Del vórtice de visitas internacionales que sacude a Buenos Aires esta semana, no hay duda de que la vuelta de Red Hot Chili Peppers, este viernes y el domingo en cancha de River, rankea entre lo más notable. En principio, porque fue el primero de todos estos shows en anunciarse. Una vez que las entradas salieron a la venta a fines de marzo, en cuestión de horas se produjo el sold out. De hecho, más allá del paquete VIP, que se encontraba en el orden de los 130 mil pesos, el ticket más costoso rondaba los 50 mil pesos. Si en ese momento era un absurdo, a estas alturas parece irrisorio. Incluso, la anécdota generalizada era que la mayoría del público sacó la entrada en cuotas con la tarjeta de crédito. Las alarmas de este este desembarco se encendieron el año pasado, cuando se viralizó un video del baterista Chad Smith afirmando que regresarían al país en 2023.

A cinco años de su último show porteño, como parte de la grilla de Lollapalooza Argentina, este reencuentro con sus fans argentinos tiene varios condimentos significativos. El primero de ellos es que esta gira surgió para celebrar los 40 años de la creación de la banda. Nunca sus integrantes fundacionales se imaginaron que lo que comenzó como un grupo de compañeros de la secundaria Fairfax High School, influido por artistas del funk y del incipiente rap neoyorquino, como Defunkt y Grandmaster Flash and the Furious Five, terminaría por transformarse en uno de los mayores y más influyentes fenómenos no sólo del rock, sino también de la música popular contemporánea. Al punto de que ayudó a hilvanar en la segunda mitad de los ochenta, desde sus Los Angeles natal, la escena del “rock alternativo”. Al mismo tiempo que formó parte de la fundación del “rap metal”.

Este nuevo tour mundial comenzó el 29 de marzo de 2022 en Vancouver (Canadá), y Buenos Aires fue una de las paradas elegidas para la celebración. La publicación especializada Pollstar colocó a los Peppers en el cuarto puesto de sus giras más lucrativas del año pasado en los Estados Unidos, por detrás de Bad Bunny, Elton John y Lady Gaga, y con ingresos promedio por ciudad de 5.605.217 dólares (el costo promedio por ticket era de 134 dólares). Esta serie de presentaciones sucedieron asimismo a raíz de la salida de sus dos álbumes más recientes. Se trató de su vuelta al estudio desde la salida, en 2016, del modesto The Getaway, que tuvo entre sus particularidades la participación de Elton John y su histórico colaborador, Bernie Taupin, en “Sick Love”: tema con cierto dejo al clásico “Bennie and the Jets”, del músico inglés.

El primero de sendos álbumes se titula Unlimited Love, y salió a la venta el 1º de abril del año pasado. El dato a destacar de este trabajo, lo que a su vez se tornó en uno de los grandes atractivos de esta gira mundial, fue la vuelta a la banda del guitarrista John Frusciante. El anuncio de su regreso se produjo en 2019, y lo hicieron mediante un comunicado, publicado en sus redes sociales, que explicaba: “Nos estamos separando de nuestro guitarrista de los últimos 10 años, Josh Klinghoffer. Es un músico fantástico a quien respetamos y amamos. Estamos profundamente agradecidos por nuestro tiempo con él, y los innumerables regalos que compartió con nosotros”. En su remate, el posteo decía que le daban la bienvenida a la banda a John con “gran entusiasmo y corazones llenos”. Más adelante, en una entrevista, Flea justificó: “Hay idiomas que tienes con alguien que no puedes crear con otros”.

Con esto el bajista de la banda se refería a la dinámica estética que establecieron con Frusciante. A pesar de que el violero ya tuvo varios idas y vueltas de los Peppers, participó en sus discos fundamentales. En su primer período, que comprendió entre 1988 a 1992, grabó nada menos que los trabajos con los que el cuarteto pegó el salto hacia la inmortalidad: Mother’s Milk y la obra maestra Blood Sugar Sex Magik. “Es evidente para mí que la banda siempre fuimos Anthony, Chad, John y yo. Somos muy diferentes, estamos en desacuerdo todo el tiempo, y siempre llevamos cosas diferentes”, explicó Flea tras la vuelta del guitarrista, que vino por última vez a Buenos Aires en 2004, en calidad de invitado de Mars Volta. “Pero estas son las cuatro piezas que juntas no pueden ser reemplazadas. Lo poderoso de todo esto es que somos muy diferentes”.

John volvió a la banda, a las giras y a los estudios luego del final del tour de Stadium Arcadium (2009), disco doble de Red Hot Chili Peppers. También fue el regreso de Rick Rubin, su sempiterno productor discográfico desde Mother’s Milk (el único material que no produjo fue The Getaway, para el que convocaron en ese rol a Danger Mouse, integrante de Gnarls Barkley y Broken Bells. Pese a que a nivel de ideas está todavía un poco lejos de los mejores discos del cuarteto (incluso con esta misma formación), la buena noticia es que vuelve a acercarse a esa impronta. Al menos la magia está. Y para muestra se encuentra la canción “Black Summer”, que apunta hacia ese imaginario. En tanto que en el tema “Poster Child” se puede percibir ese “sonido Frusciante” parido por esa Stratocaster que cada vez que enchufa rinde tributo a Jimi Hendrix.

Si “She’s A Lover” y “Whatchu Thinkin’” muestran la manera de funkear de los Peppers en esta época, más allá de que el cantante Anthony Kiedis le inyecta su clásico rapeo a “Here Ever After”, en “It’s Only Natural” o “The Great Apes” asoman su silueta más experimental. Como si no bastaran las 17 canciones de Unlimited Love, unos meses más tarde, en octubre de 2022 los californianos pusieron en circulación su decimotercer álbum: Return of the Dream Canteen, conformado por otros 17 temas. “Simplemente, escribimos un montón de música, y terminamos grabando todas estas canciones”, dijo el baterista Chad Smith. “Siempre grabamos más de lo que sale en un disco, pero a menudo se quedan sin terminar o lo que sea. Pero los terminamos todos. Sentimos que teníamos demasiadas buenas canciones como para no sacar otro disco. Esto no es un disco de lados B”.

La vuelta al país de Red Hot Chili Peppers, que saldrá a escena a las 21 (se podrá acceder a River desde las 15:30 hs, y a las 19:45 tocará el acto soporte internacional: los indie californianos Irontom), coincide con los 30 años de su debut local, cuando se presentó en el estadio de Obras Sanitarias. En aquella ocasión, en la que basaron su setlist en el entonces flamante Blood Sugar Sex Magik, tocaron canciones que hoy están descartadas de sus shows, como “Magic Johnson” o “My and My Friends”. Si bien el repertorio que presentaron hasta ahora en el tramo sudamericano de esta gira es más o menos el mismo, variaron los covers en los que John Frusciante tiene su apartado especial. Sin embargo, lo que nunca cambiará es la relación entre banda y público. Todo lo contrario. Con el paso de los años, esa pasión se convierte en un sentimiento cada vez más picante.