Metán es una de las distintas localidades de la provincia de Salta en la que Javier Milei se impuso en el balotaje ante Sergio Massa. Sin embargo, la noticia no se suscribe exclusivamente al resultado electoral sino a un dato más que llamativo: en aquella ciudad el ultraderechista insultó y violentó verbalmente a una periodista local. Ante ese ataque debió pedir disculpas y someterse a un análisis psicológico.

Todo comenzó en 2018, cuando Milei visitó la provincia, para dar una serie de charlas. Luego de pasar por la capital salteña y Rosario de la Frontera, donde ya había protagonizado un chisporroteo, el ahora presidente llegó a la ciudad de San Juan de Metán, más precisamente al Colegio de Abogados local. 

En el momento de las preguntas de la prensa, una periodista de InfoSalta, Teresita Frías, tomó la palabra y le consultó a Milei por qué el keynesianismo había dado frutos en Estados Unidos desde el “New Deal”, pero no así en la Argentina. Para sorpresa de los presentes, Milei se molestó con la trabajadora, le contestó en muy malos términos y terminó casi a las piñas con el público que intentó defender Frías.

“¿Vos sabés entre qué años fue la Gran Depresión?”, le consultó el economista desde la tarima y le indicó que había sido entre 1929 y 1933, mientras que la “mierda” de la teoría de Keynes, como la definió, se había publicado en 1936.

Pero su respuesta no terminó allí. “Lo primero que te tenés que dar cuenta es que no te dan las fechas. Ni siquiera te tomaste el trabajo de chequearlas. Hablaste de keynesianismo y no leíste nada de keynesianismo. No sabés nada de keynesianismo”, le reprochó, para luego destratarla e insultarla, repetidas veces, delante de unas 40 personas. “Sos una burra y hablás de cosas que no sabés”, fue una de las frases.

Frías le reclamó que se estaba extralimitando, que era solo una pregunta, y le planteó que era un “totalitario”. Milei redobló la apuesta y continúo con el destrató por varios minutos. A tal punto que otro periodista local, Rodrigo García, tomó el micrófono, descartó la pregunta que había preparado y le pidió a Milei que se disculpara con Frías, lo que provocó que el líder de LLA también lo insultara, calificándolo de “populista e impresentable”. 

El incremento de la violencia y enojo del economista liberal provocó que parte de la audiencia le reclamara respeto y educación o comenzara a retirarse, mientras que otros lo desafiaban a pelear. ¿Conclusión? Los organizadores –entre ellos, el diputado nacional Alfredo Olmedo- dieron por terminada la conferencia. 

El video con este episodio se difundió en redes sociales, y volvió a reflotarse durante la campaña electoral, como una prueba más, del carácter poco tolorante del candidato de ultraderecha. 

Incluso, el ENACOM debió intervenir para evitar la reiteración y reproducción del video de la agresión que revictimizaba a Frías, quién, además, había recibido mensajes peligrosos en redes sociales.

Intervención de la Justicia

Para sorpresa de Milei, su reacción tendría consecuencias.  Tras lo ocurrido, la fiscal penal de Violencia Familiar y de Género de Metán, Susana Redondo Torino, inició una actuación de oficio como le imponía la ley, y estimó que el economista había “destratado, humillado y ridiculizado” a Frías. Posteriormente, en la causa intervino el juez del fuero, Carmelo Paz, que siguió las pautas fijadas por las leyes provinciales 7403 y 7888, y dispuso “medidas preventivas”.

“Resuelvo ordenar al señor Javier Gerardo Milei abstenerse de ejercer actos de violencia física o psíquica, como así también de proferir insultos, palabras agraviantes y realizar amenazas descalificantes contra la señora Teresita Frías”, expone el fallo dispuesto por el juez Paz.

En esa misma resolución, y ante la posibilidad de que algo similar se repitiera en el corto plazo, el magistrado también dispuso “prohibir al señor Javier Gerardo Milei la participación en calidad de disertante y/o panelista de cualquier charla y/o reunión pública que efectúen las organizaciones estatales y no estatales en la ciudad de San José de Metán, bajo apercibimiento de ley”.

Como así también, ordenó a Milei presentarse en su juzgado a una audiencia que fijó para el 4 de julio de ese mismo año. Y dispuso “una amplia evaluación de las personas involucradas” –es decir, tanto de Milei como agresor, como de Frías como víctima-, la que quedó en manos de los psicólogos de la Oficina de Violencia Familiar y de Género (OFVG).

Obligado por la mediación judicial, Milei pasó de la burla a las disculpas (a medias). Cuando lo ocurrido llegó a la prensa porteña, el economista reafirmó su posición, con la arrogancia que lo caracteriza, y ensayó un tibio pedido de disculpas: “¿Te sentiste tocada por dejar en evidencia que estabas hablando de lo que no sabías?”, dijo desde el programa Intrusos, dirigiéndose directamente a Frías. “¿Puse demasiado énfasis frente a tu intención de seguir pudriendo la cosa? ¿Sabés qué Teresa Frías? De nuevo te pido disculpas”, ironizó.

Pero obligado a volver a Metán y a presentarse ante el Juzgado de Violencia Familiar y de Género con la asistencia de un abogado, Marcelo Arancibia, Milei modificó su actitud. “Durante la audiencia, la fiscal Redondo Torino le exigió a Milei que se disculpara y eso fue lo que pasó”, según confirmó el juez Paz a La Nación. “Milei pidió disculpas por sus comentarios contra Frías y los demás periodistas, y con la audiencia de aquella noche”, confirmaron fuentes judiciales. 

Test psicológico

Ese mismo día, Milei también debió presentarse ante un profesional del equipo interdisciplinario. El psicólogo Pablo Carrizo Saavedra lo recibió en su despacho, le hizo una batería de preguntas y redactó un informe con sus conclusiones preliminares sobre el “peligro” y los “indicadores de riesgos” que podría o no evidenciar el economista para sí o para terceros.

Ese informe, cabe aclarar, no puede calificarse como un peritaje psicológico en sentido estricto. Tiene carácter “reservado” y está en el expediente que se tramitó en Metán. Sólo trascendió que para el psicólogo, la reacción de Milei podía encuadrarse como algo “meramente esporádico”, es decir, una reacción o hecho aislados.

Ya durante la campaña, Milei volvió a ser consultado sobre lo ocurrido aquella noche en Metán, y emitió una respuesta a mitad de camino entre la retractación y la justificación. “No hay excusas que valgan para eso. Igual se lo he dicho a varias personas. Es mi forma. La realidad es que no está bien, no puedo seguir con esta boca de cloaca que tengo”, replicó ante una consulta de Perfil.

Pese a todo, cinco años después de aquel episodio, Milei no solo parece haber dejado en olvido el expediente de violencia de género en su contra, sino que logró su reivindicación en Metán, donde la mayoría de los habitantes lo eligió para que fuera el futuro presidente de Argentina. El candidato de ultraderecha se impuso con el 54,25 por ciento de los votos, frente al 45,75 de Sergio Massa.