No importa por dónde ande de campaña, el presidente Mauricio Macri ya tomó como su caballito de batalla la indefinida denuncia a “las prácticas extorsivas” que atentan contra el futuro del país, lo mismo que “contra las mafias del juicio laboral”, que según su particular óptica “destruyen el empleo”. Lo dijo ayer en una jornada desdoblada de campaña en la que por la mañana compartió con la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal habilitar un tramo del Metrobús en Tres de Febrero y por la tarde viajó al sur para inaugurar un puente entre Neuquén y Río Negro con los gobernadores Omar Gutiérrez y Alberto Weretilneck.
Tres de Febrero lo maneja el intendente macrista Diego Valenzuela. Hasta allí llegó Macri junto a Vidal y al ministro Guillermo Dietrich. “Se acabó eso de prometer y no cumplir; se acabó eso de que una obra empieza y no se sabe cuando termina”, recitó allí, y se subió a un colectivo en el carril del Metrobús. También visitaron las obras de ensanche del cauce del río Salado.
El acto desde el puente ubicado sobre el río Neuquén que separa la capital provincial de la rionegrina Cipolleti arrancó cerca de las 15. El gobernador Weretilneck se reveló como sorpresivo aliado del Gobierno cuando días atrás anunció que bajaba su lista de diputados, lo que puso en carrera a Cambiemos para conseguir una banca. “Es importante que entendamos que las prácticas extorsivas dinamitan nuestro futuro y tenemos que enfrentarlas. No podemos permitir que alguien se crea que está por encima de la ley y que tiene más derechos que nosotros”, lanzó Macri, su latiguillo favorito por estos días. Y criticó que ambas provincias todavía no hubieran adherido a las normativas nacionales “para parar las mafias del juicio laboral, que destruyen empleo en todo el país”.