Ciudades de toda España acogieron ayer concentraciones para pedir al Gobierno español y a las autoridades de Cataluña que dialoguen en busca de una solución a la crisis abierta tras el polémico referéndum soberanista del 1 de octubre, mientras Madrid acogió un acto a favor de la unidad.
En Barcelona miles de personas –5.500 según la Guardia Urbana– se congregaron ante el Ayuntamiento y la sede del Gobierno regional para exigir diálogo bajo el lema “Hablamos?” –o “Parlem?”, en catalán–. Acudieron vestidos de blanco y con globos y pancartas del mismo color, como pidió la plataforma ciudadana que convocó el acto. “Pedimos diálogo y que los políticos piensen en los ciudadanos, no en un saco de votos”, dijo Carlos, un hombre de 46 años nacido en Barcelona y contrario a la “polarización que sufre Cataluña” en sus palabras.
“Tiene que haber una salida a esta crisis, pero tiene que ser negociada”, señaló también Antonia, de 49 años. A la marcha, celebrada en la plaza Sant Jaume, acudió el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta. “Es el momento de escuchar a la gente que pide arreglar el problema de una forma acordada, sin decisiones precipitadas o unilaterales”, dijo a los medios.
También se celebró una multitudinaria concentración frente al Ayuntamiento de Madrid, en la Plaza Cibeles, donde cientos de personas acudieron vestidas de blanco y con carteles con palabras como “Paz”. “Bla, bla, bla, queremos hablar”, “Gobierno dimisión” o “Más conversación” coreaban algunos. En una pancarta con el lema “Independicémonos del odio” podía verse un dibujo del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, besándose con el jefe del Gobierno catalán, Carles Puigdemont.
A unos 650 metros de esa concentración se celebró otra multitudinaria manifestación a favor de la unidad de España y en defensa de la Constitución de ese país. La Plaza de Colón se llenó de banderas españolas y de gritos como “Viva España”, “Viva el rey”, o “Cataluña también es España”. “Cataluña no puede separarse, estamos a favor de la unidad de España”, dijo Olga, una manifestante de Madrid.
Entre ambos grupos se produjo una discusión en la plaza de Cibeles. “Yo soy español, español, español”, gritaban los asistentes a la marcha por la unidad, que ondeaban banderas españolas. Desde el otro lado, separados por la Policía, los manifestantes vestidos de blanco les contestaban con frases como “sin banderas” o “yo también soy español sin banderas”.
Según la Delegación del Gobierno en Madrid, en la concentración de Cibeles a favor del diálogo participaron 1.500 personas, mientras que a la manifestación por la unidad habrían asistido hasta 50.000. También se celebraron concentraciones con cientos de personas a favor del diálogo entre Rajoy y Puigdemont en ciudades como Bilbao, San Sebastián o Vitoria (en el País Vasco), Valladolid (en el centro del país), Valencia (en el este) o en la región de Galicia (en el noroeste).
Las concentraciones con el lema “Hablamos?” partieron de una plataforma ciudadana que hizo un llamamiento a concentrarse hoy a mediodía frente a los ayuntamientos de toda España, sin consignas políticas y con ropa blanca. “Sabemos que la convivencia es posible. España es mejor que sus gobernantes y lo ha demostrado en numerosas ocasiones”, afirmaron los convocantes en un manifiesto.
“Nos preocupaba la dinámica política de estos días. Lleva a un callejón sin salida”, explicó Pablo Fernández, uno de los impulsores de la convocatoria. “Es hora de estar juntos para mostrarles que han sido incapaces e irreponsables y que existe otro modo de hacer las cosas”, añadió. La idea caló en un país que se asoma a su mayor abismo político en décadas por la independencia que Cataluña tiene previsto declarar ante el rechazo frontal de la Justicia y el Gobierno en Madrid.
También en Palma de Mallorca, en las islas Baleares, tuvo lugar ayer una marcha a favor de la unidad de España y en apoyo a las fuerzas de seguridad del Estado. Para el hoy hay convocado en Barcelona un acto contra la independencia que se clausurará con un discurso el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.
La incertidumbre y la inquietud por el proceso secesionista provocaron en los últimos días la fuga de empresas y bancos de Cataluña a otras regiones de España. El jefe del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, anunció el pasado domingo una declaración de secesión “en unos días”. Su plan inicial era abordar el tema en un pleno previsto el lunes en el Parlamento de la región, pero el Tribunal Constitucional lo suspendió y se convocó otra sesión para el martes. Lo que ocurra ese día está en el aire.
Mientras tanto el movimiento independentista comenzó a cosechar apoyos a nivel internacional. El partido nacionalista flamenco N-VA, que forma parte del Gobierno de Bélgica, elogió ayer las aspiraciones independentistas de Cataluña. El ministro belga de Asilo y Migración, Theo Francken, dijo en una entrevista concedida al grupo editorial IPM que está “muy orgulloso de ver lo que están haciendo los catalanes”.