El presidente Alberto Fernández dijo que en la reunión que mantuvo con Javier Milei esta semana en la residencia presidencial buscó "sacarle dramatismo" al encuentro y contó detalles de lo que hablaron. "Sentí que me escuchó, no sé lo que hará", dijo el mandatario saliente.

El actual presidente y el electo se reunieron el martes a la mañana en Olivos. Fernández dijo que tuvieron  una "charla cordial" en la que ambos dirigentes pudieron escucharse.

"Fue una reunión de tipo institucional. Busqué sacarle dramatismo a una reunión institucional donde una fuerza política deja el poder y otra fuerza política se hace cargo", explicó Fernández en una entrevista que publica este viernes el diario El País de España. Aclaró que "claramente no pensamos igual pero pudimos escucharnos", relató 

Sobre las propuestas de gobierno de Milei, el Presidente saliente indicó que "básicamente entiende que todo el problema se concentra en el déficit fiscal, que hay que bajarlo drásticamente, que para eso hay que dejar de hacer obra pública, de invertir en educación y en salud y, si no alcanza el dinero, hay que vender las empresas del Estado".

"Esto es menemismo puro. Él reivindica mucho a (Carlos) Menem (1989-1999). Nosotros ese tiempo ya lo hemos vivido y las consecuencias no fueron buenas", recordó el jefe de Estado que el 10 de diciembre le entregará el poder a Milei.

En cuanto a la política exterior argentina, Fernández contó que habló del tema con Milei en el encuentro de Olivos: "Le he advertido mi mirada sobre como geopolíticamente Argentina está parado en el mundo y los riesgos que significan las miradas que él ha planteado", sostuvo.

"Llamarlo a Lula comunista es cuanto menos llamativo. Podemos hablar con [Joe] Biden, con (Vladimir) Putin, con Xi Jinping o con Pedro Sánchez y no quisiéramos perder esa libertad. Ya no existe Occidente y el comunismo, lo que hoy hay es una disputa comercial entre China y Estados Unidos. He recibido la preocupación del Gobierno chino, he hablado con Lula y he hablado con el Presidente electo y le he dicho que tenga cuidado con estas cosas", concluyó Fernández.

La derrota del peronismo, su futuro y Cristina Kirchner

El Presidente también habló de la derrota del peronismo. “Lo que creo es que acá no hay que buscar un responsable. Está claro que el que gobierna tiene una responsabilidad en todo esto”, dijo. En ese marco agregó que “hubo algo que no supimos sintonizar con la sociedad e hizo que la sociedad no nos acompañe. Tenemos que tener un sincero debate, que no es un debate contra nadie”.

“Acá todo el mundo está pendiente si yo la trató mal a Cristina [Fernández de Kirchner], si Cristina me trata mal a mí”, continuó el mandatario y se introdujo así en la cuestión de las diferencias internas que marcaron su gestión. “El problema que yo tengo no es Cristina, es la derecha”, repitió el latiguillo al que apela en forma recurrente y lamentó que “tuvimos demasiado debate público interno”.

“Siempre preservé la unidad y todos hicimos esfuerzos para preservarla. Lo peor que nos puede pasar es que nos rompamos. Estamos en un momento muy doloroso y si hablamos llenos de este dolor es muy posible que lastimemos a otros y a nuestra fuerza. Yo no quiero romper nada, yo quiero unir”, destacó de sí mismo y anticipó que -si bien tiene planes de "tomar distancia" y que España es un destino posible- participará del debate interno que se avecina en el peronismo tras la derrota de Sergio Massa.