Aunque los consultores coinciden en que es prematuro dar un diagnóstico sobre las elecciones del año próximo, la mayoría coincide en que la clave será la Provincia de Buenos Aires y allí el electorado se divide en tres tercios –massismo, kirchnerismo más otros sectores del peronismo, y Cambiemos– con el oficialismo levemente más atrás por la falta de candidatos atractivos. Esta es la mirada de los consultores:. 

Federico Aurelio: “A priori, y como sucedió en el 2009 y en el 2013, la elección en la provincia apunta a ser la madre de las batallas. Nuestras mediciones a lo largo del año se han mantenido muy estables con una paridad en la intención de voto de tres fuerzas políticas: FR de Sergio Massa, el Frente Cambiemos y el FpV/PJ. Massa es el principal beneficiario de los escenarios electorales donde Cambiemos presenta candidatos con menor intención de voto y el FPV lidera la intención de voto en el Gran Buenos Aires con mayor diferencia en la Tercera Sección Electoral. Cambiemos debe prever la participación de Macri y Vidal en la campaña para apuntalar a sus candidatos”.

Roberto Bacman: “En primer lugar no hay que perder de vista que es una elección legislativa: la gente vota con mayor libertad, inclusive se puede detectar cierta tendencia a elegir opciones opositoras como una especie de principio de compensación. Por otra parte, de una u otra manera, frente a las elecciones de medio término, los oficialismos plebiscitan su gestión. A Cambiemos ya no le alcanza el argumento de la herencia recibida. Como vienen las cosas, es obvio que la economía seguirá ocupando el centro de la escena. Pero la existencia de un último ingrediente le brinda cierta esperanza al oficialismo: la división que en la actualidad existe en el peronismo. Aunque los comicios de 2017 se llevarán a cabo en la totalidad del territorio nacional, tendrá su epicentro en la provincia de Buenos Aires. Y allí las cosas dependen de muchos factores, entre ellos quiénes serán los dirigentes que encabecen las listas. CFK es una candidata de gran peso en territorio bonaerense, su imagen viene creciendo en los últimos meses y su núcleo duro le asegura un piso más que interesante. Sin duda es la mejor representante del segmento de los opositores. Massa es otro posible candidato que podría protagonizar los próximos comicios. Tiene una excelente imagen en un distrito que supo ganar en 2013. Su mayor fortaleza: el segmento de los independientes. Al oficialismo se le presentan muchos interrogantes: no son tiempos de tirar manteca al techo. Es evidente que no existen, por fuera de la gestión, muchas figuras para esta crucial elección. Aún no está muy claro quién será el dirigente que encabece la lista. Elisa Carrió es una opción, pero no está absolutamente definido. Es cierto que María Eugenia Vidal es la dirigente política con mejor imagen en la actualidad”.

Hugo Haime: “Electoralmente vemos a la opinión publica dividida en tres. Los que apoyan al gobierno, los que se oponen y los que no quieren volver al kirhernismo pero son críticos del gobierno. En la provincia el gobierno tiene doble desafio: encontrar un candidato que le de volumen electoral o jugarse a que le alcance con que la gobernadora sea capaz de traccionar votos hacia un candidato. La alianza Massa-Stolbizer disputa con Cristina Kirchner en la provincia, relegando al oficialismo al tercer lugar pero queda mucho tiempo para definir tendencias claras”.

Eduardo Fidanza: “Es demasiado temprano, pero se puede hacer una estimación de fuerzas. El kirchnerismo es relativamente fuerte en los sectores populares donde, sin embargo, compite con el Frente Renovador. Cambiemos se consolida entre las clases medias urbanas, pero allí disputa también con Massa. Si Massa y Stolbizer sellaran un acuerdo, algo que dista de estar claro, se complicarían las chances del oficialismo. La coalición gobernante tiene un déficit de candidatos y sería ingenuo pensar que el carisma de Vidal, hoy la dirigente mejor evaluada del país, se trasmitirá fácilmente a figuras que no tengan bagaje propio. En el top five está Elisa Carrió, una aliada del gobierno, pero resistida como opción en Buenos Aires. Otra cuestión es si el oficialismo podrá y querrá conseguir candidatos próximos al peronismo. Son dilemas que Macri deberá evaluar: candidatos fuertes, con entidad y perfil propios, o candidatos que dependan de su impulso y el de Vidal. Otra cuestión es la capacidad para imponer la agenda de la campaña; desde ya, al gobierno le conviene más discutir de calidad institucional que de economía”.

Artemio López: “La tendencia es a sostener los niveles de polarización de 2015 y a los dos liderazgos nacionales ordenadores de entonces: Macri y Cristina Kirchner. Sin embargo, es cierto que la elección de 2017 será parlamentaria y de componente local fuerte, pero tendrá en Buenos Aires el distrito clave que le dará dimensión nacional. En este gran territorio el oficialismo tiene en la gobernadora Vidal una figura de consideración ciudadana alta, lo que supone un respaldo de campaña fuerte. La nacionalización de la elección bonaerense será la clave de la oposición en general y el FpV en particular y sus candidatos deberán replicar el volumen electoral de Cristina Kirchner que en Buenos Aires es de 30 por ciento como piso” .

Manuel Mora y Araujo: “Se va definiendo lentamente el panorama electoral. Por lo pronto, la tabla de posiciones de políticos con mejor imagen muestra una combinación de oficialismo (Vidal, Macri), líberos semi-oficialistas (Carrió), opositores moderados (Massa, Stolbizer), y una declinación de los dirigentes del peronismo cercano al anterior gobierno (Cristina, Scioli) en tanto que los peronistas más renovadores  no levantan demasiado vuelo. Eso no habla de voto, pero sí de expectativas. El voto dependerá sobre todo de las ofertas de candidatos y cuánto prevalezca el enojo o satisfacción con el gobierno”.

Ricardo Rouvier: “Las elecciones reales serán distritales, pero la lectura periodística y de los políticos nacionales mirarán algunos distritos, sobre todo el de provincia, y juzgarán como un resultado nacional. El parámetro de lectura de las elecciones será gana o pierde el gobierno, gana o pierde la oposición. Y de esos triunfos y derrotas se va estableciendo la arquitectura para la renovación presidencial, y el futuro de las alianzas y disposición de las fuerzas políticas. Es decisivo para definir el escenario si CFK va a ser candidata o si será solamente Scioli. Por el momento, las encuestas muestran que el tercio de Cambiemos aún no se expresa en la opinión pública y tampoco sabemos el valor en votos de la figura de Vidal en la campaña. También es prematuro saber que si la combinación de Massa con Stolbizer (que crece en imagen) pone un freno a electores peronistas que rechazan a la diputada pero que atrae algunos votos de sectores independientes. Todo indica que la izquierda va a crecer”.

Ignacio Ramírez: “La sociedad dará su primer paso en el 2017 con menos expectativas que las que tenía un año atrás, cuando el cambio abría nuevas esperanzas. El paisaje electoral aún le sonríe al oficialismo ya que el archipiélago opositor se mueve mas por sus contradicciones internas que por el clivaje de oficialismo vs oposición. La oposición por el momento atraviesa una etapa de competencias tribales, lo cual favorece naturalmente al oficialismo. Para entender el escenario del 2017 es importante enfatizar una particularidad de las legislativas: tienen una indefinición intrínseca: no se sabe quién gana (la victoria se construye al día siguiente) y es una eleccion fuertemente envuelta de sentidos narrativos. Nadie vota diputados, sino que a través del voto los ciudadanos expresan mensajes articulados por las campañas”.