Con motivo del “25N”, Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer, distintos lugares del país son escenario de movilizaciones: hoy, viernes, y mañana, los feminismos vuelven a salir a la calle en ciudades como San Miguel de Tucumán, Santa Fe, Posadas, Rawson, Ciudad de Buenos Aires. Es la primera vez que lo hacen desde el triunfo de Javier Milei en las urnas. Desde entonces también no paran de expandirse las agresiones misóginas, perpetradas ya sea por parte de varones jóvenes --y no tan jóvenes-- que subrayan con insistencia su adhesión a “las ideas de la libertad” .
Desde el ataque lesboodiante, con golpes y patadas, contra una maestra en la línea 561 hasta persecuciones callejeras a chicas identificadas como feministas al grito de “La Libertad Avanza” y “se les termina la joda”, pasando por ciberataques coordinados, misivas con Falcons verdes, escupitajos en la calle y amenazas de violación y muerte por mensaje privado. El hostigamiento también alcanzó en distintos formatos a las trabajadoras del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades: desde la noche del domingo de las elecciones, las telefonistas de la Línea 144 (que reciben las denuncias por violencia de género y pedido de ayuda de las víctimas) vienen recibiendo llamados con insultos y acoso verbal. Las dos amenazas de bomba que por la mañana obligaron a desalojar el edificio de la avenida Paseo Colón se suman a la lista.
Fue en ese contexto que hoy tuvo lugar una concentración en la Plaza del Congreso que incluyó bandas, performances, lecturas, feria de productos de la economía popular, actividades orientadas a visibilizar el abuso sexual en la infancia y finalmente, un pañuelazo del que participaron organizaciones como Marea, las dos CTA, el Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa, Libres, Patria Grande, Ni Una Menos, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires, PCR, Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), históricas como Nina Brugo, y legisladoras como Laura Velazco y Mónica Macha.
“Estamos acá por nuestros derechos / Ni un paso atrás” fue el grito colectivo que se escuchó antes del pañuelazo, con el Congreso de fondo de la foto, en medio de puestos con productos agroecológicos, una guardería improvisada con juegos y piso de goma eva custodiada por las integrantes de la Comisión de Niñez del FOL (Frente de Organizaciones en Lucha) pensada para cuidar a las criaturas de las manifestantes), serigrafístas que hicieron lo propio en vivo.
¿Qué pasa si todo desaparece?
Gimena Vega de la juventud (CCC y PCR) considera que es importante mostrar un movimiento de mujeres unido y alerta, “considerando que es de público conocimiento la misoginia del presidente electo y de la mayoría de las personas que lo rodean. Este nuevo gobierno viene a barrer con todo y lo curioso es que no estuvo dispuesto a ocultarlo ni por un segundo”. Vega se refiere por ejemplo a todos los episodios en los que el ultraderechista Javier Milei dejó sentada su posicion en relación a la derogacion del aborto (una postura ratificada esta semana por Alberto “Bertie” Benegas Lynch), negar la existencia de los femicidios y la brecha de género. Además de otras propuestas misóginas del interior de su espacio como la iniciativa de “renuncia a la paternidad” de la diputada Lilia Lemoine.
La propuesta liberal libertario es “volver la época de caza de brujas. Nos quieren esclavas, para ser madres, para esposas con delantal. Plantean algo del siglo XVII. Vuelven a poner en debate el rol de las mujeres. Odian también acérrimamente a las diversidades”, se indigna Leonor Cruz, secretaria de Géneros de la CTA Autónoma, sobre lo que percibe como una avanzada, no precisamente de la libertad, sino de una restauración neoconservadora.
“¿Qué va a pasar con el Programa Acompañar, por ejemplo?”, se pregunta Leonor Cruz sobre la iniciativa del Ministerio de las Mujeres cuyo principal objetivo es apoyar económicamente a las víctimas de violencia de género. “¿Qué pasa si todo eso desaparece? ¿A quién se le puede ocurrir que la solución a los problemas que tenemos puede ser el avasallamiento sobre todo lo estatal? Si los números de lo que nos están diciendo es de que necesitamos más Estado y más políticas públicas… ¡no menos!”, Leonor se refiere con esto último al dato de un informe que acaba de dar a conocer el Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación: este año tuvo un promedio de un femicidio cada 27 horas, según los registros realizados hasta el 15 de noviembre. Esta cifra significa un aumento en los asesinatos de mujeres por razones de género que supera a la del 2020, año marcado por la pandemia del coronavirus.
¿Hacia una ofensiva o a guardarse?
“Es tiempo para armar estrategias. Tenemos muchos años de organización, de acción en las calles, las redes y todos los ámbitos. Como es lógico, ahora está habiendo dentro del movimiento muchos debates sobre cómo nos vamos a posicionar”, dice Vega, que no se refiere tomas de posición ideológicas ya que, por el tipo de discusiones que intenta reabrir LLA, estas son más o menos homogéneas, sino a posiciones tácticas: “¿qué hacer frente a este momento? ¿Salir hacia una ofensiva o guardarse? ¿Vamos a abandonar las calles? ¿Qué pasa si nos paraliza el miedo?”
“Somos un movimiento que nunca tuvo miedo. Pero que hoy te instalen otra vez la estampita del Falcon verde tiene efectos- Hay que decir que además estamos viendo que en la calle se respira otra cosa, en el sentido de las agresiones. Volvemos a escuchar a personas con miedo de hablar de este tema o de salir a la calle con símbolos que nos identifiquen. La gran pregunta va a ser cómo seguir disputando el espacio y a la vez cuidarnos”, señala Gimena Vega.
Lucía Cavallero, integrante de Ni Una Menos, señala también que el 25 de noviembre es una fecha global, que conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal, en 1960, en República Dominicana. A partir de ese crimen se empezó a pensar y trabajar mundialmente en la violencia por razones de género como un tipo de violencia específica. “Nos encontramos en un momento de profunda reflexión, ante una etapa inédita. Es un gobierno que tiene componentes claramente fascistas. Aunque hay que hacer una distinción: el voto de la gente tiene que ver con un hartazgo, pero sí es cierto que se están habilitando desde los máximos exponentes de La Libertad Avanza discursos de una crueldad y que habilitan la violencia”.
Para Cavallero éste es un escenario inédito que requiere de suspender los automatismos. “La calle es algo muy importante pero vamos a tener que hacer un esfuerzo de articulación mucho mayor con otros sectores porque tampoco podemos exponernos únicamente como el movimiento al que ellos mismos han señalado como el de las ‘enemigas’. Todos los días hay declaraciones que juegan a enloquecernos. Tenemos que estrategizar nuestra energía y tramar alianzas que son la forma en la que el movimiento feministas se volvió masivo en nuestro país”.