El juez federal nº 2 de Santa Fe, Francisco Miño, procesó y dictó prisión preventiva a cuatro personas por el delito de lavado de activos generados a partir del tráfico de drogas, y los embargó por la suma de dos millones de pesos a cada una. Se trata de dos parejas de esa ciudad, entre las que se cuenta una corredora inmobiliaria de la capital provincial.

Entre los acusados se cuentan el empresario Sergio "Zurdo" Villarroel y su esposa, Débora Flores, que ya en diciembre último habían recibido otro procesamiento por integrar desde 2014 una organización vinculada al narcotráfico. Villarroel -empresario del negocio del video cable, con dominios en el distrito costero de Alto Verde- llegó a esa instancia luego de un allanamiento requerido por el fiscal federal Walter Rodríguez y en el que se le secuestró más de un kilo de cocaína. El matrimonio no pudo explicar los numerosos vehículos de alta gama e inmuebles de los que disponía.

El nombre de Villarroel volvió a hacerse notorio hace dos meses, cuando se conoció que disfrutó del BMW Z4 en el que en setiembre de 2012 Martín "Fantasma" Paz transitaba cuando fue asesinado por un sicario en Rosario, el primer asesinato mafioso que inició la megacausa Los Monos y prologó la saga de narcoviolencia que estremeció a la ciudad. Ese auto debía estar secuestrado a disposición del juez Juan Carlos Vienna, sin embargo, le fue reintegrado a Luis Paz y luego terminó en manos de Villarroel.

Los otros imputados, Jorge Lescano y Graciela Bugnon, a través de la estructura de "Habitar Negocios Inmobiliarios" e incentivados por el cobro de comisiones, "participaron activamente en la gestión comercial para lograr la adquisición, almacenamiento, venta y cobro de distintas operaciones correspondientes a bienes que tuvieron origen en utilidades provenientes del narcotráfico" y que integraron el patrimonio de Villarroel y Flores, informó el Ministerio Público Fiscal en su sitio Fiscales.gob.ar.

Una de las estrategias trazadas para disimular la disposición que sobre dichos bienes ejercían los imputados era la ausencia de anotación formal de los mismos ante los registros creados a tal fin. La responsabilidad de Lescano y Bugnon se encuentra acreditada -entre otros elementos- a través de una gran cantidad de intercepciones telefónicas que dan cuenta del "elocuente" conocimiento que éstos tenían sobre el origen ilícito de los bienes de Villarroel y Flores. De hecho, en un diálogo registrado el 8 de noviembre de 2016 Lescano le informa a un tercero que Villarroel se dedica "a vender droga (...) porque es así, te lo digo directamente es dealer (...) para que no me rompas las bolas es muy pesado el tipo maneja mucha guita".

En estos términos, el dictamen del juez Miño concluyó: "Teniendo en cuenta el plexo probatorio de autos, se puede sostener que los imputados Lescano y Bugnon eran los encargados de administrar y efectuar las gestiones comerciales a favor de Villaroel y Flores para la adquisición de bienes en forma simulada, al menos en el espacio de tiempo que aquí se investiga", señaló el juez Miño.