El sábado pasado participé, convocado por Dionisio Leather, como jurado de la segunda elección de Mr Leather Argentina en la ciudad de Córdoba, junto a Pablo Suárez, primer ganador del Mr. Sadoso (otro concurso local de belleza masculina), y a Víctor Dionisio Rípoli, organizador del evento.
Después de varios intentos, Víctor consiguió crear un espacio propio, el Complejo Coven, que cuenta con las instalaciones ideales para un encuentro de estas características. La de Dionisio Leather fue una fiesta inolvidable, comparable a las mejores noches del BALC y del Fierro, primeros clubes leather de Argentina que surgieron en Buenos Aires desde el año 2000 y que hoy ya no existen. Por esto último es tan importante la tarea que asumió Víctor al llegar a Córdoba en 2014 y dedicarse enseguida a generar espacios de encuentro para la comunidad Leather y BDSM, algunos en conjunto con el grupo BDSM Córdoba.
Más que por el premio en sí, para el que se postularon cinco lindos muchachos, la importancia del evento radicó en que logró nuclear un buen grupo de hombres leather, al que se sumaron algunos nudistas y curiosos atraídos por la propuesta. Entre los asistentes hubo muchos que vinieron del interior de Córdoba y desde otras provincias especialmente para el evento, en su mayoría con ganas de conocer gente sin vueltas ni histeriqueos. Si bien el cuero no abundó (la mayoría estaba en jeans, unos diez tenían solo arneses y muñequeras y algunos que no cumplían con el código de vestimenta se animaron a ponerse en bolas), la magia y el morbo se consiguieron gracias a la buena predisposición y la camaradería.
El ganador de la noche fue Lorenzo Hunter, hermosísimo hombre santafesino de cincuenta y un años, que desde que llegó a Coven, vestido de jeans, ya tuvo lo más importante a favor, la actitud. Cuando se cambió y quedó en suspensores de cuero, arnés, botas motoqueras, brazaletes y muñequeras de cuero su fetichismo quedó en evidencia. Como broche de oro (o de acero quirúrgico) sorprendió al público cuando mostró, a pedido de uno de los miembros del jurado, un piercing “Prince Albert” coronando su generoso glande.
Tras haber recibido la banda de Mr Leather, participó de la fiesta como uno más y ofrendó amorosamente su calentura y sus espléndidos atributos a la vista, tacto, olfato y gusto de varios de los presentes (fui uno de los más afortunados), y hasta sorprendió a nuestros oídos cuando al final de la noche se puso a cantar un aria con una afinadísima y dulce voz de contratenor. Además de lindo, amigable y sexy, Lorenzo demostró ser un alma bella.