En 1995, René Higuita se paró sobre sus manos, dobló las rodillas hacia adelante y dibujó una cola de escorpión para despejar un remate al arco. La jugada fue en un amistoso ante la selección de Inglaterra y nada más y nada menos que en el Estadio de Wembley. Aquel partido iba camino a quedar en un insignificante 0 a 0, pero terminó en los libros de historia del deporte, gracias a la pirueta de este arquero cafetero que recorrió el mundo y que, según el portal Footy-Boots, se trata de la mejor de la historia del fútbol, por encima de grandes momentos de Diego Maradona, Pelé, Johan Cruyff, Ronaldinho, Zinedine Zidane o Ronaldo Nazario.

Higuita es en uno de los arqueros destacados del siglo XX y símbolo futbolístico de Colombia. Su manera de defender el arco nunca estuvo sujeta a quedarse dentro del área ni se limitó a solo utilizar las manos. Hacia finales de los ’90 impuso un estilo en el que los pies fueron parte de su participación tanto como defensor y atacante. Jugaba fuera de su arco con pelota dominada, gambeteaba y hasta se proyectaba a terreno rival. Hizo 43 goles a nivel profesional y 11 en amistosos. Parte de esas anotaciones suman 36 de penal y 6 de tiro libre.

La historia del (ex) arquero tuvo de todo y en tiempos de biografías y documentales, pedía su propia biopic. La plataforma de la N no perdió la oportunidad y lanzó Higuita: el camino del escorpión, para contar desde la propia voz del protagonista, detalles de su infancia, la vida familiar, su relación con Pablo Escobar y aspectos inéditos de una mediación que permitió la liberación de una niña que fue secuestrada en Medellín en los años ’90.

“Hacer este documental fue una experiencia llena de sentimientos encontrados, reviví situaciones llenas de alegría y de profunda tristeza, pero al final quedé muy feliz con el resultado. Decidí hacerlo porque sentí que era una linda oportunidad para que todas las personas conozcan la verdad de mi historia y se deje de especular sobre situaciones que nunca se han contado. Por primera vez se van a encontrar con mi verdad, con el verdadero René Higuita, no el futbolista sino el ser humano”, escribió en su cuenta Instagram.

Otra manera de ser “Loco”

Como futbolista, además de bautizar la jugada de “El escorpión”, sumó algunos hitos destacados: títulos nacionales, la conquista de la Copa Libertadores con Atlético Nacional en 1989 – primer equipo colombiano en conseguirla -, la clasificación al Mundial ´90 con su Selección después de 28 años de espera y posterior paso a octavos de final por primera vez en la historia, donde tras un error suyo ante Camerún tuvieron que pegar la vuelta. Una buena parte de los colombianos no se le perdonó y recibió duras críticas desde todos los sectores. Por otro lado, en esa copa del mundo nació la “Ley Higuita” y los arqueros ya no pudieron volver a agarrar la pelota con la mano si un jugador del mismo equipo se la pasaba con los pies.

Su popularidad se convirtió en influencia de otros arqueros que vieron en él la posibilidad de sumarle otras cualidades a su performance. Un ejemplo es Jorge Campos, histórico arquero de la selección mexicana, quien habla en el documental y reconoce que sin la aparición del arquero colombiano no se hubiera animado a salir del arco como lo hizo. “Todo el mundo empezó a hablar de René Higuita, entonces empecé a jugar más adelantado. Me conocen en México como el portero delantero. René Higuita era el ejemplo a nivel mundial. Y creo que eso empezó a revolucionar más”.

Higuita hizo de todo. Fue amigo de Pablo Escobar, a quien visitó en distintas cárceles. “Antes de que Pablo Escobar fuera conocido como el narcotraficante, era congresista. Estaba haciendo campaña y ahí lo conocí”, explica en una parte del documental. “Es que uno no puede cambiar los principios de amistad. Yo conocí muchos amigos y muchos han sido narcotraficantes y yo no puedo cambiar, mi corazón no cambia eso. Conocí los paramilitares, conocí también la guerrilla, y de corazón, lo que ellos me contaron, me da para respetarlos, así como ellos me respetan. Esa ha sido mi esencia, y le hablo de los grupos más representativos y delincuentes. Entonces, por eso vivo tranquilo, vivo en paz y soy el amigo de todos”, comentó al diario colombiano El Tiempo en 2021.

Pero su vínculo con Escobar le costó algunos problemas con la justicia. En los ’90, Higuita participó como mediador en el secuestro de una niña y su reputación ayudó a  que todo saliera bien. Logró que esa joven sea liberada, pero luego lo vincularon con narcotráfico y pasó nueve meses en la cárcel. La condición para dejarlo en libertad fue que dijera dónde encontrar al “Patrón”. “Ahí me empezaron a tratar mal y me dijeron que me iba pudrir en la cárcel”.

Su estadía en prisión lo dejó fuera del fútbol por un largo tiempo y se perdió el partido que su selección disputó frente a Argentina en El Monumental por la clasificación al mundial de Estados Unidos ’94. El eslogan fue “Libertad para Higuita”. Finalmente salió inocente del caso y así, como en aquel mundial del ’90 en que el pueblo cafetero lo fue a recibir al aeropuerto, esta vez fueron a festejar la libertad de ese “humano perfectamente imperfecto”, como él mismo se supo definir.