El Congreso será uno de los principales escenarios de la disputa política para el gobierno del presidente electo Javier Milei. La mayoría de las propuestas del líder ultraderechista, en especial las más extremas sobre el desguase y la privatización de empresas estatales y hasta de otro posible megaendeudamiento, deberían pasar por Parlamento, donde reside la mayor debilidad de su fuerza política. Milei todavía no definió quién será su candidato a presidir la Cámara de Diputados, en medio de disputas intestinas con su reciente socio político Mauricio Macri y donde siguen en danza una trilogía de nombres que no pertenecen a La Libertad Avanza: el macrista Cristian Ritondo, Florencio Randazzo y el peronista republicano Miguel Pichetto, aunque ninguno de ellos le puede garantizar el alineamiento del quebrado Juntos por el Cambio ni de tender los puentes necesarios con Unión por la Patria (UxP)

En UxP —que será la primera minoría— predomina la idea de sostener la tradición parlamentaria de cederle la presidencia de la Cámara baja al partido del nuevo Presidente, aunque advierten que la conformación del Congreso se decidió en la elección general del 22 de octubre y no con las alianzas que se pactaron para el balotaje, por lo que no respaldarían a ningún diputado de otra fuerza política que no sea de LLA.

Las acciones de los tres principales candidatos a ocupar la presidencia de la Cámara de Diputados suben y bajan al compás de las negociaciones entre Milei y Macri y si el pacto común decanta en un gobierno compartido o en un respaldo político-parlamentario. Allí también tallan los números y las posibilidades de tejer acuerdos con otras fuerzas políticas en el Congreso.

Los números son lo más claros. LLA tendrá solo 37 de los 257 diputados que integran el cuerpo legislativo y muy lejos del número mágico de 129 para conseguir el quórum. UxP es la primera minoría con 108 bancas; JxC suma 93 aunque la ruptura de la alianza terminaría partida al menos en dos; el FIT-U 4 y el resto corresponde a partidos y expresiones provinciales.

Quienes catapultan a Ritondo, le ofrecen a Milei ciertas certezas: sumaría el respaldo de un bloque PRO duro de unos 40 diputados y podría seducir a un sector del implosionado JxC. Además de la fidelidad a su encolumnamiento con las propuestas de Macri, que incluyen su respaldo a Milei y el aporte de “12 mil fiscales” en la provincia de Buenos Aires para el balotaje.

A pesar de su experiencia parlamentaria, todas las bondades que Ritondo le ofrece a Milei serían las mismas que generan resistencia en todo el peronismo que apoyó la candidatura de Sergio Massa. Y el presidente electo necesita tender puentes con el más amplio abanico posible de alianzas para que prosperen sus proyectos.

Los otros dos corren desde atrás con los números. Randazzo, de buena relación personal con Milei, sería el nexo con el cordobesismo del saliente gobernador Juan Schiaretti, aunque le sumaría poco y nada en la Cámara baja. Randazzo integraba el ya disuelto Interbloque Federal que respaldó al gobernador cordobés en las generales. Sus exsocios de Identidad Bonaerense, Graciela Camaño y Alejandro “Topo” Rodríguez —que apoyaron a Massa en el balotaje— pidieron formalmente formar el bloque Consenso Federal, con lo que le dieron la espalda a Randazzo y a su acercamiento a Milei. Mientras que los socialistas santafesinos y la peronista cordobesa Natalia De la Sota también apoyaron a Massa en el balotaje. Los pasos políticos anteriores del exministro kirchnerista tampoco son buena señal para el resto del peronismo ahora opositor.

Milei se encargó se poner en carrera a Pichetto, a quien elogió en un gesto de autonomía frente a Macri. El rionegrino podría aportar su expertis y muñeca legislativa en la relación con el peronismo pero ninguna banca más que la suya. Pichetto llega a la Cámara baja, luego que su candidatura por el larretismo se intercalara en la lista de JxC tras la derrota en la interna cambiemita. Pero no se sumó a la propuesta de Macri de apoyar al ahora presidente electo.

Los libertarios también hicieron circular nombres propios para la presidencia de la Cámara baja, que va en línea con la sucesión presidencial. Entre ellos Oscar Zargo, un exlegislador porteño del PRO, y el de Martín Menem, sobrino del fallecido expresidente.

Desde la vereda de enfrente, el presidente del bloque de diputados del FdT (ahora UxP), Germán Martínez, dejó en claro el papel opositor que asumirá a partir del 10 de diciembre. Sostuvo en declaraciones periodísticas que el presidente electo "es el primero que tiene que buscar un marco de alianzas y tener apoyos necesarios para llevar adelante su plan de gobierno" y afirmó que en su rol de oposición UxP será "coherente con lo que le propusimos al electorado".

“Nosotros vamos a estar parados representando a aquellos que nos votaron. A nosotros nos eligió el 37 por ciento en la primera vuelta y a los diputados de Milei no lo eligió el 55 por ciento que sacó el domingo, los eligió el 30 por ciento que votó en la elección general”, agregó Martínez, con lo que pareció cerrarle el camino a la presidencia de la Cámara baja a otro aspirante del partido del ganador. También respondió sobre la danza de nombres que circulan para ese lugar. “Son dos casos que hace tiempo ya no tienen nada que ver con nosotros, ellos serán los que tengan que dar cuenta”, dijo sobre Randazzo y Pichetto. “Ritondo ya viene siendo presidente del PRO, es uno de los principales referentes del PRO”, sumó Martínez.

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