Mientras Pet Shop Boys arremete con un arsenal de hits y se escucha desde lejos la locura colectiva con cada arenga del elocuente cantante Neil Tennant, en el backstage de los artistas del Primavera Sound Buenos Aires manda la calma. Demasiada. Sólo la rompe Beck, cuando sale a saludar a una crew de músicos amiga. Más temprano, el músico californiano invitó a su show en el festival a Damon Albarn, vocalista de Blur, a hacer juntos “The Valley of The Pagans”, tema que grabaron en 2020 para Gorillaz, el laboratorio sonoro (cada vez menos) virtual del frontman inglés. Eso terminó de ponerle el moño a una de las mejores performances que se vieron el pasado fin de semana en Parque Sarmiento, amén de que sirvió para caldear la vuelta a los escenarios locales del grupo londinense, poniéndole fin a una espera de exactamente una década.
Hace un rato, en una terraza diseñada para la ocasión, el bajista del cuarteto, Alex James, contaba sobre el desembarco en Sudamérica de su festival Big Feastival. Sucederá el año próximo y hasta ahora bajará a Perú. Sin embargo, está abierto a cualquier propuesta. De Graham Coxon no se supo nada aún. Pero vale la pena escuchar el disco debut de su nuevo proyecto, The Waeve, confeccionado al lado de Rose Elinor Dougall (ex The Pipettes). Cuando este diario los entrevistó en marzo de este año, a propósito de este trabajo (medio jazzero, medio post punk), el violero deslizó que quería venir a tocar a la capital argentina con esta dupla en la que muestra su alquimia con su instrumento y en la que también se entregó al saxo. Si bien habló de Blur, lo que hizo de forma escueta. Y en ese momento ni menció que la banda tenía listo un disco nuevo, el sorprendente The Ballad or Darren. Ese fue el trabajo que los trajo nuevamente a estos lares.
Entonces, en medio de tamaña humedad, irrumpe por el lugar el baterista Dave Rowntree. A pesar de que se trata del integrante de perfil más bajo de la banda, especialmente luego de toda la locura y excesos que vivió en el clímax del pop y el rock británico en los '90, es tan multitasking como Albarn. E incluso más polirrubros. Aparte de batero, es abogado criminalista, astrónomo, compositor de bandas sonoras y radioaficionado. Un hermoso geek, a sus 59 años. De los cuatro, fue el primero en enamorarse de Buenos Aires. Y él mismo se ocupa de corroborar una leyenda urbana: estuvo a punto de comprarse un departamento acá. “Hace 20 años, la primera vez que vinimos, quedé tan fascinado con la ciudad que me puse a buscar departamentos para tener uno a dónde pudiera llegar cada vez que viniera. Me enamoré perdidamente de Buenos Aires”.
-¿Y qué pasó?
-No se dio, al final. Y la verdad es que no te imáginás lo cerca que estuve. Pero que no te quepa la menor duda de que si en estos días que estaré acá me pica el bicho para comprarlo, lo haré. La tentación sigue estando presente. Aún miro departamentos y fantaseo con eso. Siempre pienso que debería tener uno en esta ciudad. En los días libres que tuve en Buenos Aires, las veces que vinimos a tocar con Blur, aprendí a jugar al golf y salí a cenar a lugares adorables. Ninguno parecido a los que hay en Londres: ¡son mejores que los de Londres!
Por eso para él es notablemente significativo que hayan elegido terminar esta gira en Buenos Aires. “Es un lugar muy especial no sólo para mí sino también para Damon. Y creo que les pasa lo mismo a los demás integrantes”, afirma. “Es reconfortante ver cómo una nueva generación de público de acá nos está descubriendo. El cariño y la pasión que nos devuelven es tan fuerte como el de nuestros fans más grandes. Incluso es más vehemente”. Es por eso que sigue bien de cerca la situación social y política de la Argentina. Aparte de todas las facetas ya mencionadas, es el político de la banda. Y no es una metáfora ni nada por el estilo: Rowntree es miembro del Partido Laborista,: el ala de izquierdas en Gran Bretaña. Se afilió en 2002 y fue concejal por el distrito de Norwich en 2017, cargo al que renunció antes de las elecciones de 2021.
“No sé si sabés, pero desde hace 20 años la economía japonesa está en declive”, dice. “Para nosotros en el Reino Unido, tanto Japón como la Argentina eran consideradas economías muy afines al milagro de los llamados ‘tigres asiáticos’. Ese tipo de economía pujante, de auge, que se envidian y cuyo modelo hay que copiar. Y creo que no podés dejar eso post sentado. Para llegar a eso necesitás trabajo, perseverancia, coraje y sacrificio. De todo ese depende que las cosas se mantengan en marcha. En mi país estamos descubriendo eso por las malas. Nuestros políticos dieron por sentada la consistencia de nuestra economía y simplemente asumieron que pueden hacer cualquier cosa. Y ahora somos víctimas de gobiernos corruptos. La gente que nos representa, la gente a la que le dimos ese poder, es corrupta. Mataron a la economía”.
-¿En qué sentido?
-Se naturalizó que el gobierno se quede con el dinero. No importa lo que hagamos, es así como sucede. En el caso del Reino Unido, se creyó que se podían cortar los lazos con la Unión Europea, que es nuestro mayor socio comercial. O más bien era. Fue una verdadera lástima. Si la Argentina sigue ese modelo, puede ser irreversible. Hay algunas propuestas interesantes que sabés que debés abandonar. Si bien pareciera saludable el cierre del Banco Central y la adopción del dólar estadounidense, en realidad son medidas demasiadas drásticas. Pero no vine acá para darle un sermón a nadie. Vengo de un país que también está sumido en muchos problemas económicos y de corrupción.
-¿Cuál es la alternativa, entonces?
-Desde la Segunda Guerra Mundial, en muchos países del mundo las economías han estado creciendo, creciendo, creciendo y creciendo. Nunca había pasado algo así. Pero en realidad es muy difícil salir adelante, porque las cosas no mejoran nunca naturalmente. Creo que mi generación es la primera de Europa que creció dentro de una especie de estado de bienestar. Dos generaciones antes, había que remendar la ropa o guardar los restos de comida. Como mi generación creció con el desarrollo, hoy quedó en un estado de estupidez tremendo. “Robaré el dinero acá, le daré el dinero a mis amigos de allí. Tomaré decisiones estúpidas y geek”, así piensan. Europa Occidental es cada vez más estúpida y se equivoca con sus ideas. Ya no hay nadie a quién culpar, salvo a nosotros mismos. No padecimos lo que pasó en América Central o en Sudamérica.
En este Reino Unido post Brexit y post pandémica, Dave Rowntree sacó dos álbumes. En enero de 2023 lanzó su disco debut solista, Radio Songs, donde sorprende por su abordaje de la música electrónica y también del shoegaze. Además, allí se lo escucha cantar por primera vez. Es un trabajo inspirado en su adición por las ondas hertizanas. Nacido en el sur de Inglaterra, en el seno de una familia convencional, su relación con la radio proviene de su padre: era ingeniero de radio de la Fuerza Aérea británica. De hecho, ya en Blur tuvo un programa de radio en la cadena XFM y más tarde un podcast en Spotify, The Dave Rowntree Show. Pero en esas 10 canciones, grabadas en su estudio casero, van un poco más allá al mostrar sus cualidades para la composición, la interpretación y para la ejecución de varios instrumentos musicales.
-Meses más tarde, salió el nuevo disco de Blur, The Ballad or Darren. ¿Cómo fue el proceso de producción en este caso, y en comparación con, por ejemplo su trabajo anterior, The Magic Whip?
-Todos los álbumes son muy diferentes de hacer. En el caso de The Magic Whip, tuvimos una semana libre en Hong Kong y decidimos grabar un poco. Este se hizo porque teníamos una gran gira. Realmente, no teníamos tiempo para hacer un álbum, así que simplemente nos pusimos a grabar algo de música... lo que resultó en ese álbum. Todo lo que intentamos hacer ahí funcionó. Las ideas resultaron. Y justo por eso quedamos tan contentos, al punto de que creo que es uno de nuestros mejores discos. Si no hubiese sido por esas canciones y ese proceso, no sé si hubiéramos hecho The Ballad or Darren.
-Por lo que ustedes mismos subieron a sus redes sociales, se nota que el vínculo entre los cuatro parece saludable. ¿O es pura imagen?
-Nos divertimos mucho en el escenario. No siempre ha sido así en la historia de Blur, ¿sabés? Creo que a veces nos hemos esforzado demasiado y nos hemos olvidado de divertirnos. Esta vez, hubo muchas tonterías, muchas pruebas de nuevas canciones, muchos juegos con el set, y muchas charlas y bromas con el público. Valió la pena esta reunión. Creo que la audiencia realmente aprecia que hayamos hecho las cosas de manera diferente. Demostramos que podemos seguir creciendo. No siempre tiene que ser complicado.
-¿Y ahora cómo seguirán sus vidas?
-No sé qué pasará después, no hemos tomado ninguna decisión al respecto. En lo que a mí respecta, seguiré haciendo bandas de sonido para películas durante los próximos meses. También quiero empezar a trabajar en un segundo álbum en solitario y sacarlo el próximo año. Así que seguiré ocupado. Será una buena y linda mezcla.