El arrepentido Leonardo Fariña perdió -al menos por ahora- la libertad condicional que lo beneficiaba y tendrá que ir a la cárcel. La decisión la tomó el juez Néstor Costabel a raíz de un pedido del fiscal Abel Córdoba, quien consideró que, como el arrepentido fue sorprendido en una cueva financiera y ahora está detenido por eso, no cumple con los requisitos del beneficio, como por ejemplo tener un trabajo fijo. En la megacausa por las operaciones con el dólar ilegal, a Fariña se lo sorprendió en una financiera de la calle Juramento, allanada por el juez en lo Penal Económico Pablo Yadarola. El arrepentido dice que fue a cambiar unos pesos de su suegra, pero por ahora sigue detenido y eso puso en cuestión su libertad condicional.

Fariña era un especialista en sacar dinero del país y eso lo acercó a Lázaro Báez. En rigor, no al constructor mismo, sino a uno de sus hijos, deslumbrado por la vida nocturna. Por entonces, Fariña estaba en pareja con la modelo Karina Jelinek.

Cuando se desató la ofensiva judicial contra los Kirchner y, por lo tanto, contra Báez y su familia, Fariña fue captado como arrepentido y, esencialmente, reveló cómo fue el esquema con el que se sacaron 55 millones de dólares hacia Suiza. Después, Báez volvió a traer el dinero a la Argentina para participar de la licitación por las dos grandes represas de Santa Cruz, las conocidas como Jorge Cepernic y Néstor Kirchner. En esa licitación, Báez se presentó en sociedad con la constructora de la familia Macri, encabezada por Angelo Calcaterra.

En la causa por los 55 millones de dólares, que llamaron "La Ruta del Dinero K" (aunque se probó que ningún Kirchner tuvo que ver con la maniobra), Fariña fue condenado a cinco años de prisión, pero le rebajaron la pena a tres y medio por haber “colaborado”. Ahora hay una segunda parte de aquel juicio, relacionada con la compra de un campo en Uruguay, El Entrevero. En este expediente, Fariña arreglo un dos por uno, y también se presentó como arrepentido. Como es obvio, declaró contra Báez diciendo que el dinero para la adquisición de la propiedad, 16 millones de dólares, también lo puso el santacruceño. Sin embargo, todos los demás testigos lo contradijeron y sostuvieron que Báez no estuvo en ese campo, que no conocieron al santacruceño y hasta hubo un informe de Migraciones en el que se determinó que Báez nunca pisó suelo uruguayo. El propio dueño del campo, Walter Kobylanski Brandhuber, declaró bajo juramento que Báez nunca fue parte del grupo comprador, mientras que sí estaba Carlos Molinari, empresario multimillonario que pagó el ostentoso casamiento de Fariña con Jelinek. Además, en una empresa de Molinari se encontró una planilla en la que quedaba claro que una Ferrari que manejaba Fariña era propiedad de Molinari.  

El gobierno de Mauricio Macri arregló con el arrepentido una especie de tres por uno. Fariña no sabía nada de construcción de rutas, pero el macrismo necesitaba a alguien que declarara en contra de Cristina Kirchner en la causa por las rutas de Santa Cruz, que estaba más que floja de pruebas. El arreglo fue concretado por el ministro Germán Garavano y luego un equipo de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) le hizo un detallado coaching para que el arrepentido aprendiera hasta lo más elemental: cómo es una licitación. Los textos que le dictaron fueron publicados en exclusiva por Página/12, así como la declaración de la abogada que lo instruyó. Tras un juicio de tres años en el que a la expresidenta ni la nombraron, el tribunal oral igual la condenó, sin prueba alguna. El fallo está apelado. Mientras tanto, a Fariña lo beneficiaron dándole un departamento de lujo en el que vivió de fiesta en fiesta. 

Ahora, en este mes de noviembre, Fariña apareció en la cueva de Juramento, ligada a una red de operaciones clandestinas con el dólar blue, supuestamente encabezada por Ivo Rojnika, "El Croata". Fariña dice que había ido allí en seis o siete oportunidades a “cambiar plata de mi suegra”. Su declaración coincide con lo que sostuvo una empleada de seguridad. El arrepentido dijo que ingresaba incluso con su nombre y su DNI, como para dar a entender que él no escondía nada. En cualquier caso, el juez Yadarola mantiene su detención, imputado por lavado de dinero.

En un escrito de 14 páginas, Néstor Costabel, magistrado que integró el tribunal en la causa de la Ruta de Dinero, dice que la libertad condicional tiene requisitos: entre ellos, tener un trabajo regular. Dado que Fariña está preso, no puede cumplir con esa condición y, por lo tanto, debe ir a la cárcel a cumplir lo que le falta de la condena, alrededor de un año. Los abogados del financista sostuvieron que la causa de la cueva recién está en sus principios y que no es razonable que manden a su cliente a prisión. Pero ni el fiscal ni el juez aceptaron el argumento. El dato curioso es que el arrepentido andaba con una tobillera electrónica y Costabel pone en su resolución que le saquen ese implemento, algo obvio porque no se necesita en un penal.