En el paquete de obras públicas que Javier Milei anunció que frenará hay un centenar de Centros de Desarrollo Infantil (CDI) que se construyen en suelo bonaerense y otro tanto en el resto del país. Los que ya funcionan, demostraron mejorar la vida de familias y comunidades.

De concretarse el congelamiento total de la obra pública anunciado por el presidente electo, no sólo la economía se vería privada de uno de sus principales motores y con serio riesgo de caer en recesión. Las familias de los sectores populares se quedarían sin Centros de Desarrollo Infantil.

Los CDI conforman una iniciativa conjunta entre Obras Públicas y Desarrollo Social y cumplen una doble función. Por un lado ofrecen contención, atención y estímulo a niños desde 45 días hasta su ingreso al ciclo inicial, con el objetivo de reducir desigualdades de origen.

Por otro, atacan la denominada “pobreza de tiempos” de las mujeres de menores recursos, que suelen estar absorbidas por tareas de crianza (en la jerga feminista, trabajo doméstico no remunerado, TDNR), al cuidar a los chicos durante cuatro horas diarias. Los CDI están atendidos por equipos interdisciplinarios, que incluyen trabajadores sociales, pediatras, psicólogos y psicopedagogos, entre otras especialidades.s declaraciones de Milei, algunas empresas adjudicatarias de obra pública empezaron a despedir a sus trabajadores. La explicación es sencilla: entre que se certifica un avance de obra y se hace efectivo el pago, transcurren al menos sesenta días.  En sesenta días serán los funcionarios de la nueva gestión los que decidan pagar... o no.

Actualmente, hay casi un centenar de CDI, de la primera tanda, operativos en toda la provincia de Buenos Aires, entre ellos los de General Rodríguez, Almirante Brown, San Miguel, Hurlingham, Quilmes, Escobar, Lanús, Pilar, Marcos Paz, Monte Hermoso y Mar del Plata.

Sobre los de la siguiente tanda, aún en construcción, pende, como una amenaza, la motosierra de Javier Milei. Cunde la preocupación en distritos como Junín, donde la obra del CDI alcanzó un 30 por ciento de avance, en Gesell, donde llegó a 37 y en Guaminí, donde alcanzó idéntico porcentaje.

En San Pedro, el avance a la fecha es del 15, en Tres Lomas del 22, en Chascomús del 80, en Baradero del 36, en San Antonio de Areco 50, en Tandil también 50, en Cañuelas 40, en Pergamino supera el 60 y en La Costa 50.

En el conurbano, la situación es similar. En Guernica, localidad perteneciente a Presidente Perón, hay uno que ya alcanza el 70, en Paso del Rey, Moreno, v por el 15, en Malvinas Argentinas hay dos, uno en Sourdeaux que llegó al 70 y uno en Tortuguitas que va por el 15 y en Rincón de Milberg, partido de Tigre, 30.

Acaso las situaciones más dramáticas sean las de Ingeniero Allan en Florencio Varela, y en las localidades vecinas a La Plata, Berisso y Ensenada .En los tres casos, las obras superan el 90 por ciento de avance. ¿Las dejarán así? ¿Las reclamarán los intendentes?

En campaña, el ahora presidente electo dijo muchas veces que las obras públicas se harían “a la chilena”. Esto es, con un modelo público privado similar al que fracasó con Macri, porque el sobrecosto financiero las hacía imposibles de afrontar. A la vez, suele sostener que si los privados no hacen una obra es porque esa obra no es relevante ni necesaria. ¿Pensará lo mismo en este caso?

Los CDI nacieron como respuesta pública para las familias de menores recursos, que no acceden a las limitadas ofertas privadas existentes. En el modelo libertario, las obras son repagadas por sus usuarios. La pregunta es quién pagaría en este caso, si las familias monoparentales con madres a cargo o los niños o si el criterio tendrá excepciones.

Economía y género

La economista Mercedes Dalessandro participó del proceso de creación del proyecto cuando era directora Nacional de Economía, Igualdad y Género en el Ministerio de Economía. Para ella "la infraestructura del cuidado es importante porque genera más y mejores oportunidades de trabajo para toda la economía del cuidado y sus trabajadoras: maestras, enfermeras, auxiliares, etc".

"Cualquier medida que se tome y afecte la obra pública va a afectar el empleo, porque la obra pública tiene un enorme poder multiplicador. Pero en este caso, va a afectar especialmente el empleo femenino. Una de las razones que explica la desigualdad entre géneros en el mercado laboral es la desigual distribución de las tareas de cuidado. Las mujeres de dedican el triple que los hombres", agregó.

"Por último, esta gestión estableció por resolución un piso de inversión de 8 puntos y medio del presupuesto anual de obras públicas para infraestructra de cuidado. Es un gran avance", concluye Dalessandro.

Ante la crisis de cuidados

Los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) fueron una de las primeras iniciativas de Gabriel Katopodis al frente del ministerio de Obras Públicas de la nación, luego de construir contrarreloj una serie de hospitales modulares para hacer frente a la pandemia de coronavirus, a comienzos de 2020.

La pandemia generó lo que los expertos llamaron “crisis de cuidados” a nivel global. El cierre de las escuelas obligó a los adultos, generalmente mujeres, a quedarse a cargo de sus hijos, resintiendo seriamente sus posibilidades de trabajar y realizar otras tareas.

Antes de licitar ninguna obra, Katopodis encargó a sus equipos de trabajo el desarrollo de un índice estadístico específico, el Índice de Inequidades en la Primera Infancia (IPI), a partir del entrecruzamiento de distintos datos existentes en el Estado.

Ese índice permitió detectar las zonas más calientes en materia de necesidades infantiles y emplazar las obras según ese criterio, a salvo de cualquier discrecionalidad política. Por ese motivo, aunque hay CDIs en todas las provincias, la mayor cantidad se encuentra en las provincias del norte y el conurbano bonaerense.

Impacto positivo

El pasad octubre se completó la primera evaluación ex post para medir el impacto de los CDI en la vida cotidiana de sus beneficiarios. Para ello se encuestaron 400 familias, se realizaron talleres lúdicos a los que asistieron 300 niños en 20 CDIs distintos y se entrevistó a todos los directivos. El 86 por ciento del universo está compusto por mujeres y 9 de cada 10 familias tienen insatisfecha al menos una dimensión (ingresos, vivienda o acceso a servicios).

Más del 70 por ciento de las madres utilizan el tiempo liberado para trabajar o buscar empleo. Dos de cada tres comenzaron a trabajar recientemente. El CDI redujo en un tercio el tiempo familiar dedicado al cuidado no remunerado. El 40 por ciento de los CDI sirvió también como centro comunitario, donde se brindaron talleres dedicados a temas vinculados a la crianza como nutrición, cuidados básicos, prevención de accidentes y desarrollo del lenguaje.