Amado Boudou sorprendió ayer cuando pidió adelantar su indagatoria en el juicio donde se lo acusa de haber llevado adelante maniobras para quedarse con la imprenta Ciccone. Quiso contestarle a Nicolás Ciccone, también imputado, después que prestó una indagatoria de dos horas en las que aludió a dos supuestas reuniones con el ex vicepresidente cuando era ministro de Economía, donde, sostiene, se habló del traspaso de acciones de la firma en el momento en que estaba asediada por deudas impositivas. Uno de los encuentros, dijo, que fue en el canal Telefé y el otro en un bar de Puerto Madero. Boudou replicó: “Fue un cuento armado. No existió la reunión ni la charla. Ni en los términos informados que dijo Ciccone ni en los que quiso poner la instrucción (en alusión a la investigación del juez Ariel Lijo”. Lo del estudio de televisión señaló que fue un simple saludo y el otro encuentro, que no existió. Las audiencias del juicio -para las que parecía haber tanto apuro- se reanudarán el 31 de octubre, pasadas las elecciones.
La audiencia empezó con el rechazo del tribunal al planteo de la defensa de Boudou que pedía unificar el juicio con lo que queda en investigación en el juzgado de Lijo sobre el mismo caso, con una veintena de imputados entre quienes está el ex titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. El Tribunal Oral Federal 4 rechazó también un pedido de la defensa de Alejandro Vandenbroele para que se anule la citación a testimoniar a su ex esposa, Laura Muñoz, quien fue la que lo acusó de ser el testaferro de Boudou. Vandenbroele era el nombre visible de The Old Fund, la sociedad que levantó la quiebra de Ciccone y que según la acusación fue para quedarse con el 70 por ciento. El ex vicepresidente y Vandenbroele niegan cualquier vinculación y no hay contactos entre ellos. El argumento para invalidar la citación a Muñoz es que sigue estando casada en los papeles con Vandenbroele y la ley impide declarar contra los cónyuges. Otro rechazo fue para el ex funcionario de la AFIP Rafael Resnik Brenner, que pidió que declaren como testigos la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno, Echegaray y el ex jefe de gabinete Juan Manuel Abal Medina.
Finalmente el primer indagado fue Ciccone, uno de los fundadores de la imprenta especializada en imprimir billetes. Según su relato, en el momento crítico para la empresa, endeudada, ni él ni su hermano querían entregarla y relató que tuvo reuniones para posibles salvatajes con empresarios y funcionarios como Jorge Brito, del grupo Macro, el ex ministro Aníbal Fernádez y hasta Sergio Massa. Contó que su yerno, Guillermo Reinwick, a través de su vínculo con un directivo de Telefé, obtuvo el contacto con Boudou y que lo llevaron al canal a verlo ya que estaba allí dando una entrevista. “Me dio a entender que hablara con su amigo José María Núñez Carmona”. Antes, declaró, fue a otra reunión con Boudou en el bar I Fresh Market, en Puerto Madero. Ese relato fue el que discutió el ex vicepresidente.