La actriz Betiana Blum contó la experiencia de meterse en la piel del personaje que hizo famoso Niní Marshall en el éxito teatral Coqueluche, hoy adaptada por José María Muscari.
En este sentido, la actriz aclaró que ésta "es la obra de Muscari", no aquella que protagonizó la gran comediante argentina.
Además, habló del "reencuentro" en el escenario con su compañera en Esperando la Carroza (1985), Mónica Villa: "Cuando supe que iba a estar en la obra, me puse muy contenta. Además, hace un trabajo muy lindo, una monja muy especial", contó entre risas.
Coqueluche es la versión libre dirigida y adaptada por Muscari sobre la comedia que Niní Marshall y Thelma Biral protagonizaron durante varias temporadas. Blum interpreta a la diva Victoria y la joven actriz y bailarina Julieta Poggio (que este año alcanzó popularidad por su participación en Gran hermano) hace de Coqueluche. Ese cruce generacional le dará vida a la relación forzada y complicada que una diva teatral “de las de antes” deberá entablar con una chica proveniente de un internado de monjas, a la que la madre superiora (Mónica Villa) pone al resguardo en la mansión de la actriz ante la epidemia de tos convulsa que invade a la institución. El contraste entre el refinamiento de la diva y la vulgaridad de la joven harán que la convivencia sea un desafío para ambas.
"Antes de empezar (la función) hay una efervescencia en la platea. Es impresionante. Y después la gente participa mucho", afirmó Betiana.
"Lo que tiene el teatro es que es vivo, no te tiene que salir bien la primera vez. Estás arriba del escenario con el público. Es de una gran responsabilidad. Me gusta mucho la carcajada de la gente. Lo que sucede es que la risa y el llanto no están separados. Se puede llorar de risa y al revés. Es una expresión muy hermosa y muy genuina del ser humano", completó.