La casa de Eva

Comer en hoteles de lujo tiene un encanto propio, con precios que hoy no suelen ser muy distintos a lo que vale cualquier restaurante promedio ubicado en un polo gastronómico. Dentro del Meliá Recoleta Plaza –lugar que supo ser la primera residencia metropolitana de Eva Perón– está 1557 Bistró, un restaurante ambientando con estilo clásico sumando detalles modernos, con mesas de mármol, barra de madera con molduras y espejos, sillas amplias y cómodas que ya poco se ven en otros lados, y un gran sofá en capitoné atrayendo la vista.

1557 Bistró apuesta a cumplir su función con una propuesta amplia pensada para todo el día. Hay dos cartas disponibles, una bien diurna (de 7 a 19:30), más simple y relajada, que cuenta con desayunos y meriendas como el omellete ($1820) o los huevos revueltos con panceta ($1570), también algunas entradas como la sopa crema de calabaza ($3900), y platos como el salmón rosado ($7400) que sale con guarniciones clásicas. Completan algunas ensaladas, gran variedad de sándwiches, tablas de fiambres y quesos. 

Es de noche cuando el lugar muestra más ambición, con una carta más sofisticada que se apoya en técnicas y recetas clásicas -con fuerte herencia francesa- y algunas más vanguardistas utilizando siempre productos de calidad. Una entrada puede ser el tartare de langostinos ($6300) con yema curada, aceite verde y gel de gin tonic o la ensalada tibia de cous cous ($7100) con vegetales y langostinos grillados. Entre los principales, es bienvenido el gesto de vintage del clásico lomo a la pimienta ($14000) acompañado por unas sustanciosas papas a la crema; o el ravioli verde ($9400) relleno de mouseline de rabo con manteca de salvia y pistachos. Tienen postres bien ejecutados como el babá al ron ($6400) con crema de avellanas o la panna cotta de lima (6200) con frutillas balsámicas. Para beber, la carta muestra unos cuantos vinos de una única bodega reconocida y sumando cocteles clásicos.

Con aires tradicionales y gestos bienvenidos, 1557 Bistró es una propuesta escondida que gana clientes en la zona más recoleta de Buenos Aires.

1557 Bistró queda en Posadas 1557 (Meliá Recoleta Plaza). Horario de atención: lunes a domingos de 7 a 24. Instagram: @1557bistrobymelia.

Emblema hotelero

Para muchos, alcanza con mencionar al Sheraton para meterse de golpe en ese mundo de los hoteles cinco estrellas, de las grandes fiestas porteñas, de pasadas décadas de lujo y decadencia. Hoy el hotel se mantiene como un símbolo eterno y a la vez modernizado: tras cruzar su lobby, pasando delante el bar donde predominan turistas y empresarios, caminando por una galería donde en algún momento funcionaron locales comerciales, aparece Buono, un restaurante abierto para todo público, reversionado hacia una cocina contemporánea. La nueva carta creada por el chef ejecutivo Matías Lorenzo y ejecutada por en el día a día por Jorge Véliz se mete de lleno en los sabores de la cocina italiana conjugada con la experiencia de un servicio profesional y atento.

Además de contar con menú ejecutivo para los mediodías (de arrancando en $10.000), es de noche cuando Buono se luce con todos sus brillos: entre las entradas hay un carpaccio de salmón ($6500) marinado con eneldo y cítricos, tartar de remolacha y yema curada en soja o las mollejas grilladas ($7000) con cremoso de zapallo dulce, aire de limón y cebolla morada encurtida. Además de ensaladas, pizzas y calzones, hay muy buenas pastas hechas en el lugar, como los tortellini de pollo y tomillo ($8500) con crema de vino blanco, alcauciles y praliné de avellanas. No pueden faltar los risottos: el de hongos es un favorito de la casa ($8600) con portobellos confitados, hongos de pino seco, crema de queso azul y orégano fresco. 

Hay carnes y pescados, como la trucha salmonada ($13500) que sale con crema de espinaca y crocante de arroz trufado. Y para terminar, a tono con la apuesta, uno de los postres más pedidos es el tiramisú ($4500), lo mismo que el delicioso espumone de chocolate ($4500) con corazón de bananas caramelizadas y crema inglesa. Buena cava de vinos de bodegas clásicas.

Tan solo ir al Sheraton ya es una experiencia, parte de una memoria porteña que sigue viva, modificando propuestas y apostando a conquistar al cliente del barrio y de toda la ciudad.

Buono queda en San Martin 1225 (Sheraton Hotel). Horario de atención: todos los días de 12:30 a 15 y de 19:30 a 24. Instagram: @buono.italiankitchen.

La elegancia del cóctel

Felicia es el nuevo bar dentro del hotel Sofitel, ubicado frente al Patio Bullrich, entre boutiques de lujo y edificios tradicionales. Inaugurado hace unos pocos meses, propone coctelería de autor con diseño de Mona Gallosi, una de las bartenders más reconocidas del país. Para acompañar la bebida, hay platos y platitos que mantienen sello de calidad de un cinco estrellas.

Oculto de la calle, el ambiente de Felicia deambula entre lo aristocrático y lo moderno, con detalles que dan calidez: sillones cómodos, pisos de madera, luces tenues y una imponente barra. Claro que se pueden pedir Martinis, Old Fashioned y Negronis, pero acá lo que destaca es la propuesta propia de la casa, con mezclas equilibradas y divertidas. El Labia ($4300) lleva Vodka Pan, Cointreau, almíbar de espumante, lima y uva; el Activa ($4300) incluye Ron Bacardi, lima, menta, Angostura Bitters y ginger ale. Un recomendado por el bartender de turno es el Sentidos ($4800) con cognac Hennessy, licores Grand Marnier y Ancho Reyes, mora y vino; una propuesta más dulce y pop puede ser cóctel que lleva el nombre del bar, el Felicia ($4800) con brandy, Cointreau, bitter de chocolate, pochoclo y caramelo.

El menú del bar tiene diferentes opciones de tapas como las croquetas de cordero y yogur ($6200), también sándwiches como el de pollo grillado ($8500) que sale en pan brioche con alioli de ajos asados, coleslaw y eneldo. Y clásicos con varias vueltas de rosca, como las papas fritas con salsa de vitel toné ($3500) o el tartare de berenjenas ($6000) con coulis de morrones asados . Si la idea es ir más arriba, hay un pulpo grillado ($12000) con mayonesa de pimentón norteño y papines andinos; y juega fuerte la hamburguesa de tira de asado ($8800) con cheddar, panceta, lechuga, tomate y salsa tártara acompañada con papas fritas.

Los hoteles se desmarcan de la vieja idea de lugares oscuros y abandonados, mostrando sus mejores facetas: la de lugares que pueden y deben conquistar a los porteños, sin dejar a su huésped de lado. Un reto que Felicia cumple con creces.

Felicia queda en Posadas 1232 (Hotel Sofitel). Horario de atención: todos los días de 18 al cierre. Instagram: @feliciabar.ba.