“Hay un sector con poder político, con armas y con mucha impunidad, amenazando nuestras vidas”, aseguró ayer Moira Millan, dirigente mapuche de la comunidad Pillan Mahuiza de Chubut. En vistas de esa situación, Millan viajó a Buenos Aires y se reunió con dirigentes de organismos de derechos humanos para buscar “una estrategia de protección” para ella y toda la comunidad, después de las sucesivas amenazas de las fuerzas de seguridad y el rechazo al pedido de hábeas corpus preventivo presentado en el juzgado de Esquel.
La referente mapuche resaltó que su viaje a Buenos Aires se inscribe en un contexto de “creciente tensión” entre el Gobierno y los pueblos originarios, signado por la desaparición de Santiago Maldonado. “Vengo acá para que me cuiden todos ustedes y la única manera de hacerlo es denunciando lo que está pasando”, dijo en diálogo con la AM 750.
Millan explicó que no existe “una Corte constitucional confiable, a la que podamos acudir en busca de ayuda”. “Por eso, acudimos a pueblo, porque nos parece que organizados y en unidad puede dar mayor resguardo y soluciones al problema que el Estado”, agregó.
La referente mapuche también brindó una conferencia de prensa desde la Liga por los Derechos del Hombre para denunciar el “hostigamiento” que sufre la comunidad a la que pertenece y dio, además, una charla en un local de la CTA. “Son tiempos en que nos tenemos que unir para reinsertar derechos que están siendo negados y redoblar la apuesta: no solamente exigir a este gobierno que detenga la represión de nuestro territorio, sino que también se comprometa a garantizar y crear nuevas herramientas legales para nuestra protección”, destacó.
Millan comenzó a recibir amenazas después de realizar una toma pacífica del juzgado federal de Esquel por los allanamientos en la comunidad Vuelta del Río, ordenados por Guido Otranto, el entonces juez de la causa por la desaparición de Santiago Maldonado. El 21 de septiembre, cuando el fiscal Carlos Díaz Mayer acudió para hacer un peritaje en el lugar, la comunidad decidió que no pasaría con su custodio armado, y la referente mapuche se encargó de palpar a los policías para verificar que no portaran armas.