Una fiscal acaba de denunciar a un grupo de policías ante la fiscalía de Violencia Institucional por haber detenido a un hombre sin elementos de rigor, y acusarlo de haber violado a una joven en la zona de Santa Fe al 2700. Los efectivos apuntados actuaron luego de una denuncia de una joven que resultara víctima, pasadas las 15.30 del 16 de noviembre, de un acto vejatorio en un local comercial. Los uniformados recorrieron la zona "buscando" al culpable, pero sin tener descripción alguna. Finalmente cerca de las 20 de ese mismo día, detuvieron a un hombre que esperaba el colectivo en Santa Fe al 3500, porque "respondió con evasivas", argumentaron los motorizados. Como es costumbre en los últimos tiempos, trascendieron en redes sociales fotografías de la detención del transeúnte esposado en el piso, haciéndolo cargo del delito de robo y violación. Pero el día posterior, el dueño de comercio entregó las filmaciones de las cámaras de seguridad y comprobó que no era la misma persona. "No nos importa -le contestaron- a este lo llevamos igual". El comerciante proporcionó entonces las grabaciones, y fotos del perfil de Facebook del agresor sexual, y donde vivía, pero aseguró ante la justicia que los policías le contestaron que no podían ir a buscarlo en ese momento. Por eso, la fiscal de Delitos Sexuales Cecilia Brindisi los termino denunciando. Finalmente el verdadero violador fue detenido y acusado por ese cargo.
Una acción policial de este tipo no es novedosa: ya pasó tras el crimen del policía Leoncio Bermúdez en el hospital Provincial, cuando una patrulla llegó hasta una propiedad de calle Arequito al 900, en la zona sur rosarina, para allanar una vivienda donde vivía un joven que tenía en su poder un arma y un chaleco antibalas. Las imágenes de la detención y del hombre golpeado ferozmente en su rostro ganaron rápidamente las redes sociales, y no cabía duda que fueron los propios policías los que las tomaron. Finalmente la persona quedó presa por la portación del arma, pero sin ligamen alguno con el crimen del Hospital Provincial.
Ante estas conductas, algunos fiscales quieren llamar la atención sobre hechos similares para evitar que después, sean ellos mismos acusados por la fuerza , de "liberar" a los sospechosos de delitos.
Cabe destacar que el autor del robo al local de productos de limpieza del macrocentro y de haber abusado sexualmente a la empleada, quedó preso el martes por resolución del juez Nicolás Foppiani. Es que la investigación del caso, a cargo de la fiscal Cecilia Brindisi, pudo establecer que el jueves 16 de noviembre el agresor ingresó al local de Santa Fe al 2700 en cuatro oportunidades y pidió pañuelos descartables para vender en la calle. Finalmente, terminó haciéndose de varios productos y encerró a la trabajadora en el baño, la ató, abusó y golpeó.
El imputado fue identificado como Marcos Alejandro Amarilla (23), oriundo de Oliveros, quien fue detenido al día siguiente del hecho. En primera instancia, la Policía había aprehendido a otro hombre, pero luego se determinó que éste no tenía conexión con el caso y fue liberado.
El martes, la fiscal Brindisi imputó a Amarilla por los delitos de abuso sexual con acceso carnal en tres hechos, robo simple, amenazas y privación ilegítima de la libertad. La funcionaria de la Unidad de Delitos Sexuales citó evidencia con base en peritajes, relevamiento de cámaras y testimonios. El juez Foppiani tuvo por formalizada audiencia imputativa y dictó la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.
El jueves 16 de noviembre, entre las 15.30 y 16.30, Amarilla ingresó en cuatro oportunidades al local de Santa Fe al 2700 y y le pidió a la víctima “pañuelos descartables para poder vender en la vía publica”. Le dijo que se los abonaría después, ya que le aseguró a la empleada que vivía en las cercanías, señala la imputación. Además, Amarilla le manifestó que necesitaba plata porque “tenía la hija internada y tenía que comprarle pañales”. La empleada accedió al pedido. Minutos más tarde, volvió al local para pedirle otra vez pañuelos y agua.“Al poco tiempo ingresó de manera alterada quien se presenta como hermano del acusado, llamado Jesús, por lo que la empleada cerró la puerta”, continúa la acusación.
Amarilla volvió, ingresó al local y comenzó a robar productos del lugar colocándolos en una bolsa, exigió el dinero de la caja registradora, el celular de la víctima y dos anillos. Luego, indicó la Fiscalía, la trasladó hacia un baño interno del local, ató sus manos, abusó sexualmente y le provocó lesiones en la cabeza.