El presidente de Francia, François Hollande, advirtió ayer que sin funcionarios no hay Estado, en aparente respuesta a las declaraciones del candidato presidencial conservador, François Fillon, quien días atrás propuso reducir la planta de trabajadores públicos.

“Cuando no hay empleados, no hay Estado, y cuando no hay Estado, no hay Francia”, señaló desde Abu Dhabi Hollande, en una declaración televisada en Francia en la que aludió –sin citar expresamente– al plan de Fillon, que pretende reducir hasta 500 mil la planta de personal publico en Francia (en torno del 10 por ciento del total) si gana los comicios de 2017. Hollande pidió consenso en el país y recordó que su prioridad en sus casi cinco años de presidencia fue siempre defender a los más frágiles y a las capas amenazadas por las guerras y el terrorismo.

El presidente realizó su primer viaje internacional desde que anunció, el jueves pasado, que no se presentará a la reelección en las elecciones de 2017, una decisión inédita en la historia reciente francesa, pues todos los otros jefes de Estado intentaron un segundo mandato. Hollande visitó la sede que el museo del Louvre tiene en Abu Dhabi. Francia prestará obras procedentes de varios museos galos para la pinacoteca emiratí.

Un sondeo mostró el viernes que el 82 por ciento de los franceses aprueba la decisión del presidente François Hollande de no buscar su reelección, algo que allana el camino para que su primer ministro, Manuel Valls, aspire al cargo en los cada vez más inciertos comicios del año próximo. El inesperado anuncio de Hollande, que no obstante se entiende por su aprobación popular históricamente baja, dejó abierta la cuestión de la candidatura presidencial del gobernante Partido Socialista (PS) para las elecciones de abril, que se presentan crecientemente impredecibles.

La prensa francesa especula con que Valls, quien había sido leal a Hollande hasta hace poco pero que recientemente insinuó que estaba dispuesto a enfrentarse a su jefe en las primarias del PS, presentará su candidatura en breve. Las encuestas, sin embargo, muestran que ningún candidato de izquierda llegará a la segunda vuelta electoral, en mayo, en la que se definirá el próximo presidente de Francia. 

Según los sondeos, el candidato del partido conservador Los Republicanos, Fillon, es el favorito para suceder a Hollande durante los próximos cinco años, ya que derrotaría a la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, en primera vuelta y en el ballottage. Pero en medio de la ola populista que acaba de dar al republicano Donald Trump la presidencia de Estados Unidos y que llevó a los británicos a votar este año a favor de abandonar la Unión Europea (UE), nadie descarta la posibilidad de una victoria de Le Pen. 

El viernes, Le Pen consideró que la decisión de Hollande de ser el primer presidente de la Quinta República que no aspira a la reelección respondió al fracaso de su mandato e ironizó con que ni Valls ni Fillon serán rivales para ella. “El anuncio del actual presidente marca el gran fracaso del quinquenio (de Hollande) y del Partido Socialista en su conjunto”, dijo la líder antieuropeísta en un acto en Villepinte, a las afueras de París. 

Le Pen dijo que con la exclusión de la campaña presidencial tanto de Hollande como de su predecesor, el conservador Nicolas Sarkozy, sus rivales van a ser sus dobles, en alusión a los primeros ministros de sus respectivos mandatos, Valls y Fillon. “No voy a tener contra mí más que a sus dobles, que con mucha frecuencia tienen los defectos de los primeras espadas sin sus pocas cualidades”, señaló, dando por sobreentendido que el primer ministro Valls va a formalizar su candidatura a las primarias socialistas.