Hollywood se encuentra conmocionado con la divulgación del historial de abusos que arrastra tras de sí uno de los hombres más poderosos e influyentes de la Meca del Cine. El escándalo acaba de empezar, porque dos estrellas de la talla de Jolie y Paltrow denunciaron que ellas también sufrieron el acoso del productor de Tiempos violentos, Shakespeare enamorado, El discurso del rey, entre muchas otras películas, y un artífice clave a la hora de hacer campañas en pos de los Oscar.
Mientras Ashley Judd contó que fue citada por Weinstein a un desayuno de trabajo en su habitación y éste la recibió en bata, ofreciéndole masajes, y lo primero que se preguntó fue cómo irse de ese cuarto lo antes posible sin ganarse al productor como "enemigo", Jodi Kantor y Megan Twohey, periodistas del New York Times, rastrearon decenas de acuerdos extrajudiciales del poderoso hombre de Hollywood para frenar denuncias, entre ellas la de Rose McGowan, actriz de Scream.
En las últimas horas, Paltrow, que ganó el Oscar por Shakespeare enamorado, contó un episodio similar al padecido por Judd. "Era una niña y estaba petrificada", contó al New York Times sobre el día en que Weinstein la citó a su habitación, en la preproducción de Emma y le sugirió masajes. La actriz evadió la insinuación y se lo contó a su pareja de entonces, Brad Pitt, quien enfrentó al productor, quien respondió amenazándola, a los gritos. Emma se filmó y luego volvieron a trabajar en la comedia romántica que ganó el Oscar en 1999.
Jolie, por su parte, contó su experiencia al diario por mail. “Tuve una mala experiencia con Harvey Weinstein en mi juventud y como resultado, elegí no volver a trabajar más con él y advertir a otras que no lo hicieran. Este comportamiento hacia las mujeres en cualquier ámbito y cualquier país es inaceptable". Se refería al rodaje de Playing by Heart, en los 90.
El productor anunció acciones legales contra el periódico, y dio su versión de los hechos. "Crecí en los años 60 y 70, cuando las reglas sobre cómo comportarse en lugares de trabajo eran diferentes. Así era la cultura en ese momento. Ya aprendí que eso no es una excusa para nadie”, afirmó en un comunicado, en el que admitió que “la manera en la que me comportaba antes con mis colegas causó mucho dolor y sinceramente me disculpo por ello” y que “aunque estoy tratando de mejorar sé que aun tengo un largo camino por recorrer”.
Al mismo tiempo adelantó que se tomaría licencia en su productora, The Weinstein Company, que finalmente abandonó, y a cuyo directorio también renunciaron cuatro de sus nueve integrantes.
La divulgación, por parte de la revista The New Yorker, de un diálogo de Weinstein con una joven, durante el cual la increpa en duros términos, indica que el escándalo recién empieza: “”No arruines mi amistad conmigo por cinco minutos”, le dice a la joven que le responde: “Me siento muy incómoda y me quiero ir”.
Mientras tanto, más víctimas se animan a hablar, entre ellas, Rosanna Arquette, actriz de Tiempos violentos. Estrellas como Meryl Streep y Jennifer Lawrence se pronunciaron a favor de las denunciantes. La guionista Lena Dunham, por su parte, reclamó una toma de posición de los hombres de Holywood. “¿Están avergonzados porque salieron sonriendo junto a él en una foto, o les dio dinero para su organización, o les presentó una novia, o los ayudó a ganar una nominación al Oscar? ¿Están actuando bajo la suposición de que todo esto es muy triste pero no es problema de ustedes?", preguntó el Times.
El primero que recogió el guante fue Mark Ruffalo, quien dijo por Twitter que "lo que Harvey Weinstein hizo fue un desagradable y horrible abuso de poder. Espero que estemos presenciando hoy el principio del fin de estos abusos". George Clooney, por su parte, dijo que "Harvey lo ha admitido y es indefendible. Lo conozco desde hace 20 años”. A través de un comunicado, Clooney subrayó que el productor “es indefendible. Es la única palabra con la que se lo puede catalogar”.