuesta para la AFI. Antelo pasó a retiro en 2013 con la llegada de Agustín Rossi al Ministerio de Defensa, que hasta entonces conducía Arturo Puricelli. Volvió a la actividad durante el gobierno de Macri. Fue nombrado director nacional de Planeamiento y Estrategia de Oscar Aguad.
La AFI es un área más que estratégica y sensible que a Macri aun le trae dolores de cabeza por el accionar del organismo durante la gestión de su amigo Gustavo Arribas. El expresidente --actual consejero de Milei-- todavía tiene una causa abierta por espionaje a las familias de los tripulantes del ARA San Juan, el submarino de la Armada Argentina que se hundió en 2017.
En julio del año pasado, Macri fue beneficiado por la Cámara Federal porteña. El tribunal reconoció que la AFI hizo inteligencia ilegal sobre los parientes de los submarinistas, pero la justificó diciendo que estaba en riesgo la seguridad del entonces Presidente. La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal --integrada para este caso por Guillermo Yacobucci, Ángela Ledesma y Mariano Borinsky-- debe revisar la situación de Macri. En Comodoro Py dicen que podría haber definiciones antes de fin de año.