La dirigente de la organización Tupac Amaru, Milagro Sala, advirtió que aunque la metan en la cárcel o le peguen no le van “a quitar los pensamientos” ni su “manera de ser”. “Tengo claro qué Argentina quiero para mis hijos y para mis nietos”, afirmó.
Un día después de que la justicia provincial pidiera elevar a juicio oral una de las tres causas en las que se encuentra acusada Milagro Sala, luego de que uno de los involucrados en un homicidio ocurrido en 2007 cambiara su declaración, durante un reportaje con Crónica TV, Sala comparó las condiciones de su detención con Guantánamo, la cárcel de máxima seguridad que mantiene Estados Unidos en Cuba, y denunció que sufre una “persecución de género, de raza”, aunque advirtió que hay quienes “están peor, como la familia Maldonado, que todavía no sabe dónde está Santiago”.
“Estoy recontra preseguida, tengo 26 gendarmes, 24 cámaras de seguridad y una tobillera, y tengo que salir al balcón tres veces por día”, agregó la dirigente, quien refutó que estuviera “muy cuidada” como sostiene el oficialismo provincial. “No tengo intimidad, vivo acosada”, aseguró. Además, desafió al hermano del gobernador de Jujuy Gerardo Morales, “al Freddy”, a abrir las puertas de su mansión y demostrar cómo la obtuvo.
Milagro Sala fue arrestada en enero del año pasado luego de encabezar una protesta contra el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. A partir de allí, la justicia de la provincia comenzó a abrir una causa tras otra para mantenerla detenida. El Comité sobre detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas analizó el caso y señaló que el arresto de Sala era un caso de “detención arbitraria”. Luego, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reclamó que la dirigente social deje la cárcel del Alto Comedero. Los jueces de primera instancia de Jujuy dispusieron entonces un “arresto domiciliario”, pero, en realidad, lo concretaron con medidas inéditas que implicaron el establecimiento de un régimen carcelario en la casa destinada a Sala. Aun así, la Cámara Federal de Jujuy dispuso que la dirigente social vuelva a prisión, medida que fue apelada por los defensores de Sala.
La diputada del Parlasur denunció que “están atentando contra mi vida y me quieren llevar a la desesperación”, pero advirtió que aunque la metan en la cárcel o le peguen “no me van a quitar los pensamientos ni mi manera de ser”. “Tengo claro qué Argentina quiero para mis hijos y para mis nietos (…) A mí nadie me puede contar la pobreza, que ellos no ven”.
Luego de refutar las acusaciones “de chorra y narcotraficante” en su contra aclaró que sufrió cinco allanamientos en su domicilio desde la asunción de la actual gestión, que el radicalismo comparte con el Frente Renovador, “y no encontraron nunca ni un peso ni un arma en mi casa”. La dirigente social, a quien la Cámara Federal de Jujuy revocó la prisión domiciliaria, ya apelada por su defensa, denunció que Gendarmería no le permitió entrar a su casa a la abuela de su hijos, de 89 años, porque no llevaba las partidas de nacimiento que demostraran el vínculo con ella, y que las visitas deben presentar todos sus datos cada vez que quieren visitarla.