Luego de las reuniones que Axel Kicillof mantuvo con intendentes bonaerenses y con gobernadores de Unión por la Patria, el peronismo de la provincia de Buenos Aires comenzó a dar públicamente una pelea que la gestión reelecta considera prioritaria: la batalla para recuperar los seis puntos de coparticipación que la Provincia cedió en la última etapa del gobierno de Alejandro Armendáriz.
El intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, publicó en su cuenta de X una serie de números que representan el peso económico de la provincia de Buenos Aires en la economía nacional. Así levantó su perfil público fuera de Avellaneda y estableció el primer mojón para una avanzada que Kicillof viene anunciando hace tiempo: Buenos Aires es la que más produce y la que menos recibe. A su vez, es la que menos gasta por cada uno de los 17 millones de bonaerenses que la habitan y está entre las que menos empleados públicos tiene cada mil habitantes.
Kicillof volvió a plantear esta situación a los intendentes peronistas durante una reunión el último martes en La Plata, y su equipo económico lo está conversando en la Legislatura de cara a la necesidad de un pedido adicional de financiamiento para cerrar el año que se tratará este miércoles en el Senado. El Ejecutivo provincial quiere dar la pelear por los recursos que le corresponden ante la amenaza del presidente electo de recortar la asignación de fondos discrecionales.
Los datos
Ferraresi mostró la serie de cuadros y gráficos con los que el gobernador expuso durante el encuentro con los más de ochenta mandatarios electos de UxP que la provincia de Buenos Aires, es, entre otras cosas, la que más aporta al PBI nacional con un 35 por ciento del total.
"Buenos Aires es la provincia que más aporta a la coparticipación y la que menos recibe Lejos de los mitos instalados, la PBA genera el 35% del PBI, el 40% de la recaudación de impuestos coparticipables, el 36% de las exportaciones nacionales y 50% del valor agregado industrial", publicó quien también fue ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación.
Como contrapartida, la provincia que concentra el 38 por ciento de la población de la Argentina sólo recibe el 22 por ciento de los recursos coparticipables. “Damos el 40 y recibimos la mitad”, dijo más de una vez Kicillof a lo largo de su primer mandato.
En su publicación, Ferraresi remarca que el quiebre se da en 1988 cuando entra en vigencia la actual Ley de Coparticipación Federal N° 23.548 que reorganizó el mecanismo de reparto hacia las provincias y el entonces gobernador radical Armendáriz aceptó que Buenos Aires pase del 28 al 22 por ciento, cediendo seis puntos de coparticipación al Gobierno Nacional de Raúl Alfonsín. “La provincia perdió su autonomía económica”, señaló el intendente reelecto de Avellaneda.
Tal como lo contó este medio, y en el marco de del debate que se está desarrollando en la Legislatura bonaerense respecto al pedido de financiamiento especial enviado por Kicillof para obtener 53 mil millones de pesos, el oficialismo y la oposición comenzaron a trazar los primeros puentes para pensar ideas que subsanen aquella pérdida.
“Se trata de salir del debate eterno sobre una nueva Ley y pensar ideas como el Fondo del Conurbano, el Fondo de Fortalecimiento Fiscal o el Fondo de Seguridad y así dejar por ley nuevas herramientas para que la provincia no esté sujeta al látigo del presidente de turno”, dijo a Buenos Aires/12 el senador peronista Alfredo “Pichi” Fisher.
Aquella baja de puntos coparticipables tuvo un agravante durante estos últimos meses. A partir de la quita del impuesto a las ganancias a casi la totalidad de los trabajadores conjugado con el beneficio de la devolución del IVA sobre los consumos de la canasta básica trajo aparejada una reducción en la recaudación nacional. Por ende, menos recauda la Nación, menos reparte a las provincias, lo que generó desajustes en los presupuestos y en las proyecciones de este año.
Buenos Aires sin motosierra
Para Kicillof, no hay que olvidar, como dato político clave, que el resultado de las elecciones arrojó un triunfo de Sergio Massa tanto en las generales y el balotaje sobre Javier Milei. Además, él mismo fue reelecto con el 45 por ciento de los votos. Por eso frente a los representantes de los 84 municipios que gobernará el peronismo, incluidos los 17 que recuperó de manos de la oposición, fue muy claro: “Acá no ganó Milei”.
Por eso, también, no hay ningún “plan motosierra” que se esté pensando desde el gobierno de la Provincia. En pos de sustentar esta premisa y anclado en los datos comparativos con otras jurisdicciones a nivel nacional, Ferraresi publicó dos datos cruciales.
La provincia de Buenos Aires es que la que menos gasta por cada uno de sus 17 millones de habitantes en todo el país. "Es la provincia argentina con menos gasto por habitante destinado a Educación, Salud, Seguridad, Cultura y Asistencia Social y la segunda con menos empleadxs públicos cada 1000 habitantes", escribió Ferraresi.
En 2022, la erogación del Ejecutivo provincial por cada bonaerense para brindarle los servicios de educación, salud, la propia administración del Estado, seguridad, asistencia y servicios sociales, así como también los servicios de deuda que paga, fue de 228 mil pesos. La que más gasta es Tierra del Fuego, con 941 mil pesos por habitante.
Para trazar un primer marco comparativo, la Ciudad de Buenos Aires destina casi 386 mil pesos para cada uno de sus tres millones de habitantes.
A su vez, con el objetivo de poner negro sobre blanco los “mitos instalados”, Ferraresi advirtió que la provincia de Buenos Aires es la segunda con menor cantidad de empleados públicos cada mil habitantes. Córdoba es la del índice más bajo con 31,5 trabajadores cada mil habitantes, mientras que Buenos Aires tiene 34,7. CABA, por ejemplo, tiene 63,2, y se ubica muy cerca del promedio nacional que asciende a 66,2 empleados cada mil habitantes.
¿Qué hizo Armendáriz?
El radical Alejandro Armendáriz fue gobernador de la provincia de Buenos entre 1983 y 1987. En aquel año, perdió las elecciones frente al dirigente peronista Antonio Cafiero. Pero fue también durante 1987 que Armendáriz accionó junto a Alfonsín para reacomodar el mecanismo de reparto de los recursos coparticipables de la Nación.
Si bien la ley se sanciona en enero de 1988, el año previo se congeniaron las negociaciones y los acuerdos para que el texto fuera aprobado. De esta manera, la provincia dejó de recibir el 28 por ciento de los recursos coparticipables para recibir sólo el 20, con el objetivo de fortalecer las economías de provincias con menor peso productivo.
Ese 20 se transformó en casi 22, luego de que otro 1,5 por ciento fuera asignado a la provincia como compensación adicional, un beneficio que también recibieron Chubut y Neuquén.
Esta desproporción imposibilitó a la provincia contar con la suficiente cantidad de recursos para afrontar las problemáticas de una población que asciende, hace varias décadas, a cerca del 40 por ciento del total del país.
Para subsanar esta deficiencia, en 1992 el entonces gobernador bonaerense Eduardo Duhalde impulsó el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano Bonaerense, lo que le permitió disponer de recursos especiales para los municipios que circundan a la Capital Federal.
Precisamente, estos días circularon ideas similares entre legisladores del oficialismo y de la oposición. La manera que muchos suponen que sería viable para abordar esta discusión es evitar comprometer los fondos con los que ya cuentan las otras provincias y pensar en nuevas herramientas que den estabilidad y certidumbre.