La inflación en un 23 por ciento. El déficit fiscal en 6 puntos del PIB. El desbalance de la cuenta corriente en 3 puntos y medio. Estas fueron las estimaciones para el cierre de 2017 de las principales consultoras y bancos del mercado. Se publicaron esta semana en un informe al que accedió este diario de la agencia especializada en macroeconomía LatinFocus. El segundo año de gestión del Gobierno finalizaría, según los pronósticos, con un endeudamiento externo de 213 mil millones de dólares contra los 170 mil millones de 2015, en tanto que el Producto Bruto Interno por habitante se ubicaría en 2017 un 4 por ciento por debajo del computado en 2015.
El documento de LatinFocus reúne las proyecciones de casi 40 consultoras, áreas de research del sistema financiero y departamentos de investigación de cámaras empresarias como la UIA. En las estimaciones de inflación para el cierre del año se observaron las mayores diferencias respecto de las expectativas oficiales. La meta de precios del Banco Central para este año era de 17 por ciento pero el consenso de consultoras la ubicó en 22,7 por ciento. Abeceb es uno de los estudios de macroeconomía que proyectó la mayor inflación para este año, al ubicarla en 24,1 por ciento, en tanto que Ecolatina lo hizo al 24,7 por ciento. El estudio Bein y Asociados la estimó en 22,8 por ciento, en línea con el promedio, mientras que por debajo del consenso se ubicaron el JP Morgan (21,2 por ciento) y Orlando Ferreres y Asociados (20,1 por ciento).
El déficit fiscal fue otro de los puntos en el que se proyectó un importante desequilibrio. La media de las consultoras ubicó el rojo del presupuesto en 6,0 por ciento del PIB y ninguno de los estudios que participó de la encuesta lo estimó por debajo del 5,2 por ciento. Econométrica, Analytica y Fundación Capital ubicaron el déficit en un 6,0 por ciento, cifra idéntica al promedio, en tanto que Fiel lo situó en 6,1 por ciento y el Deutsche Bank en 6,2 por ciento. Algunos de los más optimistas fueron Banco Galicia (5,6 por ciento) y la banca de inversión Barclays Capital (5,2). Estas cifras son casi 2 puntos porcentuales mayores respecto del déficit fiscal de 2015 (3,9 por ciento) y registran las dificultades para moderar el desequilibrio de las cuentas públicas.
El dato que más preocupa, más allá del rojo fiscal y la inflación, es el de la cuenta corriente. Los antecedentes del país, que registró fuertes crisis vinculadas con el frente externo, explican esta situación. El déficit de cuenta corriente, en donde se registra el desajuste entre exportaciones e importaciones de bienes y servicios, entre otros, se ubicará este año en 22 mil millones de dólares (3,4 por ciento del PIB), según los pronósticos del mercado. Se trata de un incremento del 30 por ciento respecto del déficit anotado en 2015. El aumento de las importaciones de bienes a ritmos muy superiores al de las exportaciones y los desequilibrios generados en el turismo son puntos clave para entender los problemas sobre la cuenta corriente.
El incremento de la deuda externa es otro de los elementos subrayados en el informe de la agencia LatinFocus. La serie de endeudamiento registra que en 2015 había un stock de pasivos con inversores extranjeros de 170 mil millones de dólares, en 2016 se elevó a 192 mil millones y este año a 213 mil millones. El documento adelantó que los consultores consideran que en 2018 seguirá aumentando el endeudamiento, al ubicarse en 230 mil millones de dólares, mientras que en 2019 alcanzará los 246 mil millones. Para 2018, las consultoras indicaron además que la inflación será del 15 por ciento, al tiempo que el déficit fiscal se ubicará en 5,4 por ciento y el déficit sobre la cuenta corriente seguirá subiendo para ubicarse en 25 mil millones de dólares. La actividad económica, en tanto, cerraría el próximo año en 2,9 por ciento, mientras que este año lo haría en 2,6 por ciento. El PBI per capita, según el promedio de consultoras, finalizaría en 2017 en 14.349 millones de dólares, contra los 14.854 millones de 2015 y los 12.507 de 2016. Esto implica que los ingresos medidos por habitante siguen debajo de los registrados hace dos años.