La complicada negociación paritaria de los gremios aeronáuticos continúa sin resolverse. La inexistencia de una estrategia común entre los ministerios de Trabajo, como mediador, y de Transporte, la patronal, disparó la sospecha entre los dirigentes gremiales, que consideran que bien puede ser parte de un plan para generar un conflicto y así desprestigiar a los sindicatos para avanzar luego sobre las condiciones laborales de los trabajadores aeronáuticos. Ayer, por caso, los directivos de Aerolíneas Argentinas no participaron de la mesa de negociación convocada por el ministro Jorge Triaca. Si bien se convocó para hoy a un nuevo encuentro, crece la probabilidad de un fin de semana largo con medidas de fuerza en los aeropuertos.
El principal problema que enfrenta el Gobierno es la unidad de cinco de los seis sindicatos aeronáuticos, que rechazan la propuesta oficial de elevar el salario en un 16 por ciento. La representación de los trabajadores reclama un incremento que ronda entre el 24 y el 26 por ciento para “no perder ante la inflación”, tal como indicó el secretario general de la Asociación de Pilotos (APLA), Pablo Biró.
La negociación paritaria viene estancada desde hace meses. Incluso ya está vencido el plazo –era el 30 de septiembre– para alcanzar un acuerdo. Si bien el Ministerio de Trabajó ordenó una conciliación obligatoria, la decisión del Gobierno de mantener inalterable su oferta llevó a que los gremios pusieran un plazo que coincide con el fin de semana largo que comienza mañana. Pero esa advertencia no modificó la posición oficial y ello disparó las sospechas de los sindicalistas: creen que esta paritaria está siendo una prueba de laboratorio. Esto es, provocar el conflicto para avanzar sobre los gremios e, incluso, sobre el convenio colectivo del sector.
Según lo sindicalistas, una prueba que abona esta teoría es la orden del ministro Guillermo Dietrich para que los negociadores de Aerolíneas pegaran el faltazo a la convocatoria de ayer del Ministerio de Trabajo. Mientras esto ocurría, los hombres del ministro Dietrich convocaban por separado a los gremios, por fuera del ámbito de Trabajo. Una maniobra que los sindicalistas entendieron como una forma de quebrar el frente gremial. Además de APLA, los otros sindicatos que participan de la paritaria son UALA (Austral), la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (APTA), la Asociación Personal Aeronáutico (APA) y la Unión Personal de Seguridad Aeronáutico (UPSA). Hasta ahora, el único sindicato que acordó –por su cuenta– es el de Aeronavegantes.
Biró fue contundente en cuanto a la estrategia del Gobierno. Por caso, aseguró que el fracaso de las diversas instancias de negociación esconde la intención del Gobierno de colocar a los gremios en la posición de victimarios. “Nuestra idea no es dejar la flota en tierra, pero nos están empujando a la medida de fuerza porque necesitan el conflicto para poder desprestigiar a los sindicatos a través de una campaña mediática infernal”, señalaron.
En ese marco, los gerentes de Aerolíneas hicieron llegar una pequeña modificación de la propuesta inicial: se trata de elevar un 4 por ciento más, pero en bonos. Para los gremialistas, esa oferta es una trampa. Primero, porque no está claro si ese dinero es remunerativo o no. Si no lo fuera, podría considerarse que hay un incremento, pero si ese bono se transforma en algún momento en remunerativo y, por lo tanto, le corresponden los descuentos por ley, ese 4 por ciento se reduciría y afectaría el salario final de los aeronáuticos.
La negociación entre los sindicatos y el Gobierno continuará hasta hoy. La reunión convocada por los funcionarios de Triaca está prevista para esta mañana.