Un encuentro único, de sorprendente despliegue, y organizado de manera independiente por sus propios protagonistas, reunirá en distintas localidades del país a los creadores de música para chicos de todo el continente. Será una oportunidad para conocer toda la riqueza y variedad que suena hoy en esta música, desde los grupos ya consagrados hasta los tantos nuevos exponentes. El 13er Encuentro de la Canción Infantil Latinoamericana y Caribeña acaba de comenzar y seguirá hasta el próximo 15 de octubre, con una cantidad casi inabarcable de espectáculos para toda la familia (ver aparte), pero también con instancias de formación que, a juzgar por la respuesta que ya tuvieron (en muchos talleres los cupos ya están agotados hace rato) serán bien aprovechadas por músicos, docentes y otras personas que trabajan con la infancia.
Divididas por regiones, las grillas artísticas suman más de cien grupos nacionales y extranjeros, lo que significa unos quinientos artistas haciendo música para chicos, muchos reunidos en la Argentina especialmente para tal fin. Rabo e’ Nube, Sonoro La Fábrica o Cuarteto Animal de Colombia, Volantín, Piececitos, Banda La Maleta o Acuarela de Chile, Frutas Planetas o Latasónica de Uruguay, Maruca de México, Batucantes de Brasil, Diego y Los Gatos del Callejón de Ecuador, Milagros Santana de Venezuela, Yaitza y su grupo de las Islas Canarias, son algunos de los muchos grupos que llegan para el encuentro. A ellos se suman artistas locales como Los Musiqueros y Luis María Pescetti (que el viernes actuarán juntos con los brasileños Rodapiao en el CCK) o Koufequin, La Banda de las Corbatas, Magdalena Fleitas, Hugo Figueras y Canticuénticos, entre muchos otros que darán cierre al encuentro, copando también la explanada de este centro cultural el domingo 15. Todos los conciertos de la ciudad de Buenos Aires (hay también en la Usina del Arte, en la sede de la Amia y en el ECuNHi, entre otras sedes) son con entrada gratuita; en otros lugares del país algunos son con entradas accesibles (de puede ver la programación completa en 13encuentrocancioninfantil.com.ar).
Por una idea de encuentro
El Movimiento de la Canción Infantil Latinoamericana y Caribeña (Mocilyc) fue fundado en 1994, con el eje puesto en “el afianzamiento y desarrollo de las propias identidades culturales a través del intercambio de experiencias, y el mutuo conocimiento entre creadores y educadores”, según se enuncia. Cada dos años se materializa en un gran encuentro de artistas y educadores en un lugar diferente del continente, y este año llegó a la Argentina como sede. Otro movimiento local fue el que aglutinó y motorizó todo el trabajo de organización: el Momusi, Movimiento de Música para Chicos. Para lograrlo están trabajando desde el año pasado, con la coordinación de Coqui Dutto de Córdoba, Marcos Gowda de Entre Ríos, y desde Buenos Aires Julio Calvo y Cecilia Maneiro, a los que se suman equipos técnicos en todas las provincias. Todo un gran movimiento que se suma a otro gran movimiento, para lograr este encuentro.
“Esta reunión bianual nos ayuda a crecer artísticamente y genera vínculos fraternos muy importantes. Y al mismo tiempo, los niños y niñas del país pueden disfrutar y enriquecerse con propuestas musicales diversas desde lo estético pero también desde lo cultural”, evalúa Dutto. Otro objetivo aparece implícito: “La voluntad de que el evento sirva a nivel nacional para fortalecer la presencia de la canción infantil en ámbitos diversos, así como las redes de intercambio y de gestión que existen”. “La idea de ‘Encuentro’ no es casual, desde allí se enuncia nuestro principal objetivo: Encontrarnos, entre todos y todas los que creemos que la música y, particularmente, la canción infantil son parte fundamental de nuestra vida, de nuestra cultura”, completa Calvo. “Por eso convocamos a quienes desde un escenario, desde el estudio de grabación, desde la creación, investigación y recopilación, desde las aulas de escuelas, universidades y talleres, desde los medios de comunicación, tienen el afán de compartir y nutrirse intercambiando saberes y experiencias. Y también a las niñas, los niños y sus familias en la maravillosa y potente experiencia de la música en vivo, cercana, presente, diversa, particular y universal al mismo tiempo”.
Por el modo en que quedó conformado el encuentro, esta 13º edición se distingue también por su carácter federal: se proponen eventos de manera simultánea en diecisiete ciudades del país, para sus primeros días. “En una segunda etapa, la mayoría de los participantes nos reuniremos en Buenos Aires, también será un hecho sin precedentes en el marco de los Encuentros de la Canción, por el número de propuestas artísticas y académicas simultáneas”, destaca Gowda.
“El espíritu de la propuesta significa una participación generosa de todos los grupos y personas involucradas en su realización, ya que no solo no reciben remuneración por su participación, sino que además costean sus boletos para poder estar presentes”, cuenta además Dutto. Sin apoyo económico del Estado para su realización, la red de organización hace posible costear los traslados internos, el alojamiento y las comidas de los grupos extranjeros, en su mayoría en casas de los mismos participantes, continuando de este modo la idea de “encuentro”. “Ni los extranjeros ni los nacionales cobran sus presentaciones. Todos donamos nuestro trabajo artístico y de organización. Es importante que quede claro que hacemos eso aún siendo músicos profesionales, porque estamos convencidos de la trascendencia de estas movidas culturales y las llevamos adelante en la situación que la realidad circundante exije”, marca Calvo.
Músicos que forman músicos
Además del eje artístico, con una extensa cantidad de conciertos, el encuentro hace pie en lo académico y en el intercambio de experiencias con más de doscientos talleres, conferencias, presentaciones de libros, discos, etc. Sólo en la ciudad de Buenos Aires hay unas 120 instancias de formación, muchas de las cuales ya tienen cupos completos. En lugares como Entre Ríos, Santa Fe, Neuquén y la provincia de Buenos Aires hay resoluciones de los ministerios de Educación que avalan las capacitaciones del Encuentro, invitando a los docentes a concurrir al encuentro.
Relatos de experiencias de lugares y temas muy diversos; talleres muy prácticos alrededor del modo de plantar la música en el aula o sobre un escenario; otros donde se analizan cuestiones alrededor de la música para chicos como derecho o como mercancía, son algunos de los ejes propuestos. “El circo social como una herramienta de comunicación no violenta entre pares”, “El ritmo, la palabra, melodías y canciones vivenciadas desde el cuerpo en distintas propuestas lúdicas”, “La magia de los tambores”, “Punto Encuentro y la discapacidad”, algunos de los títulos que invitan a participar.
Así planeado, el encuentro alrededor de la canción infantil abre preguntas sobre lo que significa hacer esta música, del cómo y del por qué. Y también intenta sumar entusiasmos. “Queremos contagiar a la comunidad la necesidad de mantenerse cerca este movimiento de música infantil disfrutando, apoyando y generando propuestas que nos descubran más y más modos saludables de atender a los niños y niñas en particular, y a la familia y comunidad en general”, describe Gowland, y coincide con sus colegas en que la realización de este encuentro es “un sueño cumplido”. “El Movimiento Latinoamericano nos ha brindado mucho a todos. Poder darle continuidad en nuestro país para que siga inspirando a tantos otros, es el sueño cumplido.
“Formar parte de un movimiento nacional y un movimiento latinoamericano, ambos sumamente activos y dinámicos, es un sueño realizado y realizándose día a día”, coincide Calvo. “Organizar el encuentro es una fiesta en sí misma, ver tanta gente unida por un objetivo, con una intención poderosamente comunitaria, en todos los rincones del país y del continente. Estamos viviendo y sintiendo en cada acción la realidad de la patria grande”.