Un grupo de trabajadores renunció a la histórica Universidad de las Madres luego de que el interventor que el gobierno nacional ubicó al frente de la institución, Javier Buján, negara frente a ellos el vínculo entre el instituto universitario y el organismo de derechos humanos que lo creó. “Esta es una institución pública, no tengo nada que hablar con las Madres de Plaza de Mayo”, denunciaron los trabajadores que Buján les advirtió durante una reunión de trabajo días atrás. El lunes pasado decidieron renunciar los empleos que se desempeñaban en la sede de Hipólito Yrigoyen del centro universitario. Informaron la decisión al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, a través de una carta en la que plantean que “un devenir del Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo (IUNMA) que niega a sus impulsoras tanto como su propuesta educativa resulta una abierta contradicción con su espíritu, sus fines y sus objetivos, tanto como una ofensa para los trabajadores que hemos aportado a su fortalecimiento y prestigio”.
“Nos sentimos gravemente injuriados”, advirtieron a Garavano los 17 trabajadores del Iunma que renunciaron a sus puestos el pasado lunes. El motivo de su renuncia fue “una muestra más de hostilidad” de Buján hacia el organismo de derechos humanos que dirige Hebe de Bonafini, explicaron los ex empleados en diálogo con este diario. Durante una reunión de trabajo, contaron que el interventor rechazó de plano la posibilidad de dialogar con las Madres en relación con el funcionamiento cotidiano del centro universitario. Según este diario pudo reconstruir, Buján considera que las Madres, que constituyen una entidad de gestión privada –no gubernamental– no son parte de una institución de gestión pública, así que no tiene por qué consultarle nada.
Buján llegó al Iunma a mediados de junio con “cero intenciones” de entablar un diálogo con la comunidad que lo integra, señalaron desde el instituto. De hecho, trabajadores docentes y no docentes y estudiantes recibieron la intervención con tomas en los edificios en donde funciona la institución. En lo sucesivo, las Madres de Plaza de Mayo denunciaron en más de una oportunidad amenazas de parte del interventor, sobre todo relacionadas con un posible desalojo del edificio de Hipólito Yrigoyen 1584.
Allí, además de funcionar el Iunma también lo hace la Asociación. Buján “persigue” a trabajadores, docentes, estudiantes y “castiga al propio Iunma” al que “pretende destruir derribando su razón de ser, sus objetivos y finalidades”, plantearon los renunciantes en el documento presentado ante Garavano.
En ese texto, además, consideraron que el rechazo de Buján a mantener un diálogo con la Asociación Madres de Plaza de Mayo y sus integrantes “revela el desconocimiento, desinterés y desidia para con el proyecto educativo-institucional que ellas crearon con la Universidad Popular sobre la cual se constituye el Iunma”. Cabe recordar: la ley 26.995 que marcó el nacimiento formal del Iunma fue aprobada en 2014. Sin embargo, el proyecto educativo universitario comenzó a caminar en 1999, impulsado por Madres de Plaza de Mayo y con una clara propuesta de educación popular. “Un devenir del Iunma que niega a sus impulsoras tanto como la propuesta educativa resulta una abierta contradicción con su espíritu, sus fines y sus objetivos, tanto como una ofensa para los trabajadores que hemos aportado a su fortalecimiento y prestigio”, continua la carta destinada a Garavano que firman con nombre, apellido y número de documento de identidad los 17 trabajadores que, por tales razones, decidieron dejar sus empleos en la institución. “No nos dejan otra posibilidad que desistir de las imposiciones ilegítimas, arbitrarias y maliciosas del rector”, concluyeron los empleados.