La admiración logra que ciertas utopías se conviertan finalmente en hechos concretos, sobre todo cuando se trata de ídolos nacionales. El fútbol suele ser una actividad que provoca encantamiento por algunos nombres, y los fieles se lanzan sin temores en busca de aquellas metas.
Diego Dal Santo nació en la capital de La Pampa, se recibió de abogado, trabaja en el Poder Judicial de su provincia, y también se desempeña como colaborador en el club All Boys de Santa Rosa. El se define como "muy maradoneano", y por ese motivo se aventuró a escribir sobre uno de los mejores jugadores de la historia.
"Desde el año 2005 -le cuenta a Líbero- tengo una página de fan en Facebook, que en ese momento la denominé calle Diego Maradona, y me sirvió para dar publicidad a lo que fue el proyecto, que lo presenté en 2003. La intención era que La Pampa tuviera una calle con su nombre. Lo solicité en el Consejo Deliberante, y lo di a conocer en las redes sociales".
El proyecto de la calle se aprobó en 2006, y la página de Facebook la siguió manteniendo, pero para utilizarla como un lugar donde figuraran efemérides del astro. "Ahí me di cuenta que si salía de las búsquedas tradicionales sobre su carrera, la obtención de datos era muy complicada a través de Google. Entonces parecía que las efemérides de Diego eran diez partidos: el gol a los ingleses, el Mundial de México y alguna cosa más. Eso hizo que empezara a profundizar mucho más sobre él", explica desde su provincia.
Dal Santo hizo un Posgrado de Derecho Penal en Buenos Aires, entre 2016 y 2017, y tenía que viajar una vez al mes a la Capital. "En la Biblioteca Nacional empecé a usar la revista El Gráfico, con toda la colección completa. Pude conseguir datos de Diego que no se conocían tanto, y fui completando su carrera en cada club que estuvo. Ahí figuraban los partidos en Argentinos que jugaba el domingo, y también en el seleccionado argentino contra los combinados del interior, que eran los jueves. Después de revisar todo eso empecé a trabajar con los diarios: Clarín, La Nación y Popular", describe.
Y agrega: "Empecé a encontrar cantidad de amistosos que El Gráfico no cubría, sobre todo en esa época, que Maradona no era tan famoso, previo a los mundiales '78 y el juvenil '79. Todo eso era muy bueno para continuar con las efemérides, pero la cantidad de información ya me había tapado. Lo completé después con el diario Mundo Deportivo de Barcelona, a partir de la hemeroteca digital que tienen".
El protagonista se dio cuenta que tenía la etapa completa de Maradona en Argentina, y también la de España con Barcelona y Sevilla. Le faltaba la más complicada, que era la de Italia con el Napoli. "Me empecé a suscribir -aclara- a diarios italianos, a través de la tarjeta de crédito, y efectué el mismo trabajo que había hecho con los medios locales y españoles. Encontré toneladas de partidos amistosos que acá no se conocían, y me permitió salir de la estadística fría, para saber qué pasaba con Diego en la semana".
El autor, a esa altura, no pensaba todavía en un libro, pero como amante de las estadísticas siguió explorando. "Mezclé los partidos oficiales y amistosos, con lo que hacía Maradona el resto de la semana. Por ejemplo, visitó una cárcel de menores en Italia, viajó y se compró una Ferrari. Entonces mezclé algo que podía ser más entretenido, y me di cuenta que lo que se había formado podía ser un libro", expresa.
El día que Boca ganó la Superliga Argentina 2020, lo hizo derrotando a Gimnasia La Plata, que era conducido por Maradona. Ese 7 de marzo fue la última vez que el campeón del mundo estuvo en la Bombonera. Dal Santo fue al estadio y se encargó de repartir, todo ese fin de semana, los borradores de su libro en diferentes editoriales. Ediciones Continente le envió un mail a los pocos meses, y entre los dos empezaron a elaborar el armado de la edición.
El libro está distribuido por fechas, con los partidos que jugó Maradona, y con los agregados de los días previos y posteriores, si es que realizó algo para destacar. "Con la escritura descubrí un mundo que me apasiona -añade-. Lo había conocido por la escritura del lado del Derecho por ese Posgrado, y cada módulo lo aprobábamos con un trabajo. Si bien es otro tipo de escritura, mas científica si se quiere, la verdad es que me encantó escribir, y también el trabajo de archivo".
El placer fue semejante que ya está proyectando un segundo libro. Esa obra será sobre la llegada de Diego a La Pampa, en la previa del Mundial de Estados Unidos '94, cuando se entrenó solo en ese lugar.
"En el primer libro me pasó algo muy gracioso, en esa búsqueda de material. Como Diego cambió más de 120 camisetas, en el amistoso entre Argentina e Italia de mayo del '79, hay una foto muy conocida de Maradona con la camiseta de Italia. A partir de algunas fuentes rastreo que se la había cambiado con Paolo Rossi, y le mandé mensaje a los italianos que jugaron ese partido, por las redes sociales, para poder chequearlo", relata.
En esa búsqueda tuvo la oportunidad de hablar con Marco Tardelli. Y le preguntó si sabía con quién había cambiado la camiseta ese partido, pero no lo recordaba. Sin embargo, hace tres meses encontró una foto y comprobó que la había cambiado con Maradona. "Me di cuenta -señala Dal Santo- de la magnitud que tenía hablar con un campeón del mundo. El libro tiene varias historias de este tipo. Inclusive, hay algunas que aparecieron después, como para hacer una ampliación del libro".
Entre ellas existe una en la que Maradona estuvo vinculado a la Cumbre de Malta, en diciembre de 1989, entre el presidente de los Estados Unidos, George Bush padre, y el líder de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov. El barco estadounidense que transportaba a los marines se detuvo en el puerto de Nápoles, y el capitán tenía deseos de conocer a Maradona. El encuentro se pautó para un horario y Diego llegó dos horas más tarde. De todas maneras, el barco lo esperó y luego de que sea recibido por el capitán y se sacara fotos con los tripulantes, partió finalmente para Malta.
El vínculo de Dal Santo con el fútbol fue desde chico. "Nací un mes después de que Diego ganara el Metropolitano del '81 con Boca. Y mis padres me pusieron Diego por él. Yo jugué al fútbol en Santa Rosa, y siempre que lo vi a Diego me daba cuenta que hacía cosas distintas. Cuando entendí que había que hacer algún tipo de reconocimiento a Diego, surgió la propuesta de la calle. Esa idea fue solo mía, y la fundamentación del proyecto también la escribí yo", destaca.
El se reconoce hincha de All Boys de su provincia, al cual va a ver todos los domingo en familia, con su esposa y su hija de cinco años. Al mismo tiempo es socio de Boca, y cuando está en Buenos Aires concurre a la Bombonera.
"Lo que me llamó la atención de Maradona era que jugaba cada dos días cuando estaba en Argentinos. Jugaba con la Primera, con un equipo juvenil, y luego con la Selección de menores. El tenía mucha energía. Y otra cosa fue su personalidad: él fue a discutir los premios del Sudamericano del '77 con sólo 16 años, junto al 'Patón' (Edgardo) Bauza. Ese es un rasgo de su valentía y carácter", se sorprende.
Para Dal Santo, las mejores etapas de Maradona a nivel clubes fueron varias. El Argentinos del '79-'80, donde hizo goles y dio asistencias en gran cantidad. Le suma el momento después de la hepatitis en Barcelona, en la temporada '83-'84, y remarca que lo que logró en el Napoli fue impresionante. "En Italia le pegaban mucho, y esos castigos lo llevaron a tener muchas infiltraciones para poder jugar. De grande se veía lo que le costaba caminar", dice.
Los años que perdió Maradona en el fútbol fueron varios, entre suspensiones y lesiones, recuerda Dal Santo. "Por esa razón podría haber jugado 100 o 150 partidos más en los clubes. Y por eso en la Selección suma apenas 91". En ese aspecto, el autor se encarga de reflejar todos sus números en este libro.