Se dijo y se repitió: la mayoría de quienes votaron a Sergio Massa fueron mujeres, mientras Javier Milei cosechó mucha más adhesión de varones. Esto tiene su correlato en un gobierno que avanza con la motosierra: no habrá Ministerio de las Mujeres, pero tampoco ningún lugar donde alojar políticas de prevención de las violencias por motivos de género. La potencia de los feminismos se verá puesta a prueba durante el próximo período, ya que las primeras manifestaciones –ya como diputado oficialista- de “Bertie” Venegas Lynch fue la prioridad de derogar la ley de interrupción voluntaria del embarazo. “Me preocupan menos estas instancias legislativas, donde tenemos otro tipo de opciones, porque habrá sectores que no acompañarán y podremos encontrar formas de parar estos intentos. Lo que me parece más urgente es el vaciamiento de políticas públicas como las de prevención de las violencias y las de Salud Sexual”, consideró Silvia Augsburger, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Regional Rosario.

A pocos días de un balotaje que dejó un resultado contundente, la politóloga y analista Nayet Kademian, residente en la provincia de Córdoba, recordó que “entre los votantes de Massa, la mayoría son mujeres y entre los votantes de Milei la mayoría son varones”, y también que “en el núcleo duro ideológico de Milei la mayoría son varones”. Así lo describe la directora de la consultora Tres Punto Zero, Shila Vilker, y agrega que “en la elección de 2019, en general el porcentaje de votos se distribuía de un modo homogéneo entre hombres y mujeres. Se empieza empieza a ver la diferencia en la valoración de la gestión a partir del fenómeno pandémico”.

Esto tiene sus causas: “Si nos concentramos en el caso argentino, esto apareció en el momento pandémico. Se vio por primera vez en la elección de 2021. Lo explicamos en su momento como una sensibilidad derivada de la fuerte campaña respecto del cuidado, el quedate en casa. Son ideas que tradicionalmente están en la matriz conceptual de la mujer”, considera la licenciada en Ciencias de la Comunicación y doctoranda en Ciencias Sociales. “El cuidado, el encierro resultaron más nocivos para el mundo de la masculinidad. En su momento lo leímos en base en varios criterios, entiendo que puede ser una lectura muy tradicional, pero nuestra sociedad sigue teniendo fuertes visos tradicionales”, planteó.

Por su parte, la socióloga María Pía López lo analiza así: “Hubo un esfuerzo, que tenía que ver con la interpretación que sosteníamos muchas personas y que creo que era también la que se sostenía desde los feminismos, de proponer que lo que estaba en juego era democracia-dictadura y que ese trazo dejaba todas las discusiones sobre derechos del lado de una de las fuerzas políticas. Pero había otra interpretación que ponía en juego el mileísmo-macrismo, que era entre peronismo y anti peronismo. Esa interpretación convenció más a la gente, o creyeron que la dimensión de la crisis económica exigía un tipo de trastocamiento que, si implicaba destruir lo que siempre habíamos entendido como una salida de derechos, podía hacerse. Es como si hubiera primado un voto ideológico contra las propias condiciones de supervivencia”.

Ante esta situación, desde el 10 de diciembre, las políticas vinculadas a los derechos de las mujeres, entre tantos otros, serán derogadas. No es una amenaza, es una realidad. “Las que están desafiadas son aquellas políticas relacionadas con la situación de vida de las mujeres y de las disidencias”, plantea Kademian y apunta que distintas consultoras de opinión pública muestran que “no hay acuerdos sociales en la eliminación o retracción de esas políticas, al contrario”. Los trabajos realizados durante todo el año por Zuban, Córdoba y Asociados, la Consultora Delfos y Pulsar, Observatorio de la Universidad de Buenos Aires, lo demuestran.

En Córdoba, por ejemplo, Milei se llevó el 74,05% de los votos “en una provincia que fue la primera en tener un Ministerio de la Mujer, donde hay una agenda de género. Si bien el oficialismo tuvo en su momento una postura contraria a la interrupción voluntaria del embarazo, hay una agenda de género fuerte”. A nivel nacional, un estudio de opinión de Zuban, Córdoba y Asociados demuestra que el 58,3% de lxs encuestadxs está en desacuerdo con derogar la ley de interrupción voluntaria en el embarazo, el 70% en desacuerdo con la eliminación del Ministerio de la Mujer y el 75% en desacuerdo con la eliminación de la ESI. “Esas son políticas de género, pero después hay muchas otras políticas. La medición de Zubán, Córdoba y Asociados muestra niveles de acuerdo muy altos en contra de arancelar la salud pública, 80,8%. Entre los propios votantes de Milei hay quienes están en desacuerdo con estas propuestas radicales”.

Este análisis la lleva a Kademian a considerar que “Milei no tiene que interpretar esta victoria muy contundente como un cheque en blanco para llevar a cabo estas propuestas, más allá de si tienen viabilidad o no, porque muchas cosas luego tienen que pasar por el Congreso. Me parece importante, volviendo a lo que es el voto de las mujeres y la agenda de género, subrayar que este país es el mismo país que hace dos años tenía cientos de miles de mujeres y de disidencias en las calles luchando por la interrupción voluntaria del embarazo o por el Ni Una Menos. Eso sigue estando”.

Imagen: Télam

Kademian considera que “si hay algún intento por parte del presidente electo de ir en contra de estas políticas que afectan a la vida, a la salud de las mujeres, va a haber seguramente una resistencia por parte de los movimientos feministas, de los movimientos de mujeres y que se va a ver expresada en las calles”.

El antecedente es el gobierno de Mauricio Macri, donde los feminismos lideraron las protestas. “Siempre es más fácil que la gente se movilice en contra de algo y no tanto a favor de algo. Y es más fácil cuando hay un adversario definido. Me parece que eso hace un poco a la ‘desmovilización’ que hubo de los feminismos, en un momento en el cual se está re discutiendo, cuál va a ser la próxima agenda de los movimientos feministas. Creo que este va a ser un momento en el cual los feminismo se van a replantear 'y ahora qué'”.

Milei expresa una agenda de supremacía masculina y demonización de los feminismos. “Milei logró representar y dar voz a estos varones que en estos últimos años, con el avance de los feminismos, no solamente en las calles, sino también en la agenda pública política, su institucionalización, quedaron como en off side. Varones que quedaron muy confundidos frente a esto, que no estaban de acuerdo, que sintieron un ataque”.

Pero ahora Milei es presidente de la Nación. Lo que recuerda Kademian es que “Milei ha generado muchas expectativas en la ciudadanía, expectativas grandilocuentes de salir adelante y ser potencia mundial. El problema de esas expectativas es que te pueden servir en una campaña, pero luego hay que cumplirlas y hay que gobernar. La Argentina es un país que se caracteriza por tener un puja redistributiva muy fuerte y por tener actores organizados muy fuertes y de peso. Desde los sindicatos, los movimientos sociales y el sector empresario. Y si hay aumento de la desigualdad, no me sorprendería que haya un aumento de la violencia en Argentina”. Lo más preocupante son las convocatorias de Mauricio Macri. “Me parece que sus declaraciones sobre los chicos que van a salir a defender las medidas hay que tomarlas con seria preocupación. Me preocupa que Macri esté pronosticando una especie de guerra civil”.

Justamente, la presencia de Macri como aliado principal de Milei deja a María Pía López perpleja. "Era confuso decir que se vayan todos, mientras estaba ganando el macrismo. Esto no es 2001, donde una movilización popular se llevó puesta a toda la estructura de gobiernos anteriores. Esto es otra cosa mucho más sórdida, porque es como si estuvieran apelando a esa memoria plebeya, rebelde, pero solo a efectos de ponerla contra la sociedad de los derechos, basado en un enojo con un gobierno que no respondió a problemas centrales de la vida argentina”, analiza López.

La socióloga subraya que “la inflación es el dato más fuerte, la pérdida poder adquisitivo, que para todo el mundo es muy dramático y ya sabemos que el proceso inflacionario estuvo en la antesala de los fascismos tradicionales o de las reformas neoliberales, como fue el menemismo, que antes tuvo un tratamiento de shock hiperinflacionario. Estamos en ese tipo de experimentación social, porque no debemos olvidar que estas derechas también actúan con financiamientos internacionales, con creación de condiciones y el gobierno saliente no demostró eficacia para hacer que la lengua de los derechos tuviera una efectividad práctica”.

Lo que viene para los feminismos es “una articulación defensiva”. “Esta gente ya está diciendo que viene contra la ESI, contra la ley de aborto legal, seguro y gratuito y por supuesto a destruir las instancias ministeriales, estatales, de prevención. Como toda articulación defensiva implica pensar en muchos planos y la primera pregunta que una se debe hacer es con qué contamos. Con qué contamos en el Parlamento para evitar que esas leyes se deroguen y se reemplacen por otras. Con qué bloques parlamentarios. Esa articulación defensiva implicará mucho lobby legislativo, mucha articulación con organismos de derechos humanos, incluso de jurisdicciones internacionales y también recuperar algún tipo de transversalidad militante callejera, cuidadosa, que viene siendo muy por lo menos muy tímida desde la pandemia. Si algo no pudimos recuperar fue esa potencia transversal movilizada, sólo volvió a aparecer un destello de la fuerza en el último Encuentro Plurinacional, en Bariloche. Habrá que hacer lobby, habrá para defender las conquistas, volver a tramar la fuerza organizativa y multiplicar las instancias de construcción colectiva, pero sabiendo que lo que nos queda es por lo menos un par de años de autodefensa”.