Uno de los viejos liquidadores de empresas estatales durante las privatizaciones de la década del ’90 será el próximo presidente del Banco Nación. Se trata del cordobés Daniel Tillard, titular del Banco de Córdoba y exfuncionario de Domingo Cavallo, que ahora el presidente electo Javier Milei decidió reciclar a pesar de tener un denso historial familiar con desfiles en tribunales.
Tal como lo había adelantado este diario, Tillard se suma a la lista de hombres vinculados a Juan Schiaretti que suenan con fuerza para ocupar la primera y segunda línea de poder en torno de la futura administración de La Libertad Avanza (LLA).
Desde hace ocho años ocupa el despacho de máximas decisiones en el Banco de Córdoba y su apellido solo se nombraba en los corrillos de la administración mediterránea, hasta que comenzó a trascender en los motores de búsqueda internet.
Allí se lo recuerda por un ítem inolvidable en su CV: en 2001 fue designado por su amigo Domingo Cavallo como subsecretario de Normalización Patrimonial. Desde ese puesto se encargó de la liquidación de empresas que eran del Estado, como Obras Sanitarias de la Nación.
Luego de eso fue director del Banco Provincia de Buenos Aires, titular de Provincia Bursátil, director de la empresa administradora de la red de cajeros automáticos Link y director suplente de la empresa de seguros de depósitos Sedesa.
En Córdoba también trascendió por un hecho más reciente: en junio del 2022 apoyó pública y enfáticamente el nombramiento de Gustavo Vélez al frente de la policía provincial, a pesar de haber pasado a retiro por el asesinato de Blas Correas, un joven de 17 años que en 2020 fue baleado en un control policial.
Pero su apellido también saltó a la luz en abril de este año cuando, a instancias de una denuncia promovida por el ministro Sergio Massa, la Comisión Nacional de Valores (CNV) ordenó un sumario contra un integrante de la casta de los Tillard, Ignacio Tillard, titular de Max Capital, una sociedad de bolsa acusada de promover una corrida cambiaria.
Como todo lo que ocurre en estos días, Max Capital tiene también un vínculo con el macrismo. Uno de los socios gerentes de Ignacio Tillard es Juan Rodríguez Braun, familiar del dos ex funcionarios de Cambiemos durante el gobierno de Mauricio Macri: el jefe de Gabinete Marcos Peña Braun y el secretario de Comercio Miguel Braun. Todos son parte de la casta dueña de la cadena de supermercados La Anónima.
A Tillard hijo y a Rodríguez Braun se los acusó de hacer circular la (falsa) información de una inminente devaluación del 50 por ciento, un hecho que hizo que el dólar blue se disparara.
Pero el historial de la casta de los Tillard no termina allí. La esposa del titular del Banco de Córdoba y futuro funcionario de Javier Milei es Julia Couzo Peñaloza de Tillard, quien estuvo involucrada en una causa por malversación de fondos del PAMI y la ex DGI a través de una gerenciadora de salud que funcionó la provincia de San Juan.
La firma se llamaba Pánasis y hacia finales de la década de 1990 recibía fondos de los entes estatales. El dinero habría sido desviado a cuentas bancarias y nunca a su destino, la Asociación de Obras Sociales, que manejaba dos grandes sanatorios sanjuaninos.
Por este hecho, la esposa de Tillard y uno de sus cuñados, llamado Enrique, estuvieron prófugos y con pedido de captura nacional e internacional, hasta que la Corte Suprema automática del menemismo les concedió la eximición de prisión.