Mariano Recalde, candidato a legislador de la Ciudad por Unidad Porteña, sostiene que el frente electoral que representa se ha convertido en la “principal fuerza de oposición” al gobierno macrista y convoca al “voto útil” para ponerle un freno a las políticas de ajuste y “generar equilibrio a tanto poder concentrado”. Recalde afirma que Unidad Porteña no está pensando en el recambio del gobierno de la Ciudad en 2019 sino en consolidar una oposición parlamentaria que frene las reformas laboral, previsional e impositiva con que el Gobierno avanzará después de octubre. “Si el macrismo habla de reforma laboral, nadie se puede imaginar otra cosa que no sea menos derechos, más flexibilización”, afirma Recalde que emparentó la propuesta Cambiemos a la “ley Banelco” de la Alianza de Fernando de la Rúa. Sostiene que en la Ciudad habría que reglamentar a los “cuidacoches” para evitar que haya una “organización” detrás las personas que sobreviven con esta actividad en épocas de crisis y pérdidas de empleo. “Son espacios públicos que deben ser destinados a las necesidades de los vecinos y no al negocio de unos pocos”, afirmó Recalde para sostener su rechazo a la construcción de un shopping en Caballito y un lujoso complejo inmobiliarios en la Costanera Sur. .
–¿Cómo se plantea Unidad Porteña consolidar lo que consiguió en las PASO y revertir la diferencia tan importante que sacó el oficialismo?
–Estamos trabajando para convocar a todos los que votaron alguna opción opositora en la Ciudad. Después de las PASO quedó claro cuál es la principal fuerza opositora y cuál es la fuerza que puede generar un equilibrio a tanto poder concentrado que acumuló el Gobierno nacional y también el de la Ciudad. Tenemos que convocar, hablar y tratar de representar a todos aquellos que coinciden y tienen la misma sensibilidad con las cosas que nos preocupan para ponerle freno a lo que se viene después de octubre. No hay otra opción útil para ponerle un freno a Macri.
–¿Considera que con las fuerzas que logró aglutinar Unidad Porteña alcanza para pelear por la Ciudad dentro de dos años?
–No estamos pensando en la Ciudad ahora sino en construir una oposición que pueda discutir con el gobierno las grandes reformas que se vienen después de octubre: las reformas laboral, impositiva, provisional. Si el macrismo habla de reforma laboral, nadie se puede imaginar otra cosa que no sea menos derechos, más flexibilización.
–Desde el Gobierno también evalúan avanzar en la reforma laboral en una discusión directa con los gremios. ¿Considera que podría lograrlo por esa vía sin pasar por el Congreso?
–Creo que van buscar modificar las leyes laborales centrales pero también “convencer” a los dirigentes gremiales de modificar los convenios colectivos. Intentarán, como en los tiempos de (Fernando) De la Rúa con la llamada ley Banelco, derogar los derechos de los convenios.
–En la ciudad también habrá disputas en el ámbito legislativo por leyes que generan controversias, entre ellas, la prohibición de los cuidacoches ¿Cuál sería la postura de UP?
–Nosotros no creemos en la prohibición. Consideramos que hay que regular una actividad que se mueve de acuerdo a la actividad económica: cuando hay pleno empleo uno puede implementar una determinada solución y cambia cuando la gente pierde el trabajo y se las rebusca para tener un ingreso que le permita sostener una familia. Hay que trabajarlo con las particularidades de cada lugar y momento. Una para espectáculos públicos, otra para lugares residenciales y analizar si cubre la necesidad de gente que se las rebusca para sobrevivir y otra si hay una organización que está por detrás de una persona que cuida coches.
–Otro de los proyectos controvertidos es Solares de Santa María, la construcción de un exclusivo complejo inmobiliario en tierras de la ex Ciudad Deportiva de Boca y al lado de la reserva ecológica. ¿Que dirán en ese caso?
–Sostenemos la actual postura del bloque en la Legislatura de no votarlo, igual que shopping Caballito.
–Ese era el tercer proyecto por el que le iba a consultar. ¿Por qué motivos?
–Por que se tratan de la privatización de espacios públicos que no deben ser destinados a otra cosa que no sean las necesidades que tienen los vecinos. En el caso puntual de Caballito, el barrio necesita un parque no un shopping. En el caso de los Solares, lo mismo: se trata de un espacio para los vecinos y no de un negocio para unos pocos.