Con un acto en la explanada de la Basílica de Luján, las integrantes de la Asociación Madres de Plaza de Mayo celebraron ayer los 40 años de la primera vez que usaron el pañuelo blanco, “40 años de aquella vez que decidimos y algunas nos animamos a venir para pedirles a los que rezan que rezaran por los miles de desaparecidos”, recordó Hebe de Bonafini. La titular de la entidad destacó el “paso tan grande por la lucha” que dieron las víctimas del terrorismo de Estado. “Gracias queridos hijos; donde quiera que estén, sepan que sus ideales se están cumpliendo en muchísimos jóvenes que levantan sus banderas”, agregó. 

A pesar de los retrocesos en derechos humanos que el organismo denuncia de parte del Gobierno de Mauricio Macri, este es un año de celebración para las Madres de Plaza de Mayo. Meses atrás recordaron la primera reunión en la Plaza; hace semanas se reunieron en el Parque Pereyra Iraola para recordar la primera asamblea que allí llevaron a cabo. Ayer fue el turno del aniversario del pañuelo blanco.

Las madres recordaron el nacimiento de lo que terminó convirtiéndose en “símbolo global de lucha, de rebeldía, de resistencia” con un recorrido por el interior de la basílica de Luján, un acto en la explanada y un encuentro con “compañeros y compañeras” en la Casa de las Madres, sede de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.

“No éramos muchas, pero algunas nos animamos a participar de la peregrinación a Luján”, reconstruyó Bonafini ayer al mediodía. La caminata era una de las pocas actividades que la dictadura cívico militar no había prohibido en el marco del estado de sitio. Para reconocerse entre ellas, las madres decidieron cubrirse sus cabezas con los pañales de sus hijos, que en aquellos años eran de tela. “Llegamos a la basílica y así entramos, agrupadas como pollos, con miedo. Muchas nos quedamos a pasar la noche tiradas en el pasto, Llorando. Desde entonces decidimos no llorar más en público, no mostrarnos débiles ante los milicos o el enemigo”, reseñó Bonafini. 

La titular de la Asociación calificó también al gobierno de Mauricio Macri como “un enemigo feroz que viene por todo, que es traidor y te ataca por atrás”. “Nos quieren destrozar, se quieren llevar todo”, denunció Bonafini en relación a nuevas amenazas que recibió la Asociación de parte del interventor de la Universidad de las Madres, Javier Buján, a quien le respondió: “No hay nada que nos doblegue. No pasarán, a la Casa de las Madres no van a entrar.” 

Antes de presentar al cantante de Arbolito, Agustín Ronconi, quien cerró el acto, Bonafini recordó a los 30 mil desaparecidos. “Estamos tan orgullosas de nuestros hijos, que dieron un paso tan importante en la historia”, culminó su discurso.