Las expectativas para la Crack Bang Boom que inicia son tantas que, si de un ejemplo suficiente se trata, desde hace más de un mes la plaza hotelera está copada. Desde ya, la presencia del dibujante norteamericano Frank Miller es excluyente, se trata de un acontecimiento. Nunca vino a la Argentina o a convención alguna del país, así como sucediera ocho años atrás con otro nombre fulminante: Jim Lee.
Pero CBB es todavía más. Y esto es algo que tienen claro sus organizadores, a partir del trabajo conjunto que involucra a la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad, el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia, y el Comité Organizador CBB que comanda Eduardo Risso. En este grupo, los nombres que comparten logística y tareas son los de Eduardo Santillán Marcus, Juan Angel Szama, David Alabarcez, Germán Peralta, Guillermo Calichio y Cristian Rossi.
"El año pasado se calcularon 30 mil personas, este año se esperan todavía más, dada la repercusión que está teniendo la presencia de Frank Miller. Pero para mí es tan importante Miller como cualquiera de los demás invitados y actividades. Lo que pasa es que él es un poco como el sol que tapa lo demás", explica Santillán Marcus.
No es para menos, Miller es uno de los nombres de fundamento para pensar el derrotero del cómic norteamericano a partir de los años '80. Su presencia es asimilable a la de un rock-star de la historieta, algo que el organizador ratifica: "No está en nosotros que la foto o firma de Miller se la lleve el que más plata tiene, a partir de entradas diferenciales, sino que la entrada sea una sola y para todo el mundo. Ahí está la 'cuestión rock': si querés su firma vas a tener que transpirar la camiseta. Es decir, Miller va a firmar el tiempo que él quiera, quien venga con ese sólo propósito no la va a pasar bien; eso sí, CBB es mucho más: yo prefiero que vayan a oír la palabra del autor, que escuchen qué está haciendo, eso es lo que me interesa".
Al respecto, la primera charla de Miller será mañana a las 13.30 en La Comedia (Mitre y Ricardone), con entrada libre y gratuita. La segunda, ya con entrada, será el sábado a las 15.30 en el Galpón de la Música, junto al guionista Brian Azzarello, con la temática puesta en Batman. "Tanto La Comedia como El Galpón de la Música son lugares que no son canchas de fútbol, no podrán verlo todos, pero estamos pensando otras maneras que permitan que esas charlas sean vistas", advierte Marcus.
- El crecimiento de CBB es exponencial, tal vez por su identidad, por la confluencia de actividades variadas.
- La idea, la meta, siempre fue la de promover la historieta. En lo personal, lo primero que tengo en mente es la grilla. CBB se parece a la Feria del Libro de Buenos Aires, pero de historieta. No hay convención en el país donde se presenten tantos libros como acá. Y a mí me gusta ser parte de un evento que generó esto. Vemos gente que en la primer CBB se había puesto en un tablón, con un fanzine, y ahora tienen una editorial propia y miran materiales de otros.
- CBB generó un circuito de convenciones en el país, y cada uno tiene una fisonomía distintiva.
- Lo mejor es que no existe el enfrentamiento, hay un montón de eventos y ninguno se considera mejor que otro, sino que cada uno tiene su identidad, y nos queremos todos. Hay gente que se asombra al ver a organizadores de uno de los eventos en otros, y que lo disfrutemos. Justamente, si le va bien a cada una de las convenciones, nos beneficiamos todos.
Entre los invitados de la edición que arranca hoy y continúa hasta el domingo, con el CEC como sede central, figuran el homenajeado Quino --que no podrá asistir, y a quien hoy a las 18 se le realiza un homenaje (ver Contratapa)--, Domingo Mandrafina, Jorge de los Ríos, Lucas Varela, y el productor de cine japonés Inoue Hiroaki. La presentación de libros es felizmente abrumadora, y entre los talentos que acompañarán sus novedades figuran Horacio Altuna, Luciano Sarasino, Rubén Meriggi, Diego Agrimbau. De entre los locales, destaca el hacer de Flor Balestra, Pablo Colaso y Jazmín Varela, junto a los sellos editores Rabdomantes, Szama, Fog of War, Términus. Pero el repaso es insuficiente, son muchos. Como agrega Marcus, "hay invitados y gente que viene porque tiene ganas, que no avisa que va a estar pero sin embargo viene. CBB es un lugar donde se está bien, muchos lo han tomado como el Bariloche de fin de curso, me lo dijeron así. Se sienten bien, gusta que sea en Rosario, al lado del río, permite salir de la rutina y compartir un buen momento".